Mal dia para buscar

31 de agosto de 2012

Por desesperación

Mañana sube el iva, se acaba el mes de agosto y probablemente empieza a llover. Es la apocalipsis maya a la española.

Para algunos (la foto es verídica) lo es del todo.
Animo, muchachos.

27 de agosto de 2012

El verano del whatsapp

Tengo que afirmar que esta vez sí, esta es la definitiva. Este verano ha sido el puto verano del whatsapp donde en medio del tumulto de una fiesta ves a las adolescentes con la cabeza abajo, moviendo las caderas de forma ceremonial y la mano con una luz en la que aparecen pequeñas frases con las que se enfadan, se excitan, quedan para hacer botellón o incluso, si se tercia, mantienen conversaciones paralelas a la realidad que se agita delante de sus dedos tendenciosamente proclives a padecer la tendinitis de Quervain, que es la degeneración de los músculos de los pulgares.

Siempre pensé que todo el que se expande como un gas en el mundo de lo virtual lo hace porque hay algo que no le gusta del mundo real en el que vive. Siempre pensé, absurdo como un lunes de resaca, que aquel era un lugar de discapacitados sociales. Sin embargo ya no se dan los teléfonos y el facebook empieza a ser algo más privado. El whatsapp es la celestina salvaje del verano del 2012.

Me cuentan cada vez más que se practica sexo por whatsapp, que se rompen parejas, que se discute definitivamente, que se guardan conversaciones para enseñárselas al juez.

Y luego, cuando has pasado la noche con el teléfono temblando y mirando compulsivamente el double check mientras piensas que ese es el último mensaje, te das cuenta que ese programa lo ha diseñado el mismísimo demonio porque alguien te dijo algo que entendiste de otra forma y que quisiste dejar zanjado antes de quedarte sin batería, de encontrar una línea más para la wifi o una red sin contraseña.

Pero vuelves a ver a personas mirando embobadas su teléfono sin mirar al frente, esquivando sus pasos como si vivieran en un universo zombie.

Yo, cuando me sentía perdido y quería dar la impresión de que estaba esperando a alguien, miraba el reloj. Ahora saco el teléfono, golpeo la pantalla, hago que hablo solo, sonrío y vuelvo por donde llegué. En realidad me atormenta que alguien pueda pensar que en este mundo ultraconectado donde hasta tus pedos huelen en alguna red social yo me sienta solo.

Y este verano donde las fotos de playas, de meriendas, de piscinas y de comidas han ido y venido por facebook, twitter y whatsapp he llegado a la conclusión que ha sido un verano de solitarios y baterías gastadas.

Ya no te dan abrazos, te mandan un whatsapp con el intrusismo excesivo que tiene que algo te vibre en el bolsillo del pantalón. Ya no hay ausencias de amores perdidos, sólo visitas a la última hora en la que se conectó y en la que fantaseas, lleno de fanatismo cornudo, el contenido de sus otras conversaciones.

Algunos adolescentes hacen botellón mandándose mensajes para pasarse la bebida de dos litros.

Algunos adultos sustituyen sus carencias mandando mensajes por doquier para ver si un double check les llena la noche.

Alguno recordará este verano leyendo los restos de aventuras y amistades que le queden en el teléfono.

Ya no hay álbunes, hay conversaciones guardadas y dolor en los dedos.Hay ausencia de vida real y de esa ilusión maravillosa que era aguardar el momento de la conversación en vez del desamparo que se siente cuando sabes que (parece que) lo ha leído y que por alguna oscura razón no pone, junto a su  última conexión: ...escribiendo.

26 de agosto de 2012

Caricias incondicionales (41)

Dicen, cuando algunas personas se ponen a hablar de la manera extraña en que tendemos a relacionarnos los humanos, que las caricias, consideradas como tipos de contacto, se dividen en positivas, negativas, fisicas, autocaricias, condicionales e incondicionales.

Y, en realidad, en este mundo cada vez más mercantilista en el que nos movemos siempre tendemos a vivir con una especie de acción malévola que busca el componente comercial que puede llegar a existir en la palabra amable de la contraparte, en la llamada sin motivo, en el abrazo, la invitación o la sonrisa que te llega sin que nadie te pida nada a cambio. Desde ese punto de vista las llamadas caricias incondicionales son una gran barrera que muchos no somos capaces de gestionar con la sencillez que tienen porque son algo por nada y lo gratis siempre produce recelo en el primer mundo.

"Lo gratis sale caro"- es un dicho que usaba mucho mi abuela y que me repite mi madre. Es más, es algo que yo mismo me digo cuando un operador de telefonía utiliza esa palabra. Y es lo mismo que has podido sentir cuando a tu pareja se le acerca un fornido muchacho en un bar. Crees que lo hace por algo y casi nunca por algún motivo bueno. Lo mismo, incluso, que cuando ella te hacía ese numerito (o numerazo) a un lado de la cama y empiezas a castigarte por haberte masturbado la noche anterior suponiendo que aquello debe de recompensarse con una acción casi al estilo de Nacho Vidal. La misma sensación que te recorre el cuerpo cuando crees que tienes la obligación de devolver aquella invitación o, como si la cortesía fuera algo que va y viene, cuando te sientes en la necesidad de contrarrestar o compensar alguna llamada.

Nos hemos sumergido, como buzos que llevan grabada la cadena de favores en sus bombonas de oxígeno social, en un mundo de relaciones comerciales en las que las caricias incondicionales no tienen cabida.

Eso es un problema porque no hay nada más reconfortante que esos momentos mágicos en los que muestras cariño y te muestran cariño sin pedir nada a cambio.

Eso, que como las croquetas de mamá y las cartas de amor escritas a mano, cada vez se da menos según añadimos años al calendario.

Y yo hoy, añado un 1 a los 40 del año pasado.

Gracias a todos. Este es un post de agradecimiento gratuíto.

23 de agosto de 2012

Titiriteros de Agosto

"Si Jose María Escriva de Balaguer viviera no permitiría esto"- decía Ruiz Mateos al ser llevado de su (enorme) casa a comisaría para dar explicaciones por unos 14 millones de euros de nada que nadie sabe donde están.

"Es un ocupamiento simbólico"- se excusaba Sanchez Gordillo mientras un grupo de jornaleros aprovechaban el momento para saltar a la piscina al estilo bomba como una manera de gastarse lo robado simbólicamente del mercadona e intentar equilibrar las fuerzas que el capitalismo ha descompensado y que le permitió a alguna familia hacerse una finca de lujo por donde pasaban aquellos comunistas.

En realidad y partiendo de la verdad incontestable que dentro de la izquierda y la derecha hay personas con suficientes argumentos y cabeza como para defender sus posturas, no soy capaz de ver más que a dos titiriteros de las ideologías haciendo espectáculo mientras el español medio quiere tener el dinero del uno y la piscina del otro aunque ninguna de las dos cosas se hayan logrado por medios lícitos.

Con el tema de los toros, que va a ser el opio periodístico del final del verano, pasa exactamente lo mismo. Bildu, haciendo una vez más uno de esos movimientos tan a favor de los temas que le preocupan a la ciudadanía como puede ser el trabajo o el binestar popular, ha lanzado una feroz acometida contra la celebración de las corridas de toros en la novísima plaza de Illumbre porque fomenta el maltrato animal. Sin embargo esa cosita llamada sokamuturra (que es poner una cuerda al toro y dejar que los muchachotes tiren de él durante una tarde) es celebrada por sus abertzales majestades de la misma forma que, si no hay correbous, tanto los guipuzkoanos como los catalanes abarrotan San Fermin.

Y la ocupada TVE da un puñetazo encima de la mesa programando, a partir del 5 de Septiembre y en horario infantil, una corrida de toros para la que van a sacar de su nicho y como comentarista al mismísimo Matías Prats padre.

Supongo que es la forma de entretenimiento popular que tienen los últimos días de agosto. Es una forma de ver en las portadas a payasos sin glamour que resultan ser tan pesados, anodinos y precindibles como la última canción del verano. Son noticias de broma y resultados de escarbar en la costra purulenta de los extremos infames que nos van identificando. No es un ejemplo excusivamente hispano. Tenemos al principe Enrique agarrándose los huevos en medio de una fiesta pero eso no es más que otro ejemplo del declive sin frenos del imperio británico. Tenemos a un congresista de EEUU que cree que hay violaciones legítimas.

Pero, para no quedar atrás y buscando el ahorro máximo, hemos tomado prestada a una jubilada para arreglar un fresco del siglo XIX y lo ha dejado como un teletubbie. Será una restauración simbolica que, por supuesto, no lo hubiera permitido Escrivá de Balaguer.

He llegado a la conclusión que es la manera que tenemos de hacer humor para llegar felices y contentos a la bofetada de septiembre.

21 de agosto de 2012

El triángulo dramático, el poder y la plebe

Existe un triángulo que determina los dramas que vivimos la mayoría de los humanos que se definió en 1968 por Karpman y que se denomina El Triángulo Dramático.

En él se establece que durante esos momentos o esos conflictos las personas participantes tienden a adoptar uno de los tres extremos del mismo. Son Provocadores, Víctimas o Salvadores. Cuando se entra en dicho triángulo no se queda quieto en un solo lugar sino que se va pasando de un extremo al otro como si fuera un círculo vicioso y mientras se siga dentro de él tenemos el drama asegurado.

En realidad resulta ser un agujero negro en el que la dinámica de la discusión y el malestar se enfanga en alguno de esos juegos en los que nadie puede ganar pero que nos gusta jugar quizá como una manera de esconder nuestros miedos o una forma sencilla de no afrontarlos pero vivir en un drama controlado.

En cuestiones de poder y considerando que las relaciones entre el poder y los ciudadanos no son más que relaciones entre personas es más que probable que éste sea un juego en el que estemos enroscándonos, habitantes y dirigentes, para no darnos cuenta de las realidades en la que vivimos.

"La herencia recibida" es una posición de víctima exactamente igual que "la crisis es global". "Vamos a aplicar el copago sanitario" es postura de perseguidor. Y eso es lo mismo que bajar el sueldo a los funcionarios, porque el perseguidor es una especie de provocación continua que se aprovecha de los puntos más débiles de la otra parte. "Sacaremos a España de la crisis" es, obviamente, un salvador con uniforme de superhéroe.

Pero, y también hay que admitirlo, no se puede entrar en el juego si no juegan dos. Así que "los políticos son corruptos" es victimismo, "ocupemos el congreso" es perseguidor y "democracia real ya" es el referente contemporáneo del salvador.

Y mientras unos y otros vamos pasando de un vértice al otro, nada se soluciona aunque creamos que cambiamos hacia algún lado porque, en realidad, nada se altera. Sólo se intercambian papeles.

En 1990, Acey Choy definió el Triángulo del ganador, que es utilizar la misma estructura humana de una forma positiva convirtiendo los vértices en "Asertivo", "Empático" y "Vulnerable". En ese caso se siguen dando los cambios de papeles pero cada uno de esos vértices ayuda a mejorar a los otros dos desde un punto de partida que contiene todos los miedos y comportamientos que completan al ser humano medio como tú y como yo, como un político y como un frutero. En realidad el truco para salir de esa dinámica es, en el caso que no puedas dejar de jugar, cambiar la manera de actuar.

Pero eso, como es lógico, lleva un esfuerzo.

Lo cierto es que las relaciones entre personas no son muy diferentes que las que establecemos como grupo con quienes hemos decidido que nos manden. Nos quejamos de nuestros gobiernos de la misma forma que un grupo de casados se quejan de sus mujeres mientras sus mujeres se quejan de sus maridos en la sala contigua. Provocamos a nuestra pareja pidiéndole que cumpla objetivos imposibles como si fuéramos un gobierno pidiendo que el español medio sea lo que creemos que es un alemán o nuestros movimientos populares soliciten que los políticos nunca cometan errores. Nos sentimos víctimas de las decisiones de nuestro jefe o de nuestro amigo cuando no satisfacen nuestras expectativas y creemos tener siempre una solución al problema que hemos generado en común y que nos ha metido en el triángulo. Es un ciclo.

Sólo se soluciona cambiando de actitud (por todas las partes).

20 de agosto de 2012

España cañí

España es un pais curioso. Los bares se llenan y las plazas rebosan de personas y personajes ociosos que se sientan a criticar los gobiernos y a lanzarse tópicos como quien lanza bolas a los bolos sin la esperanza ni la determinación aceptable de tirarlos todos porque eso supone tener que trabajar más para volverlos a poner todos en su lugar.

Es un país caluroso y eso es la excusa perfecta para que no seas capaz de encontrar un bar que te pueda servir un desayuno antes de las 9, que es cuando desayunan los parados.

Es un país en el que alguna vez alguien hizo un par de cosas buenas y alguien descubrió que podría ser un buen reclamo turistico, aunque lo hicieran los romanos o sea el reflejo de algún tiempo mejor que últimamente siempre parece que es el pasado, como si quisiera llevar la contraria al refrán.

Es un lugar en el que el rock&roll resulta ser la música de los que llegan a los 40 y alguna mezcla de regetton y dj retumba en los coches de tercera mano que se paran a tu lado en los semáforos con dos post adolescentes que aprovechan el tiempo de la luz en rojo para enviar dos o tres whatsapp sin darse cuenta que es un invento diabólico.

Es un sitio donde las personas que se mueven en las franjas inferior y superior de la pirámide de edades han perdido la verguenza.

Es un lugar donde se vuelve al calor del hogar en los periodos festivos porque la crisis ha estrechado los lazos con la comida de mamá sin que ningún político se haya dado cuenta de lo importante que es que en vez de ser españoles por el mundo volvamos a retomar el relax infinito del olor de los pimientos de casa.

Es un territorio con cientos de carteles de "Se Alquila" en cada calle y más centros comerciales que cines, porque todavía no se puede descargar una camisa de Zara por emule.

Es un lugar de amplias autopistas con coches italianos que se despistan en los cruces y peajes que aparecen sin aviso previo, como los vigilantes que multan a tu coche si es que el parabrisas ha quedado bajo la sombra de algún árbol sin ningún ticket a la vista.

España es un lugar donde las madres llaman "roquefort" al "carrefour" porque es frances y es comida o "supermercado Lady Dil" al "Lidl" porque siempre han sido problemáticas las acumulaciones de consonantes.

Es un enorme parque temático donde te dan conversación sin pedirla, indicaciones detalladas en las que terminan llevándose la contraria un par de jubilados y te sirven una tapa con cada cerveza que consumes.

Es, en definitiva, un lugar que creímos que era el paradigma de la modernidad y resulta que a la primera de cambio se ha convertido en lo que fue siempre: la mítica y genuína España Cañí.

Y eso no es malo porque somos un pais tremendamente digno incluso cuando, tal año como éste, nos tiran de los cojones y seguimos siendo tan enormes y tan dignos como el toro de Orborne.

Pd: el que cuelga: soy yo.

12 de agosto de 2012

Mi moto, la carretera, las vacaciones y yo


Conocí a alguien que afirmaba que le hacía más fotos a la moto que a la novia
Tenia razón . Me voy de vacaciones con ella (la moto) porque, al tener poca capacidad de carga los malos rollos los dejas obligatoriamente en casa
Espero volver limpio y con el culo mucho más duro.
Os veo a la vuelta

10 de agosto de 2012

El Sistema de Dominio de la Conciencia.

El ayuntamiento de NY ha presentado un sistema de seguridad basado en 3000 cámaras distibuidas por la ciudad que es capaz de grabar los delitos que se cometan a sus ojos, avisar automáticamente a las fuerzas de seguridad e incluso adelantarse a los delitos que se vayan a cometer, como si fuera una novia que te castiga por las infidelidades que ni siquiera has pensado en cometer.
Lo cierto es que este tipo de tecnologías se venden al ciudadano como un avance en su seguridad y más de uno lo celebrará con gran algarabía y alcohólica celebración para que su borrachera termine grabada por las mismas cámaras y distribuída, al estilo borracho de mierda, en youtube por un funcionario aburrido.

Hace determinado poco tiempo la policía de Los Angeles presento un sistema que decía poder predecir los delitos o, al menos, las rutas por las que los pandilleros se daban a la fuga después de cometerlos. Orgullosos de su hallazgo hicieron pública la implantación de dicho sistema porque es un efecto conocido que si le cuentas al delincuente, que afortunadamente no ha desarrollado parte de su potencial mental (al menos el de buscarse la vida sin joder al vecino), la delincuencia de menor grado se reduce. Ese fue el efecto que generó en Ciudad de Mexico hace un par de años cuando la implantación de cámaras y la publicidad de las mismas dijeron que había reducido la delincuencia en un 12%. Ahí son 1000 cámaras, dicen. 2000 en Buenos Aires. Nadie sabe cuantas hay en La Habana y en Londres dicen que un habitante es grabado 300 veces al día por las 40.000 cámaras instaladas en un alarde de seguridad preventiva excesiva al estilo británico, que es jodiéndote después de decirte "sorry".

¿Es más seguro vivir monitorizado?. Por mi parte creo que no porque siempre he considerado que los delitos de verdad no entienden de represalias, que los verdaderos delincuentes, los irrecuperables, los dañinos, no piensan nunca en las consecuencias de sus actos. Quizá tanta cámara reduzca el número de robos en coches y de navajazos en las calles, no lo dudo, pero la mejor manera de reducir los delitos es, al igual que la mejor manera de que no te entre un virus en tu ordenador, desarrollar el sentido común de las personas (suponiendo que existe de una manera genética en cada uno de nosotros).

Aunque he de reconocer que este tipo de sistema son aplaudidos por la mayoría y que las autoridades de Nueva York estarán felices de haber encontrado el nombre perfecto: Sistema de Dominio de la Conciencia.

Dominio: Poder o ascendiente que se ejerce sobre otra u otras personas
Conciencia: Actividad mental a la que solo puede tener acceso el propio sujeto.


El gran hermano vive en cada uno de los ayuntamientos del mundo y, además, es jaleado por las mayorías.

7 de agosto de 2012

Los caraduras de la crisis (A)

Conversación verídica:

-Buenos dias. Le llamo en referencia a la reparación 8253 realizada el 11/4/12. Tal y como indica en la nota le hemos avisado en varias ocasiones desde aquella fecha y veo que no ha venido a recogerla.
-Si. Es cierto. Lo que pasa es que estoy en el paro y no me puedo permitir pagar los...
-129€ de la reparación. De todas formas también nos figura que usted aceptó el presupuesto
-Es cierto. Pero ya te he dicho que estoy en paro y ahora mismo es un problema.
-Lo entiendo, caballero, pero tiene que tener en cuenta que si no viene a recogerla tendremos que quedarnos su máquina o empezar a cobrarle aquiler.
-!Eso no puedes hacerlo porque es mio!
-Bueno, pero tampoco puede decirme que haga un trabajo y no pagarlo.
-Por eso no he ido a por él.
-Mire, le espero esta semana. Si no viene no podemos mantener la situación.
-Eso no puede ser porque ahora mismo estoy de vacaciones.

6 de agosto de 2012

Demasiada información


Existe un tipo de efecto que llaman Backfire que viene a explicar el motivo por el que determinadas acciones producen exactamente el efecto contrario en las personas que lo reciben. Es como cuando le dices a un adolescente que no haga una cosa y es eso preciasamente lo que va a hacer en cuanto te des la vuelta.

En cuestiones de información viene a ser más o menos lo mismo. Es más, incluso suponiendo que una persona ha realizado el esfuerzo mental de determinar cuales son las fuentes de las quiere beber en ese campo informativo, puede suceder que tener a un tipo de interés a su disposición genere el efecto contrario.

A mi me ha pasado con más de un autor que cree o que considera que por publicar más va a ser más leido. Tiene un blog y un facebook. Tiene sus pensamientos más cortos en twitter e incluso se atrevió con google+. Vive, cuando se pone traje y corbata, en linkedin y colabora en varias publicaciones. Y si quieres leerle necesitas varios dias y, al menos, tres navegadores.

Internet o la comunicación han demostrado la querencia absoluta del ser humano por la sencillez. Leer un blog (y hacerlo) requiere un grado de esfuerzo superior a poner un link o una tontería en facebook, y por eso facebook mata a los blogs. Twitter reduce el trabajo a 140 caracteres. Tumblr es un corta y pega. Foursquare es hacer click. Hay personas que se jactan de ser referentes en Internet que no saben escribir correctamente "a ver".

Y, por supuesto, tener tanta información a nuestro alcance desarrolla el backfire en estado puro: dejamos de interesarnos ante demasiada información. No es selección, es pasividad.

5 de agosto de 2012

Autónomo 1994-2012

Basado en hechos reales:

El primer crédito que me dieron, allá por el año 1994, me lo dieron en unas ventajosas condiciones del 13% en un banco (que ahora no existe) que decía que apoyaba a los jovenes emprendedores. Por aquel entonces mi abuela vivía de los intereses que le daban sus ahorros. Es más, el Banco Bilbao le mandaba unos relagitos chulísimos todas las navidades.

Así que no tuve ningún sueldo durante un año entero y devolví el crédito como un campeón en menos de 12 meses.

Después contraté a un empleado. No sabía lo que era ni la responsabilidad que lleva consigo, pero si quería vivir de esto debía arriesgarme poco a poco. Ese empleado se convirtió en 10 y el crédito bajó exponencialmente al volverse una cuenta de crédito con un interes cercano al 5% (sobre lo dispuesto). Supongo que eran, como decía mi abuela, las épocas de las vacas gordas.

Se pagaba todo, te pagaban todo y los clientes entraban con soltura por la puerta con sus billetes en la mano. Empleados sin experiencia ganaban 1200€ sin problemas y había dinero para todos.

Entonces algo se torció.

Uno de aquellos cogió una baja por estrés laboral el día que le dije que no iba a cobrar más. Otro, con un supuesto problema de rodilla, se iba a jugar al baloncesto con el primero y yo empecé a recibir cartas de sindicatos hablando de categorías laborales y de normativas sobre la hora del bocadillo. Pregunté cuánto dinero nos quedaba pero no quedaba mucho porque, en realidad, habíamos crecido a base del sustento bancario del endeudamiento, que es como tener una amante que no te abraza el dia que lo necesitas.

Las dos bajas se convirtieron en 4 (3 firmadas por el mismo médico) y nunca llegué a entender el motivo por el que ni los clientes, ni la organización, ni haber conseguido financiación al 3%, ni haber apostado por contratos indefinidos como muestra de que somos un equipo se volvió en nuestra contra hasta que mi soció reventó y abandonó el barco.

Entonces comenzaron los buitres de la abogacía. Me dejó la novia. Se me rompió el coche. Me reservé una silla en el juzgado de lo laboral y el equipo que había llegado a 22 se había quedado con 2 personas que apretábamos los dientes cada mañana para seguir adelante después de ver cómo la leche de aquellas vacas gordas se había ido por el sumidero de las indemnizaciones que pagaron viajes a Brasil, alguna playstation y coches con alerón, doy fe.

Decidi volver a empezar, 10 años más viejo.

Contraté con cuidado y no volví a fiarme de los golpes de suerte. Aprendí los convenios, me hice amigo del abogado, seguí trabajando 10 horas al dia seis días a la semana.

Y volví al banco a pedir dinero.

Me lo dieron (hace un año), pero al 6% y en una cantidad menor y con caducidad.

Hace unas semanas volví a renovar el crédito. Me pidieron el 8% contándome que la prima de riesgo impide la financiación del banco. "Eso o nada". Sentí que era "eso o morirme".

Y cuando eres pequeño no sabes si prefieres morirte de golpe o morirte poco a poco.

Para el banco será mucho más rentable la decisión que tomé, que es morirme poco a poco, como todos los autonomos que siguen luchando y aguantando el temporal que le llega en los momentos buenos y en los momentos malos, porque son la primera línea de fuego en el campo de batalla del mundo capitalista.

(Un mundo que si no hubiera sido como fue ahora tendría 22 puestos de trabajo más, al menos por mi parte)

2 de agosto de 2012

Al pan pan, y al Voley...

Capturado esta misma tarde de Marca.com por un servidor.

Los infelices inadaptados deportivos

Supongo que como manera de rellenar las páginas de información general se ha presentado un artículo que intenta analizar el motivo por el que España, a estas horas, no ha ganado ningún metal en las olimpiadas. Más o menos viene a decir que como los españoles estamos tristes y tenemos que trabajar para comer hemos desaprovechado el innato poder de los maravillosos genes patrios en estudiar y trabajar antes que en ir a entrenar una cantidad ingente de horas para poner hacer que suene el himno allá en el lluvioso Londres
.
Como los españoles somos un país de contrastes hace nada era famoso eso de "soy español, a qué quieres que te gane" y hoy ya hemos empezado a pensar en una confabulación judeomasónica en contra de nuestros atletas. No nos han pitado un penalty a favor, Nadal se rompió, la bola de waterpolo entró y a los chicos de hockey sobre hierba les han ido rompiendo las extremidades en ese deporte tan violento que siempre pienso que es cricket, pero el cricket es su versión homosexual, sobre todo si se juega con pantalones bombachos.

Los partidos de la oposición acusarán al gobierno de no apostar por la marca España y el gobierno dirá que tampoco se entrenaban con los que estaban antes. Agata Ruiz de la Baba dirá que es culpa del horrendo diseño del uniforme nacional y los tarotistas que salen en televisión a partir de las 2 de la mañana hablarán del mal de ojo.

El caso es que volveremos a regodearnos en ese termómetro tan estúpido que son los éxitos deportivos como si el gol de Marcelino tuviera que repetirse, como si el campeonato del mundo tuviera una incidencia en la prima de riesgo o como si la prima de riesgo dependiera del oro en halterofilia.

Seguimos buscando parámetros que nos castiguen como el que busca motivos para pensar por qué la novia le dejó de llamar después de jurarle que aún le quería. Buscamos viriles muchachos, en nuestras ideas mentales, que la hagan reir como nunca de la misma forma que creemos que si no hemos oido el himno al lado de ese horripilante  logo olímpico es porque hemos mandado a un par de clones de Alfredo Landa a la competición de salto de potro o porque aquí se entrenan con un banquito del ikea, a modo de exigencia de la unión europea.

No tenemos medallas porque no se ha dado el caso. Si no sacamos ninguna es algo que me da exactamente lo mismo. Me entristece que alguno se crea que si Alonso gana una carrera tengo que ponerme feliz de la misma forma que tengo una conocida lejana (con la que nunca he tenido acercamiento carnal) que piensa que si no se folla a un tipo a cada boda que va  aquella es una boda menos divertida porque la cuantificación es su único argumento de la felicidad de la misma forma que cree, equivocada según mi lógica, que un trabajo es mejor si le pagan más dinero.

Un país se compone de personas que son capaces de vivir y ser felices con lo que son y con lo que van consiguiendo y no con una cuantificación de grupo absurda que puede ser una eurocopa o un saco de medallas que les quitemos a los chinos.

Si España no gana medallas me viene a dar lo mismo.

Lo que me preocupa es que mi vecino o la gente que me importa sea feliz. Me importa que me quieran, como a todo el mundo. Me importa poder vivir de mi esfuerzo, sentir recompensadas las noches en vela y los dolores de espalda. Me importa que ella sepa cuando la necesito sin tener que pedírselo o sin tener que vivir como si fuera un mercadeo de cariño. Me importa que el comercio de la esquina esté abierto y que las personas no se escupan por la calle para, así,  poder sentir que estamos llenos de buenos sentimientos.

Pero que un tipo de Albacete gane una medalla en un taekwondo es algo (para mi) tremendamente irrelevante. Me alegro por él porque está culturalmente más próximo a mi que un japonés. Pero nada más.

Cambio todas las medallas olímpicas porque España se respire como un país más feliz y lleno de inadaptados deportivos.
Actualización: ya tenemos una. (ala, a chuparnos las pollas)

1 de agosto de 2012

La música que rompe el mar de hielo

Un libro tiene que ser un hacha que rompa el mar de hielo que llevamos dentro "Franz Kafka"

Para con el cine creo que la cita es perfectamente extendible. Por supuesto: con la música también. Hace una semana se publicó un estudio que certifica esa idea tan adulta en referencia a las generaciones que nos siguen y que afirma que las canciones de ahora son un horror repetitivo, soso y falto de gusto respecto de la excelencia creadora de nuestro tiempo o de algún tiempo anterior.

Si me fijo en ese tipo de personajes, al estilo "Jeta" (de caradura), que se pasan la mayor parte del tiempo diciendo que son músicos pero tienen, en sus directos, las manos en alto como si fueran unos animadores de piscina  en cualquier hotel de Benidorm, es probable que esté de acuerdo. Es más, creo que la industria de la música, como cualquier otra industria, ha descubierto lo arriesgado que es apacerer apostando por un producto nuevo en vez de por algo sea más de lo de siempre, como si Malú fuera la Rocio Jurado de nuestro tiempo y Alejandro Sanz el nuevo Raphael. Probablemente porque para novedades siempre nos quedará Internet.

Así que atravesando ese lugar que es un hacha entre el amarillo de la meseta y el azul y verde de Cantabria llamado Aguilar de Campoo dejo que suene el cd y le pregunto a una pre adolescente de 14 años sobre la música que escucha. Me dice que esas cosas sosas que dan por la radio no le gustan pero que las oye. Me dice que quizá, si tuviera que elegir algo, Hip Hop, pero el que dice cosas interesantes. Le gusta porque es capaz de entender las letras y, tras un momento, afirma que el otro día, sin saber cómo, estaba buscando algo de Tupac en Youtube (que son los 40 principales para la adolescencia) y descubrió a una chica que tocaba muy bien la guitarra, pero que no recuerda el nombre. Me dice que los Red Hot Chilli Peppers le suenan viejos y que muchas de las canciones que yo escucho las conoce porque las ha oido en algún anuncio, pero poco más.

Me dice, envalentonada porque parece que le escucho, que ella busca más allá de lo que le lanzan desde los medios como si las modas pudieran ser impuestas desde algún despacho discográfico y que está convencida que a mi generación le dijeron lo mismo desde la generación de mis padres. Afirma, y en eso tiene razón, que seguro que la radio vomitaba basura casi de la misma forma que lo hace ahora pero hace 20 años.

Y se queda tranquila esperando mi sentencia.

Yo no respondo y me pide, con curiosidad, que vuelva a poner lo que acaba de sonar.

Y acababa de sonar Stairway to Heaven, que es la canción que te lleva al infierno si la tocas al revés.