Mal dia para buscar

8 de marzo de 2010

Nota mental: mirar debajo de la cama

Una de las cosas que descubres cuando te levantas por la mañana sin prisa y de invitado (no de honor) en alguna casa ajena es que la realidad es tan múltiple como la cantidad de gente que te rodea. Es eso mismo que dicen los futboleros: que cada uno tenemos un seleccionador. Cada uno tenemos una vida y, quizá es esto lo mas apasionante de todo, cada uno tenemos una visión diferente de la misma realidad, como decían los del Kabbalah.

Yo habia llegado a pensar que toda esta manida sobada y prostituida crisis era capaz por si misma de generar un cambio en la manera de pensar de la gente de bien. Lo pensé realmente porque en el fondo soy un romantico social.

Había querido descubrir, entre ese futuro que imaginaba a golpe de hipoteca, la capacidad humana de aprender de los errores y, de la misma manera que en lo personal un día te das cuenta que lo perfecto no existe, ver cómo la sociedad en general era capaz de migrar de ese espejismo económico en el que nos habíamos metido hacia un modo de vida que si bien puede ser igual de satisfactorio, no dispone de oropeles (inmobiliarios o no) en los que regodearse.

Sin embargo me cuentan (y descubro absorto) que la generación que ahora se mueve entre los 20 y los 30 años, descorazonados por la incapacidad de poder vivir en su piso de alquiler y con su coche de 150 caballos, se gastan todo lo que tienen en las copas que son capaces de abonar en cada bar de diseño que consiguen encontrar tras haber salido con unas cuantas bolsas de plástico del supermercado más cercano para así llegar antes al estado de ensoñación etílica. Si acaso les sobra se meten en un avión con destino desconocido y vuelven más tarde a la casa familiar donde su madre les vuelve a hacer croquetas. Cuando empiezan a tener un buen sueldo se alquilan un “personal shopper” (que es una forma de ganar autoestima de alquiler y pagar a alguien porque reconoces que no sabes vestir). En lo personal mantienen relaciones sin compromiso porque, precisamente, no se ven preparados para algo que te obligue a mirar más allá de seis meses vista.

Al menos, decía alguien, se mueve el dinero. Al menos, decía otro, negocios como “Sushi para llevar”, aún tienen su mercado. Al menos, pensaba algún desconsiderado, no es tan difícil conquistar a una postadolescente.

En ciertas ocasiones, cuando tienes esos minutos entre sueño y vigilia, eres capaz de imaginar aquella historia en la que él, emocionado como un colegial que ha sacado buena nota en algún examen, va a la casa de su amada con una carta llena de poemas de amor con su puño y letra. Al oirla llegar se hace un ovillo como un adolescente temeroso. Cuando la oye venir acompañada se asusta y se esconde bajo la cama donde ella se tumba junto a un fornido mozalbete con el que, sin ningún compromiso pero excesiva pasión, saltan sobre los muelles con la mala fortuna que uno de ellos, punzante, atraviesa el corazón del colegial escondido mientras se ve salir, acercándose a la ropa interior extendida por el suelo, la sangre granate del enamorado que muere con carta agarrada al pecho sin que nadie haya mirado debajo de la cama.

Quizá es que no hemos aprendido que debajo de la cama hay que mirar de vez en cuando. Es mucho más emocionante jugar al Carpe diem, pero nunca hay premio. Cuando paseas por una ciudad y te fijas en la gente eres capaz de saber quién está encima y debajo de la cama. Son apuestas diferentes. Las dos validas. Alguna con más futuro que a otra, pero para eso hay que despertarse mañana, a ser posible sin resaca.

Simplemente, lo que pasa, es que estoy cambiando de situación generacional y miro con desprecio las decisiones juveniles aunque tampoco me ponen las adolescentes con las que no se puede hablar y sólo saltar sobre colchones gastados. Estoy cansado de ser un tipo de mediana edad con picores que empieza la moralina tonta que comienza con “la generación que me sigue….”. Cada uno tiene su selección. A mi el fútbol me la trae al pairo siempre y cuando no me convoquen.

Nota mental: mirar debajo de la cama.

5 comentarios:

uno que pasaba dijo...

Venga coño, como si todos los jovenes fueramos asi.
Como si el mundo laboral y sus contratos a 3 o 6 meses (con suerte) dieran para mucho mas que algun capricho ocasional y para ayudar a tus propios padres a pagar la hipoteca. Como si todos los jovenes fueramos ninis! no mejoda oiga, que llevo un año buscando trabajo de lo que sea y aquí lo que ocurre es que el pais se hunde (pero el que tiene empleo estable o es funcionario no lo quiere ver)
Que no está consiguiendo trabajo ni el licenciado!! (y conozco a mas de uno, aunque yo no lo sea)

y por que que quieres que te diga, si mi vida va a significar solo ser explotado, por mi, puedo reventar ya mismo (por que la revolución la veo un poco utopica, por no decir muuucho)

Que te den
(PD: pasate por una universidad cualquiera y comparte el ambiente que se respira... y la fuga de cerebros que se aproxima en este asqueroso pais (aunque el mundo es poco mas de lo mismo))

pesimistas existenciales dijo...

no digo que el pais se hunda. En absoluto. Digo que cuando uno descubre que se va a tomar por el culo puede apretarse el mismo (el mismo culo) o decir: "pues ya esta, a tomar viento". Yo pensaba sinceramente que la gente iba a aprender y que se acababa la epoca de ver a un niñato con un BMW metiendose una raya el jueves en la puerta de una discoteca, pero eso no sucede, solo que ahora en vez de ir de empalmada a trabajar, va a casa de mama. No lo hago general, en abosluto, pero si que intento decir que algunos que tienen curro lo desgastan porque, al fin y al cabo, le van a despedir.
Suerte en la busqueda de trabajo. Sé que esta jodido.

uno que pasaba dijo...

Bueno vale, comprendo pues que no quiera generalizar... pues la verdad es que he de reconocer que es cierto que por lo general no se aprecia lo que se tiene hasta que se pierde (yo por lo pronto me alegro ahora de haber sido como las hormiguitas ahorrando para las lluvias)
Es cierto, Carpe diem carpe diem, hasta que el Hoy se hace tambien insoportable y por esos carpe diem en el pasado hoy no hay futuro ni para el dia a dia
En fin... yo por lo pronto estoy casi a punto (con un poco de suerte) de emigrar para tierras germanas, haber si hay mejor suerte que aquí.
Un saludo.

Anónimo dijo...

si hablas con la gente
te dira que por un sueldo normal no trabajan, prefiern estar en casa cobrando el paro.
que como se van a privar de salir con los amigos, que eso no es vida.
Lo que me parece alucinante, es que ellos pretendantener la vida de privilegio que han tenido sus progenitores, pq estos se sacrificaron para dar a sus vastagos educacion estudios, y se les olvido decirles que eso supone un esfuerzo. que el dinero no crece en los arboles, ni se saca de los cajerosssssss,,..

que como pagan poco no me esfurzo en el trabajo, y como no trabajo no me renuevan... pero voy aponer a parir a la empresa en un bar con unos cubatas con los amigos...y a gastar el finiquito...calidad de vida... ante todo calidad de vida.

Amigos hemos confundido la vagancia en calidad de vida y disfrutar del ocio con ser ociosos.

Disculpa pesimista, cuando llevas trabajando desde siempre, como tu, y muchos otros y miras a tu alrededorrrr, ver lo degenerado de la situacion, no pienso que sea generacionaal
pienso que ver la realidad y sacarle los colores a la sociedad para que despierte te honra.

Anónimo dijo...

si hubiese mirado debajo de la camaaaaa...me pregunto que habria encontrado. pero no miro, y ya ves ahora soy quien mira por si acaso...