Mal dia para buscar

29 de enero de 2012

Sexy basket.

“You’re right. You’re absolutely right. I have been watching so much porn on the Internet lately, and I’ve been seeking so much sexual gratification, that it’s like I don’t even know how to relate to real women anymore.”

La frase no es mia, porque no soy Shakespeare ni Hank Moody. Resume obviedades de esas que uno no es capaz de admitir en público pero son reales, negarlo es admitirlo.

El caso es que la FIBA ha establecido una norma en el baloncesto femenino para los uniformes que deben de vestir las jugadoras. Desde ese uniforme de camisetas varias tallas más grandes y pantalones que llegan a la rodilla hasta los maillot ajustados que empezaron a lucir las jugadoras australianas, las brasileñas y las españolas (que fue más comentado que la medalla de bronce) parece que hay un salto cuántico en la competición y, como es lógico, más de una jugadora (entre las que está la que se supone que es la mejor del mundo) se ha opuesto por injusto y sexista. ¿Lo es? Si.


Pero la FIBA sabe, tú sabes, yo sé que existe un componente comercial en todas y cada una de las competiciones. Sabemos que Sharapova es lo que es por dos motivos: por jugar bien al tenis y por guapa. Sabemos que parte de la audiencia del Voley playa femenino no conoce las normas del propio deporte pero fantasea con chicas en la playa mientras espera, delante de la televisión y engordando con una cerveza, a que se le salga un pezón a la delantera neozelandeza.

Aunque no se resta ni un ápice de la calidad artística, deportiva o intelectual de nadie Beyoncé no llenaría tantos estadios si no explotara su componente sexual. Sabrina no sería famosa sin aquel momento del especial de fin de año. Las Seat Girls no se hicieron famosas en Internet por lo bien que bailan.


La FIBA, como cualquier otra empresa, parece buscar ganar un dinerillo a base de unos derechos televisivos. No puede decir, porque sería políticamente incorrecto, que los derechos televisivos de la euroliga femenina podrían cotizar al alza porque tenemos el caso de aquella liga americana de futbol femenino en lencería que tiene tanto éxito entre los que se debaten entre ver deporte o consumir porno. Beckham vendía tanto por deportista como por guapo (dejo caer para las mujeres sugestionadas por el sexismo unidireccional) y supongo, aunque está muy mal decirlo, que si me dan a elegir entre una competición deportiva de nivel y lo mismo pero que mueva mis sentidos más primitivos me sucederá lo mismo que tener que decidir entre aquella maravillosa mujer o su clon podrido de dinero. Hay cosas que son un plus, como el canal. Ese al que muchos se subscribían por el cine pero encendían la tele cuando ponían el porno.



Pd: yo, personalmente y como soy un tipo ordenado prefiero no mezclar: el baloncesto cuando es baloncesto y el porno cuando es porno. Tampoco veo voley femenino, ni masculino. No me gusta el voley.

28 de enero de 2012

¿Acepto y comprendo las normas de uso? (libertad)

Estos días, locos con la privacidad y la censura, la libertad y las grandes compañías que se mueven al compás del poder de los estados que juegan a sesgar las informaciones para que hagamos uso de nuestra libertad con la información direccionada que tiene la manipulación de los medios... algunos se escandalizaban de la posibilidad que Twitter pudiera eliminar aquellos mensajes que consideraran atentados contra las buenas formas. Supongo que no puedes decir que hay que matar a los judios si es que haces el twitt desde Israel, Alemania o Francia. Supongo, entonces, que no puedes decir que todos los vascos son unos hijos de puta si publicas desde Bilbao, aunque quizá sí, si lo haces desde Santander, quien sabe. Eso lo va a decidir Twitter.

Otros están preocupadísimos porque Facebook terminará imponiendo la línea de tiempo a todos sus usuarios y es más que probable que aparezcan cositas que pensabas que se habían quedado resguardadas bajo el paraguas de la privacidad y de las restricciones que, astutamente, ponías a tus publicaciones.
Y google está avisando de un cambio en la privacidad para marzo.

Hace tiempo que no se hablaba tanto de las libertades.

Claro, que... ¿qué puñetas de libertades?. La informacion que pones en Twitter no es tuya, es de Twitter. Lo que subes a facebook es de facebook y los videos de youtube, que han sido quitados, puestos, eliminados y alterados desde hace años son quizá el referente para lo que sucederá con los mensajitos, las fotos e incluso el contenido de blogs como éste que, por mucho que diga que es cosa mía, lo es para los castigos pero si genera tráfico, publicidad o un sólo dólar, entonces es de google que es quien pone el servidor como quien pone la casa y se puede quedar la ropa que te dejaste dentro.

Ayer la cadena SER hacía un monográfico sobre la libertad eliminando el caso de la expulsión del sr Vigalondo de El Pais por unos cuantos chistes de judíos. Todos conocemos más de un caso en el que la información que alguien ha firmado en alguna red le ha supuesto un problema en el trabajo o un cargo en el proceso de separación (el 66% de los divorcios en EEUU ponen, como prueba de infidelidad, algún dato de facebook)

Una cosa es cierta: si yo soy el dueño de Twitter, por poner un ejemplo, se publica lo que me da a mi la gana porque para eso es mi casa, mi empresa y mi negocio. Lo mismo con el resto de los casos. No me importa nada, si soy el sr Zuckerberg, que ahora aquel que no podía ver aquella foto la pueda descargar a su ordenador si es que mi próxima salida a bolsa me va a generar un poco más de dinero ya que he aprendido que el cotilleo es mi gran negocio y para eso soy el dueño de los datos. Y si algo me molesta o molesta a una compañía que genera más que un usuario, quito el video de youtube, elimino el blog o desaparece un perfil sin preguntar antes, porque no hay que preguntar cuando el dueño no es el usuario sino la empresa.

En la historia del comercio hasta el siglo XX alguien hacia un producto y tú, al comprarlo, pasabas a ser dueño absoluto de él. Era fácil. A partir del XXI el "producto" sigue siendo propiedad de la compañía mientras tú lo alimentas a base de posts, de fotos y de twitts.

Sigue siendo el dueño el que hace con él lo que le da la gana porque, al fin y al cabo, ese es el uso que hace de su libertad como propietario.

Claro que esa propiedad del producto está escrita en esa gran mentira que asumimos cuando marcamos, sin ser verdad, la casilla de "acepto y comprendo las normas de uso". Y luego, te quejas como un troll.

27 de enero de 2012

Ruidoblanco

Hay discos para verano. Son alegres y tienen la desidia del calor. Hay discos para la primavera. Son tontos como un adolescente. Hay discos de otoño, que tienen el olor de los paseos por la playa cuando no hay bañistas.
Y hay discos de invierno. Algunos hasta están hechos para oir las canciones hasta el final.

Quizá eso sea el disco de Ruidoblanco, un disco para el invierno, tremendamente infantil y melancólico, como cuando te quedas quieto y te sientes pequeño en medio del pasillo.


Y de todo lo que me dijiste cuando/ te bajaste de aquel autobús temblado / ya no quedan ni las intenciones / solo restos de palabras, letras, / una mano que se aparta cuando / nota el inminente roce de la mía / otro puto beso en la mejilla / me declaro incompatible con tu vida.
Si después de todas esas caras largas / nada pudo hacer tu risa contra el viento / y todo cayo con el huracán / solo quedara quemar / las ultimas ruinas de nuestra vida / se consumirán sin mas
Cada vez me das porciones mas pequeñas / insignificantes trozos de tus días / me conformo solo con mirarlos / o esconderlos en el fondo de un armario / me pregunto cuanto tiempo necesita / uno para olvidarse del otro / bastara con unas cuantas vidas /creo que es mas que suficiente la media
Si después de todas esas caras largas / nada pudo hacer tu risa contra el viento / y todo cayo con el huracán / solo quedara quemar /las ultimas ruinas de nuestra vida / se consumirán sin mas
Ya no quedan ni las intenciones / solo restos de palabras, letras / me conformo solo con tocarlas / hasta deshacerlas como heladas.


26 de enero de 2012

Marca la X para la ciencia en tu declaración

Buscando en el BOE se puede encontrar lo siguiente:
y es lógico y hasta lícito que cada uno seamos libres de poder elegir, con la crucecita de marras en la declaracion de la renta (que ahora no recuerdo qué es lo que marca en el borrados que te manda hacienda), si queremos que unos de los euros de los que aportamos a las arcas del estado vaya a la iglesia o a algún otro lugar que no sea nuestro bolsillo. Desde hace nada y partiendo de un joven investigador emigrado de 26 años existe un movimiento de recogida de firmas para que esa cruz pueda ser destinada a que España invierta en investigación, que es esa cosa de la que les gusta hablar a los políticos en campaña electoral pero que como es poco rentable a corto plazo siempre termina siendo un centro de recortes, casi como la educación o la sanidad y nunca como las dietas o los trajes no culpables.

Como también es lógico hay determinados esfuerzos que un pais ha de acometer con la vista puesta más allá de las próximas elecciones y uno de ellos es la inversión en la propia materia prima del pais. Ningún pais tiene una generación más tonta que la anterior pero sí que es cierto que más de uno tiene una generación a la que se le ha metido en la cabeza que no va a poder ser mejor que la que le precede. Mis padres pasaron de unos estudios precarios a tener casa de veraneo y mis amigos se levantan cada mañana con la apocalipsis en la prensa asegurando que por mucho que se esfuercen no van a poder pagar los 15 primeros años de su hipoteca a 40. Cada día te repiten que no vas a encontrar un trabajo en el que te sientas feliz, que nunca vas a lograr el amor de tu vida y que te vas a tener que arrastrar por el siglo XXI mientras terminas trabajando como un chino para una compañía china sin saber qué pone en el contrato que firmaste. Tenemos que reconocer que la llegada de la apocalipsis ya está en los informativos de la SER, en los debates de Intereconomía y hasta en documentales de La2.

Cuatro investigadores españoles estan entre los 28 mejores del mundo de la biociencia. Somos un pais de grandes mentes que han parido el futbolín, la fregona, la siesta, el submarino y se podría decir que el helicóptero. Somos más listos que inteligentes y tenemos ese don tan mediterráneo de la capacidad de creación junto a la timidez del que se siente con camino para mejorar, porque nunca nos creímos los mejores del mundo en nada, excepto en fútbol.

Pero, casi como he leido en algún lugar, si no ayudamos a generar ese momento de paz y reflexión que te da sentarte a pensar, volveremos a conseguir que se afirme que si das una aspirina con una cocacola a una manceba se va a volver más fácil que la dama de honor fea a las tres de la mañana con dos copas y un soltero delante. Volveremos a pensar que con un fisherman´s no das en el control de alcoholemia. Creeremos que beber vodka por los ojos es la modernidad del alcoholismo. Consideraremos que hacerte un tampon on the rocks es una chulada y quizá, con el paso del tiempo, alguno podrá afirmar que oyendo las canciones de Bisbal al revés se invoca al diablo. Después nos extraña que a los españoles no les satisface ni su móvil, ni su banco, ni su gobierno, ni su compañía electrica

Investigar está bien porque te hace replantearte muchas cosas que pensabas invariables hasta ese momento. Es rentable a la larga, por supuesto. Pero no es rentable a corto plazo. En una empresa de vendedores lanzaron a dos tipos a la calle. Uno salió el primer dia y volvió con cinco pedidos, con siete el segundo, con nueve el tercero. El otro fue despedido porque no había vendido nada. Le contrataron en la competencia, le dejaron un mes y le dieron dinero para gastar. Descubrió la forma de hacer que el producto mejorara, se promocionara y fuera lider de ventas. Quizá nuestra empresa social necesita acabar con la sensación de apocalipsis mejor hoy que mañana, pero quizá la forma no es despidiendo a quien nos puede hacer cambiar definitivamente, y no sólo por un rato.

Algunas guerras se ganan con trabajo y paciencia. Y mucha investigación. Son apuestas a largo plazo.

Es triste encontrar videos que te enseñan lo triste que es un laboratorio sin personas.


Quiero mi casilla para que se investigue en casa, aunque sólo sea porque me ponen las chicas en bata, porque se supone que vivo en un pais libre para que yo decida a donde va mi dinero y porque creo que tenemos una buena materia prima que no hay que desaprovechar.

Se llama inversión.

Pd: Claro que, rapidamente, PP, PSOE, CiU, PNV y UPyD han dicho que no, por cuestiones de rentabilidad, supongo. Por estupidez, afirmo.


25 de enero de 2012

Pantallazos azules y la 3º edad

La informática se suele asociar a la juventud, a ese extraño gen que vive en la mente de las personas curiosas que van reconociendo, poco a poco, el mundo que les rodea.

Se asocia a ese manejo intuitivo de la tecnología que hace que la mayoría de los dispositivos lleven unas brevísimas instrucciones en multitud de idiomas donde nunca encuentras el tuyo. Se suele esperar que te sientes delante de una pantalla y empieces a sentirte el amo del mundo a golpe de click o dejando la huella del índice sobre ella.

Pero nadie supuso nunca el gran potencial de la tercera edad con la tecnología. Nadie se imaginó nunca a su madre usando google maps para enseñarte los lugares donde le esperaba su padre cuando quedaban a espaldas del abuelo. Nadie consideró las grandes aportaciones que pueden hacer a la wikipedia o la paciencia infinita para crear bucles enormes en el powerpoint

La tercera edad es la que se compra en masa los libros de informática, los que subrayan los manuales, los que se aprenden de memoria las direcciones web y los atajos de teclado.

Una persona que no está en esa edad ve un pantallazo azul y da al reset. Una persona a la que se le repite el pantallazo va al taller y dice que "no funciona".

Un jubilado coge un folio, un bolígrafo y te trae perfectamente la nota, diferenciando entre pentágonos, Oes y ceros.

Tengo esta nota de reparación esperando para cambiar el disco, pero me he quedado el folio.

Y le voy a cobrar menos porque me ha parecido que su trabajo merece la pena.

La informática, como el sexo, como las historias, como las obras, como la comida de la abuela... es mucho más tierna si tiene el punto aplicado de un usuario de la tercera edad.

24 de enero de 2012

Pozí is Dead.

Ha muerto Pozí.
Y ha muerto como mueren las grandes estrellas: arruinado.
Ha muerto como Nadiuska, como Enrique Jardiel Poncela, como Monturiol (que fue el inventor del submarino), como Etta james, como Lupez Vélez, como morirá Whitney Houston, como murió el cuñaooo y , probablemente, morirá el Risitas.

Ha muerto como nos gusta que mueran algunas estrellas y algunos personajes: atormentados.

Ha muerto como quisiéramos que muera Belen Esteban: en un pozo de amargura y , a ser posible, en un portal y en medio de una noche llena de lluvia, con una farola intermitente mientras es descubierta por un taxista que acaba de dejar a una prostituta en casa después de trabajarse a obesos transportistas rumanos.

Ha muerto como una neurona residente en la memoria de todos los que nos enganchamos a la parada de los monstruos que fue Crónicas Marcianas, arrebatando la idea del freak que produjo el Missisippi, La Veneno y Pepe Navarro. Creo que llegó un poco antes que Carmen de Mairena y muchos años después que Carlos Jesus y sus mil millones de naves. Llegó antes que Tamara (la mala), Paco Porras y el baile del pañuelo del Sr Dantés.


Desconozco si ahora quedan freaks en televisión , porque no veo Tele5 desde que se dedicó a repetir clones de Sonia Monroy o Malena Gracia. Gran hermano es un cóctel de personajes extremos con curriculum para una teletienda o una mala portada de Interviú. En realidad nunca veo nada excepto, al estilo Fungairiño, algún documental de la2. Creo que quedan cien millones de callejeros haciendo oposiciones a ser el próximo PoZí, pero Pozí sólo había uno.


Y ha muerto como una gran estrella: contando aquellos tiempos en los que se sentía el centro del mundo.

23 de enero de 2012

Eran los niños de azul, en el colegio de monjas..

En junio, justamente un dia antes de cumplir 18 años, Ismael mató a su hermano y a su madre en Portugalete y se entregó a la policía. Al ser menor la pena máxima que le caerá es de 8 años y además estará ingresado en un centro ejemplar de menores que tiene una piscina chulísima.

La verdad es que las leyes, quizá por su complejidad o por la desidia de los procedimientos burócráticos de nuestro mundo, suelen llevar cierto retraso con la verdad de la sociedad en la que nos toca vivir. Hemos mantenido la verdad, cierta en algunos cuentos, de que las parejas viven enamoradas, que ningún varón pega a su compañera, que ninguna mujer castiga psicológicamente a su marido, que nadie roba por vicio, que ningún parado tiene unos ingresos ocultos, que las subvenciones sólo se piden por necesidad y que, por supuesto, todos los menores son almas de cántaro con mentes puras y el potencial de hacer de nuestro mundo algo mejor cuando les toque sustituirnos.

Algunos estudios afirman que los centros de menores son un lugar idílico donde reconducir adolescentes conflictivos que, según los mismos estudios, han incrementado los casos de agresion a sus progenitores hasta los 17.000 casos desde el año 2007.

Y en euskadi, que somos siempre un curioso referente en lo que a violencia se refiere, resulta que el 54% de los casos son realizados por chicas (que suelen pegar a la madre). Eran las niñas de azul y ahora parecen las viejas verdes.

Cada determinado periodo de tiempo aparece la discusión sobre el populismo punitivo. En realidad determinados casos, de esos que te ponen la piel de gallina por la crueldad que determinadas mentes pueden llegar a cometer cuando aún no les han salido los pelos del pubis, te hacen pensar que si tienes suficiente edad como para poder cometer un delito también la tienes para asumir la culpa.

En Misuri, hace unos días, se publicaba la noticia de una joven de 15 años que asesinó a su vecina de 9 "para ver qué sentía". El Cuco y su chulería, el asesino de la katana, el Rafita... son ejemplos impropios de la sensación de impunidad que se contagia hasta determinada edad. Una conocida, profesora de profesión, con niños de 8 años a su cargo y cansada de un alumno en particular, hizo amago de abofetearle. "Pégame"- le dijo el niñato- "que te denuncio". En Italia una menor prefirió decir que había sido violada a contar la verdad del motivo de llegar tarde y ya no ser mocita. En Bilbao se descubrió que un grupo de menores se acercaban a sus víctimas pidiendo dinero a cambio de no decir que les habían intentado violar.

Sin embargo, de la misma manera y quizá por la filtración popular de los resquicios de las leyes, algunos adolescentes han denunciado a sus padres porque no les pasan la paga que consideran apropiada o incluso, en casos excepcionales, universitarios intentan penar a sus padres por pasarles únicamente 600€. Con eso, como es lógico, no da para los libros, la comida, las copas, la tarifa de datos y los condones. Paris Hilton ahora se llama Tamara Ecclestone.

Determinadas denuncias asumidas por la sociedad han constatado que existe una gran parte de las personas que se cruzan con nosotros cada día que han utilizado en su favor los mecanismos que hemos puesto para la igualdad entre todos. Nuestra gran responsabilidad es tener un sistema que ha regalado prevendas como quien regala pisos de protección sin preocuparse de la cilindrada del coche que aparcan en el garaje. De esa manera se nos han llenado las palabras de "derechos" (a la infancia, a un trabajo digno, a una vivienda, a internet, a unas vacaciones, a una playstation, a un aborto libre y gratuíto o a una sanidad de calidad).

Son derechos que comparto.

Pero quizá los derechos son para el que se los merece, porque estoy convencido que hay para todo el que se lo merece, pero no para todo el que lo quiere, como si la generosidad o la protección al menor, a la mujer, a la inmigración o al trabajo fueran gratuítas.

...porque quizá algo hemos comunicado mal a todos los que vienen por detrás, pidiendo y aprovechando derechos que costaron mucho esfuerzo a nuestros padres, aquellos que siempre nos vieron como niños y que nos legislaron como tales.

Quizá por eso hay días en los que tengo la sensación que los periódicos y algunas de nuestras ideas básicas se levantan meados.

21 de enero de 2012

Ni M, ni G (punto), ni J(ames, Etta)

Primero te cierran Megaupload y ahora, después de años buscando, esto:



Es, definitivamente, una semana llena de malas noticias.

20 de enero de 2012

Internet nunca ha sido libre

Han cerrado megaupload. Pues mira tú qué bien. Un amigo dice, en facebook, que le han arruinado la vida. Claro, como todo el mundo sabe se dedicaba, con su cuenta premium, a generar contenidos culturales para mejorar el planeta y que estuvieran disponibles para cualquiera. Eso no tiene nada que ver con que se quedara, ufano y orgulloso, junto a su última copa, diciendo que le podíamos pedir cualquier serie o cualquier película, porque ya las tenía todas. Eso, por supuesto, independientemente que no hubiera visto ninguna porque, como también está claro, es un tullido cultural.


El caso es que este cierre ha venido justamente un dia despues de la movilización mundial contra la ley SOPA, que viene a ser la Sinde de los EEUU y que, si la miras con detenimiento y buscando, viene a decir que si en un blog pones un link a un contenido que se pase por el forro los derechos intelectuales de los autores te van a meter en la carcel junto a los violadores de niñas de instituto.

Ante eso una gran mayoría de los internautas del mundo, de esos que están sentados delante de su máquina con una página porno, una de descargas, el twitter y el facebook, se han quejado porque no se consideran unos delincuentes sino los defensores, al estilo más medieval de la palabra, de la cultura del siglo XXI y los que vengan detrás.


Algunos, mientras se indignan como niños sin caramelos, gritan que internet debe de ser libre. Presuponen que actualmente lo es.

Internet, lo siento, nunca ha sido libre. La prueba está en esas revoluciones de hace menos de un año en las que un dictador sin rubor cortaba un cable y dejaba sin conexión a todo un pais árabe. Internet no es libre desde el momento en el que Google sabe exactamente cuáles han sido tus últimas 50 búsquedas en su buscador. No es libre desde el preciso instante en el que tuenti o facebook se queda las fotos que subes y que, aunque no dejan que las vea tu primo o tu ex, las almacena para comerciar, si fuera necesario con ellas. Google ha publicado hoy que ha ganado 10580 millones de dólares, de algún sitio saldrán. (de comerciar con tus datos)

Internet no es un medio libre ni siquiera en aquel messenger que ahora es un desierto de personas no conectadas. Si hubieras leido el contrato de aceptación de servicios hubieras podido comprobar que cualquier dato, foto, conversación o incluso ese momento en el que te tocaste delante de la webcam era propiedad de microsoft. Tus movimientos con android son propiedad de google, tus archivos del iPad pasan a ser de Apple cuando los envías. La computación en la nube es una manera de apropiarse de tu trabajo de la misma manera que el aleman gordo cabrón propietaro de megaupload lo hace de los discos, videos y películas de los demás (30 empleados, 150mill$ de beneficio).

Cuando accedes a este blog vienes identificado por una ip. Google analytics la identifica. Sabe la resolución de tu pantalla, el sistema operativo que usas, la ciudad y el barrio desde el que accedes, la palabra que pusiste para llegar aqui, el tiempo que estuviste, donde hiciste click... y eso con una herramienta gratuíta que te sonsaca datos mientras estás en tu casa sentado delante de la máquina como si no pasara nada. Blackberry insisite en que es especial porque tiene un servidor propio para tus mensajes. Whatsapp insiste en que no te cuesta dinero. Sin embargo son negocios. Lo son porque tus mensajes y tus búsquedas, tu comportamiento mientras piensas que nadie te mira, son su moneda, su negocio, su producto de venta.

Dime ahora que internet es libre.

La única manera de hacer uso de tu libertad es que salgas a la calle y digas lo que quieres decir al oído de quien quieres que lo oiga. El resto del tiempo, no te engañes, alguna empresa se está quedando con ello para traficar con tu libertad.

Y luego vienen los gobiernos que, sin tener ni idea de la realidad en la que viven, intentan legislar sin orden un mundo que se les escapa de las manos haciendo leyes que algunos piensan que les cohartan la libertad que tampoco tenían antes, cuando algunas compañías les pedían que metieran sus datos en medio de alguna aplicación "gratuíta".

Ser libre no es que te puedan meter en la carcel por piratearte un disco de mierda, por supuesto. Tampoco es que cada vez que busques una palabra alguien pueda comerciar con ella. La manera más sencilla de entrar en un perfil de facebook, hasta hace nada, era decir a facebook que querías anunciarte a usuarios que eran exactamente como la persona que querias ver. Y facebook te daba todos los datos en 4 clicks. En el quinto, cuando ya tenías sus fotos, sus mensajes privados y aquella parte de su mundo que no te contaba, te pedía dinero. No quiero pensar que se puede conseguir pagando.

Quizá quienes se han comido nuestra libertad no han sido tres o cuatro gobiernos, sino alguna compañía de ricos.

Otra cosa es que, con la ley en la mano, tanto la SOPA como la Sinde, sean un horror. Pero quizá, si hablamos de prioridades, algunas empresas deberían de dar muchas explicaciones.

Y nosotros, como usuarios, ser consecuentes y reconocer que megaupload nunca fue cultura, ni libertad. Aunque nos hemos bajado un buen montón de pelis.

19 de enero de 2012

La tecnología y los nuevos recuerdos

Cuando mis padres tenían un momento melancólico y hablaban de su infancia podías imaginarte sus relatos. Nunca vi más que un par de fotos, y en una creo que mi padre hasta tenía pelo rizado, que pudieran asegurar que sus historias fueran ciertas. La otra es una foto de mi madre en la que se parece sospechosamente a Elisabeth Taylor, pero es que para mi siempre ha sido una mujer preciosa.

Si me voy a las fotos de mi infancia, que no son muchas, aparezco en blanco y negro siendo un bebé en los brazos de mi padre y me averguenzo absolutamente de una foto con colores al estilo "cuéntame" en la que parece que mi madre me la está sujetando mientras orino como un niño que acaba de empezar a andar (y no puede hacer dos cosas a la vez).

Luego llegan los álbumes de mi adolescencia. Las fotos de los viajes, las fotos con los amigos e incluso alguna foto con aquellas primeras novias.

Y un día llegó la tecnología. Empezaron a acumularse fotos y vídeos. Tengo guardadas muchas caras de las que apenas recuerdo los nombres. Sitios que parecen iguales. Más fotos de la última persona con la que no me supe comportar que fotos de mi hermana.


Y pienso que dentro de pocos años habrá personas que tengan, quizá, demasiados recuerdos de su pasado como para inventarse historias perfectas.

Ahora mismo desconozco si tener tantos datos, tantos videos, tantos recuerdos... puede hacer que nuestro futuro y, sobre todo, nuestras historias ya no tengan ese componente de magia el día que nos pongamos, melancólicos, a contarlas.

Supongo que la tecnología variará, ostensiblemente (si no lo ha hecho ya), nuestros recuerdos.

18 de enero de 2012

Psycho Killers de éxito

Recordando American Psycho a golpe de videoclip me pregunto el motivo por el que nos apasionan tanto los personajes atormentados que han saltado al ring de los psicópatas.


Nos ha encantado Dexter, y su código. Nos encantó el personaje de Anton Chigurh en No es país para viejos. Hemos intentado comprender a todas y cada una de las mentes criminales y en todos y cada uno de los capítulos de CSi se ha buscado una explicación al motivo del asesinato cruel del personaje de turno que cae antes de la primera pausa publicitaria. Nos encantan los atormentados que traspasan los límites del comportamiento correcto.


Cuanto más normal es el personaje en cuestión y más oscuro es su alter ego más nos apasiona. Da igual que sea real o ficticio. Quizá es la parte de nosotros a la que le encantaría traspasar los límites de lo correcto para hacer lo que una parte de nosotros nos pide a gritos. Hace unos dias publicaron un modelo matemático que intenta explicar el comportamiento del cerebro en un asesino en serie. Pero eso no explica el motivo por el que nos apasionan los personajes definidos como borderlines. Nos hace mucha gracia descubrir, en televisión, que el investigador de turno descubrió que ella era culpable porque el perro se atragantó con los huesos del difunto. Nos encanta pensar que un pelo con un tinte que sólamente usa la asesina apareció debajo de las uñas del muerto. Pero lo que no nos atrevemos a admitir es que una parte de nosotros, aquella que le encantaria coger una recortada y hacer sufrir indiscriminadamente a todos aquellos que convierten algunos de nuestros días en un suplicio, siente un puntito de envidia por algunos psycho killers.


Porque si no fuera así, no tendrían tanto éxito algunas series de televisión. Y Tele5 no contrataría a algunos asesinos a compartir plató con Jordi y sus anunciantes.

Es más famoso el asesino de Kennedy que el último premio nobel.

17 de enero de 2012

Gilipollas endogámicos (1982-¿2012?)

Cuando oigo el audio en el que "el bigotes" afirma que "Camps es un gilipollas" y que los empresarios son una "banda de gorrones" recuerdo sin poder evitarlo el personaje de Javier Bardem en Huevos de Oro que, allá por el 93, describía al tipo de empresario inculto, sin gusto y sin moral que ha cercenado la sociedad en la que vivimos hasta el punto de hacer prácticamente cierta la creencia popular que afirma que no se puede triunfar sin ser un soberano gilipollas (y un poco ladrón).

En realidad no deja de ser el reflejo del compañero de clase macarra y agresivo que se compra el coche que hace más ruido, sale con la tía que tiene las tetas más gordas y da la sensación de estar por encima de la verdad, la moral y los profesores a lo largo de todo el bachillerato. Es el mismo al que te encuentras en la puerta de un bar acabándose el último cigarro e intenta convencerte que nunca llegó a nada porque no quiso o que lo tuvo todo y por culpa del destino lo perdió en una mala jugada.

Es el mismo que descubrió a quien sobornar en aquel ayuntamiento para hacer unos chalets adosados con mano de obra sin regular porque tenía en nómina al hijo del inspector de trabajo, el que se compró un Porche Cayenne para irse de caza con el concejal de urbanismo o el que tenía de nómina un euro más que su jugador de fútbol favorito, que es con el que se iba de putas si el equipo ganaba por más de dos.

Es el mismo, por supuesto, que dejó la empresa quebrada, a los proveedores sin pagar, a los trabajadores sin cobrar y ahora, como una mala cigarra, aparca el todoterreno en zona de minusválidos vestido con ropa sin clase de hace tres temporadas y te intenta dar lecciones de cómo se mueve en realidad el mundo mientras eres tú quien paga el whisky.

En un estudio de la escuela de negocios de Stanford, a colación del liderazgo, se ha llegado a afirmar que la bondad y la generosidad no son unos párámetros que te ayuden a convertirte en un líder. Los compañeros suelen identificar esas cualidades como algo prestigioso, pero siguen resaltando a aquellas personas, al estilo Capone (dominante y egoísta), como quienes quieren que se conviertan en sus líderes. Supongo que es el mismo caso de aquella temporada en la que tuve más admiradoras que nunca, salí elegido delegado de clase en la universidad, conducía un coche de 140cv y puedo recordar como una época en la que me comportaba como un tremendo soplagaitas, pero soplagaitas exitoso.

Ser gilipollas es una cuestión endogámica: terminas rodeado de gilipollas. Es como ser yonki o ser alcohólico. Los chorizos que han arruinado nuestro país se han comunicado entre ellos y se han pasado subvenciones, coca, trajes y algún que otro contrato mientras alardeaban de ello ante su chófer, su puta o su camello.

Los demás, como cuando eres un adolescente, hemos pensado que aquella actitud dominante, sumada a la belleza de su novia de turno, el ruido de su coche y la limpieza de su traje, eran muestras de un liderazgo que les dejábamos tener.

Da igual que la corrupción fuera como la paella, que no hay mejor que en Valencia.

Da igual que el yerno del rey terminara hablando con todos y cada uno de los (ma)cacos que necesitaban regodearse de sus fórmulas1 o de sus bodas en El Escorial (que, en ese caso, viene de escoria)

Da igual, incluso, que un gallego corrupto del PP acabara cenando con un andaluz corrupto del Psoe mientras llamaban por teléfono a un corrupto del PNV que era el interlocutor válido para un corrupto de CiU con amigos en un pueblo gobernado por IU.

El caso es que nos hemos dejado llevar por la arrolladora creencia de la chulería, de la prepotencia y de la personalidad embriagadora del macarra de la clase.

Y ahora nos sorprendemos al descubrir que eran macarras.

Y lo que eran es gilipollas con coches caros.

Habrá que revisar cuáles son las capacidades que queremos en un líder, aunque uno de Stanford diga que es un error innato del ser humano elegir al que elegimos.

16 de enero de 2012

Se fue Fraga

Muchos de los que ahora van por la calle exaltando las verdades de la democracia nacieron con la democracia instaurada en casa, y en las calles. Algunos vivimos nuestros años no conscientes al abrigo de los caprichos del dictador y otros vivimos otro tipo de pequeñas dictaduras (como la dictadura que Eta nos hizo vivir) y eso fue porque nacimos muy a principios de los 70. No es una excusa ni una ventaja, es un punto de partida.

El caso es que, casi como los componentes de Pink Floyd, Fraga ya era un señor mayor cuando yo nací. Me contaron que fue ministro con Franco, que hizo los Paradores nacionales, llenó las playas de suecas que venían a Mallorca y que se bañó en Palomares para demostrar que aquellas aguas no tenían residuos radiactivos, como si fuera uno de esos políticos, de los que ahora parece que no hay, que es capaz de ponerse en calzones para demostrar aquellas cosas de las que se encuentra profundamente convencido.(No me imagino a Camps cobrando unicamente un subsidio de parado, a Zp renunciando a su sueldo porque se equivocó 100millones de veces o Rajoy en huelga de hambre hasta que se soluciones la crisis).

El caso es que durante mucho tiempo Fraga fue esa imagen, rémora de otros tiempos, que suponía la correa (in)visible que ataba a la derecha con la parte más reclacitrante del Franquismo. Y, sin embargo, Fraga, manteniendo esa forma de ser que le hacía declarar que no se podría un condón ni muerto, se mantuvo entre la clase política española hasta noviembre del mes pasado, cuando ya tenía 88 años y parecía un superhéroe inmortal.

En casa de un conocido, en el centro de Vigo, hay una portada de Eljueves de hace muchos años en las que se bromeaba con el retiro de Fraga. La tiene enmarcada desde hace mucho tiempo y le sirve como excusa para todos esos trabajadores que tienen que currar hasta los 67 mientras el otro buen señor seguía haciendo de las suyas con más de 80 y con un curriculum que pasa del fascismo a la democracia más absoluta pasando por hacer suya la calle, hablar en gallego y defender la España de las autonomías.

El caso es que, a pesar de todo, Fraga fue un hombre de convicciones, de esos que si conoces un dia te das cuenta que tiene la absoluta creencia en la bondad de sus intenciones y en la verdad de sus ideales. Eso no se lo quita nadie.

Pero sí que es verdad que en este mundo de políticos que viven al vaivén de las encuestas y a la hipocresía de hacer Diego donde dije digo, poco a poco van cayendo algunos que nos abandonan y nos dejan en el recuerdo la defensa de sus ideas con la fortaleza que les dió el tiempo que tuvieron para hacerlo.

Uno fue Labordeta. Otro será Carrillo.


Puede ser mejor o peor, estar de acuerdo o estar en contra, pero tenemos que reconocer que aquellos políticos que irradiaban una determinada fortaleza moral personal van dejando paso a marionetas que viven detrás de atriles con discursos firmados por publicistas de cuarta categoría.

A eso me refiero.

15 de enero de 2012

Las mujeres de verdad (tienen 50)

Publican un estudio, de esos que no valen más que para pasar 10 minutos de charla con los amigos, que afirma la verdad demostrable de que las mujeres de 50 se lo pasan en la cama mejor que las de 40 (que, a su vez, aprendieron de los errores que cometieron a los 30, cuando probaron las cosas que no hicieron a los 20).


Mis amigas que se aproximan a esa edad han sonreído al leer las estadísticas.

Nada dice de lo que nos pasa a los hombres cuando vamos dando los saltos cuánticos en la edad, aunque ya sabemos que en el siglo XXI la masturbación, quizá fruto de la azarosa búsqueda de la exaltación de lo personal en detrimento de lo compartido, es más habitual que el coito o los juegos sexuales.

Las diferencias aquellas en las que se gusta de alardear de lo contrapuestos que somos en la cama los hombres de las mujeres son el caldo de cultivo de estos estudios.


Sin embargo, salvando las formas, mantengo la idea de que el objetivo final suele ser el mismo: estar bien y llegar a esa sensación de paz que te recorre el cuerpo después de una noche loca cuando coges aire, cierras los ojos y lo sueltas poco a poco a la vez que la ves agarrando la almohada y haciéndose un ovillo entre tus sábanas.

Aún así , varios datos se sacan del estudio. Uno, que es obvio hasta cierto punto, es que las relaciones sexuales se reducen con la edad (supongo que no por falta de oportunidades sino por ese conocimiento ingrato que dan los polvos caros, que son aquellos que los realizas sin pensar y te persiguen durante meses). Otro dato es que el 40% de las mujeres afirman carecer de deseo sexual (que sube al 95% si delimitamos el campo a mujeres que te interesan) y el 67% de las mujeres alcanzan el orgasmo, aunque nadie dice que sea cuando están contigo.


Tengo un amigo que una noche, de esas en las que se hacen confidencias entre las tercera y la cuarta botella, nos aseguró que uno de sus mejores orgasmos lo tuvo delante de la televisión, una mañana tonta, mientras fantaseaba con Ana Rosa Quintana.

Los mitos de la sensualidad las inclinan a pensar en noches de lujuria con autoestopistas jóvenes que las revienten en la habitación de un motel. A nosotros nos han enseñado a pensar en mujeres jóvenes con curvas que se avalancen sensualmente contra nuestro varonil cuerpo.


Y, al contrario, va a resultar que en este mundo de fornicio (al estilo del obispo de Córdoba), la verdad se alcanza con la edad, como la sabiduría. Las mujeres de verdad tienen curvas y, a partir de ahora, 50.

Pd: aunque , como en todo, hay de 30, 35, 40 y 43 maravillosas.

13 de enero de 2012

¿Más rápido?. No, más delgado.

Hace 17 años la publicidad de los ordenadores decía: "Ahora más rápido". Hoy en día la publicidad grita a los 4 vientos: "más bonito, más delgado".

Probablemente es cierta la verdad que afirma que el ser humano llegó a la luna con menos tecnología que la que entra en tu bolsillo.

Probablemente es verdad que la informática es capaz de hacer tantas cosas que desaprovechamos el mayor porcentaje de su capacidad y que los fabricantes, espoleados por un producto técnicamente inferior pero exitoso en ventas, diseñado para usuarios que no quieren saber cómo funciona y más bonito que una monitora de fitness, han hecho tremendos esfuerzos en meternos por los ojos productos tecnológicamente inferiores pero bien chulos.

El portatil, que se rompe más, que se usa con menor cuidado y que tiene reparaciones mucho más caras, se comió la tostada del equipo de sobremesa que sigue siendo el que se queda encendido por las noches mientras intentas jugar al Angry Birds en tu tableta de 100€ o de 600€, que no deja de ser un teléfono hinchado y, sin embargo, ha sido el objeto del deseo a lo largo de las navidades dándose la irónica verdad de que se han vendido más lectores de libros eléctrónicos que libros electrónicos.


Ahora, a lo largo del 2012 y con la predicción más incierta que la de la Marmota, es el momento de los ultrabooks. ¿Qué es un ultrabook?. Un ordenador que parece un portatil, es más delgado que una anoréxica, no tiene dvd y lleva un disco duro en estado sólido de menos de 100gb. En la mayoría de los casos va a venir montado con una pantalla de 13" y vas a ver a un montón de chulazos con ellos sobre las rodillas en las zonas de embarque de los aeropuertos que son, a la larga, la pasarela donde se chulea de móvil, de tableta y de ultrabook.

No necesitamos tanta velocidad ni tantos núcleos, realmente, para hacer las cinco tonterías que hacemos con el ordenador. No necesitamos a una persona con un premio nobel a nuestro lado porque en realidad queremos que nos abrace y que nos haga vivir sin miedo pero yo siempre he preferido a las más listas.

Mis amigos, a las más guapas.

Los compradores de tecnología hace tiempo que dejaron de preocuparse por la potencia.

Terminaremos con un pentium 100 de 40gb enseñándolo en la cola de embarque del aeropuerto y sonriendo de cómo puedes girar la pantalla con dos dedos, soplar un molinillo de aire virtual que da vueltas en colores y consultar el correo electrónico, el facebook y twitter sin dejar de ser cool.

A muchos de nosotros nunca se nos rompió la televisión de tubo, pero compramos una de plasma. Nadie pidió tecnología para ir a la luna, por eso dejaron de fabricarla.

Por eso las revoluciones en informática son pasos hacia atrás en la potencia, y hacia delante en la moda. Dicen que el si el 2012 va a ser el año de los ultrabooks, el 2013 tendremos kinect hasta en la sopa. Y ahí estaremos, haciendo el mono delante de la pantalla porque el muñequito hace los mismos gestos que haces tú.

12 de enero de 2012

Los pobres son mejores personas


La vida está llena de buenos sentimientos. Lo cierto es que dentro de cada uno de nosotros vive una buena persona, como el pequeño cura que los hermanos de La Salle metieron dentro de mi en mi infancia y me avisa de mis maldades según las voy cometiendo.

Y un estudio, de esos que hablan de moral y de innata compasión humana, ha llegado a la conclusión de que los pobres son más receptivos en cuestiones de compasión y afectividad.

Así que puedes coger un saco de personas, agitarlos, macerarlos en la vida convencional y ponerles delante de una situación de esas en las que aparece tu pequeño angel de la bondad y descubrirás, de manera inversamente proporcional, que los mejores tipos son los que pertenecen a las clases más bajas.

"Yo no soy mala, es que me han dibujado así"- decía Jessica Rabbit.


"Yo no soy malo, es que nací en una familia pudiente"- podría decir un niño rico después de no ayudar a levantarse a una vieja que patinó en un paso de cebra una mañana de frio de algún congelado invierno lluvioso.

Pero ya sabíamos, estudios aparte y aunque suene quijotesco, que los pobres siempre son mejores personas.

11 de enero de 2012

Corazones en La Alhambra

Han detenido a una turista suiza por grabar un corazon en las paredes de La Alhambra con un par de iniciales. Supongo que, en su descargo, habrá alegado que está enamorada y que el amor, como si esta vida fuera una película con final feliz, lo puede todo. Que está cegada, que está encoñada como una adolescente, que se le hacen las glándulas internas nata montada cuando piensa en su pareja, que todas las personas le parecen mejores y que quería hacer parte de su felicidad a un patrimonio de la humanidad. Luego mirará con ojos de suiza enamorada al juez y esperará clemencia o, al menos, que se considere un atenuante.

Hay quien piensa, como una turista suiza, que el amor lo puede todo. Que si estás enamorado el sol saldrá luminoso por la mañana, que no te importa estar en el paro, que siempre tienes erecciones enormes, que el orgasmo dura más y que la vida es mucho más bonita y las palabras suenan más dulces.

Hay quien cree que asumiendo ese punto de partida todo engrana con el aceite del cariño. Que estás deseando conocer a su madre y que todos sus amigos te van a parecer maravillosos, porque son parte de un todo palpitante en la contraparte. Hay quien es capaz de tragarse una película infumable y un concierto desesperante porque está enamorado. Hay algunos que miramos la estantería y no somos capaces de entender por qué compramos el primer disco de Whitney Houston, llevarnos aquel mal trago, tolerar aquellas palabras, volver aquella noche, vaciar un armario que nunca se llenó e incluso decir aquellas barbaridades porque nos asustaba el abismo.

Supongo que no se racionaliza, porque si se racionaliza se acaba.

Y yo soy un hombre racional. Así me va, viviendo entre miles de mensajes que no vuelven porque cuando alguien quiso poner mi inicial sobre una pared de La Alhambra, al lado de un corazón, salí corriendo a ver la fuente de los leones.

Y no volví.

Tampoco me esperó. Punto cero otra vez.

9 de enero de 2012

Es sólo música, pero me gusta.

El primer disco que me compré, como si fuera un niñato adelantado a mi tiempo, fue el Tubular Bells de Mike Oldfield. Reconozco que me gustaba pero nunca lo llegué a entender del todo.


La primera cinta de cassete que me grabaron contenía el concierto en Paris de Supertramp. tengo que admitir que aún guardo aquella cinta y que ese concierto lo tengo en casa en su edición de vinilo y en su edicion de cd. Y Fool´s Overture me sigue pareciendo una jodida obra de arte.


Luego fui dando bandazos como los que da cualquier adolescente de aquellos que se quedaban quietos junto a la radio y tuvieron que sufrir en sus carnes la explosión pop de los 80. Me aprendí las canciones de siniestro, de loquillo, de Nacha pop y de Sabina en aquel disco que grabó junto a Viceversa mientras algunos amigos adoraban la magia de Ac/Dc o las melenas limpias y largas de Iron Maiden e incluso Poison y Europe, otros se deslizaban por el lado más pop, tecno o moderno que pudieran representar aquellos discos de Erasure, Yazoo, A-ha o los albores de Depeche Mode. Tuve cierta predilección por las canciones de amor que ahora se repiten una y otra vez en kiss Fm y me queda la prueba de aquella época en forma de disco de kenny G en alguna estantería. Llevé a mi primera novia, la misma que me obligaba a oir U2 a todas horas, a un concierto de UB40 como quien la lleva al fin del mundo cuando tienes menos de 19 y aparecieron en mi casa todos los discos de Dire Straits, junto con las entradas de varios de sus conciertos mientras me castigaba por no haber tenido la edad suficiente para estar en la gira del Alchemy cuando tocaron en la plaza de toros de Bilbao.


Me compré, de importación, el primer disco de Sade. Conocí la voz rota de Tom Waits y la utilicé para mis primeras tardes tristes oyendo una y otra vez The Heart Of Saturday Night mientras delante mio había un ordenador con pantalla de fósforo verde.


Conocí a Van Morrison y me volvió loco Too Long In Exile para terminar embargado por el Moondance, que era un disco de mi año de la misma frma que Stairway to heaven era la canción del mismo año, justo uno después que murieran Jimmy y Janis.


Tuve un accidente conduciendo a la universidad mientras sonaba Crazy, de Aerosmith, a todo volumen y me dejaron discos de Rosendo, Ilegales, los Enemigos en estado puro y el primero de los Deltonos.


Me recompuse volviendo a comprarme La Canción de Juan Perro en su versión de vinilo en una pequeña tienda que desapareció y que fue donde también me compre Blood On the Tracks para redescubrir lo que había sido Bob Dylan. Me gustó mucho más el segundo disco de The Stone Roses que el primero.

Una novia me regaló la edicion remasterizada de Ziggy Stardust, alguién me dejó en la puerta Dummy de Portishead, otra me descubrió a Extremoduro y cómo esperar a que se quitara los pantalones de cuero antes de que se marchara un domingo a media mañana mientra yo tenía puesto uno de los últimos conciertos de Simply Red, que era una manera de poner un muro de sonido entre ella, su corazón de tango y yo.

Lloré con Single, de Everything But the Girl. Vibré como nadie con los dos primeros discos de Pearl Jam


Me imaginé, en medio de unos años en los que pasé del Hotel California a Lynrynd Skynryd a través de Eric Clapton y poseído por el efervescente momento de Gun´s&Roses, el momento en el que la "hija" de Bill Cosby había hecho la letra de Rosemary (Let Love Rule) junto a Lenny Kravitz.


Disfruté discos de Craig Chaquico, de Semisonic, de Extreme(pero a estos les olvidé), sigo oyendo el Five man Acoustical Jam, a The Verve, a Dinosaur Jr , a los Afghan Wigs y algun dia a los Goodfathers. Me aprendí muchas de las letras de Los Ronaldos porque cantaba tan mal como Coque Malla y grabé infinitas cintas de cassette que regalé y que mantengo, algunas, en dos enormes bolsas de deporte en mi trastero junto a las poesías que dejé de escribir cuando ya era un universitario.

Llegué tarde a Nirvana, viejo a los Rolling, macarra para los Beatles y del quíntuple de Bruce no era capaz de pasar de Thunder Road, porque me parecía insuperable.


Compré el primer disco de Quique Gonzalez cuando dijo, en Radio 3, que intentaba hacer una mezcla entre Van Morrison y Burning, y nos casi nos tomamos una cerveza los músicos y el público, porque entrábamos todos en el bar, depués de una actuación en Ermua. Descubri a Coldplay preguntando sobre lo que sonaba en una taberna irlandesa de Segovia. Odié a Bunbury hasta que me superó con "El Viento a Favor", y me tuve que rendir.


Gasté de oirlo el Manual Para los Fieles, de Los Piratas y no podía dejar de oir The Bends (aunque ahí no estaba Creep), de Radiohead, durante varios meses. Usé a los Red Hot Chilli Peppers para explicar la importancia de un bajo en medio de una canción quince días antes de volverme loco en la playa con un concierto de varias horas de Maceo Parker, que es una de las pocas personas que hace rendirse al ego del gran Prince al que oí de lejos en su concierto de isla Cristina (Coruña).


Descubrí a Incubus buceando en una tienda de discos mientras una chica llegaba tarde. Me dolíó el cuello de dejarlo llevar tras ver a Big Soul en una actuación a la que no fue nadie y que fue, probablemente, el concierto más divertido al que he asistido.


Vi a la Cabra mecánica cuando empezaba en un pequeño pueblo de Cantabria detrás de un señor asustado por la borrachera del Lichis. Vi a Placebo, temblé con la voz de Skin, antes y después de Skunk Anansie. Me lo pasé bien con Pastora, comparé a Blur y a Oasis quedándome con los segundos y salí pensando que el mundo era mejor después de un concierto de Delafe y las Flores azules. Quise ser Michael Hutchence (INSX) hasta que descubri que su novia era Kylie Minogue y, además, se murió. Nunca encontré entrada para ver a Love Of Lesbian y tuve mi par de meses de Bob Marley, mi concierto de Pink Floyd y mis montones de discos de artistas que nunca llegaron a nada, que son australianos sin ser Men At Work , que son un clon de los Smashing Pumpkins o que, como sucede a veces con Ben Harper, mis visitas no conocen.


Dediqué miles de canciones, me dedicaron alguna y me regalaron dos veces los grandes éxitos de Queen. Me arrepiento de no haber ido a ver a los Black Crowes y de no saber lo suficiente de música clásica y no entender fenómenos que me hacen viejo en forma de remezclas de los nuevos gurús que son aquellos que no tocan instrumentos y llenan pistas de baile en medio de nuestros nuevos tiempos convulsos.

Hay días en los que leo sobre moda y los críticos se enredan diciendo que nadie crea nada nuevo, que la moda es cíclica y que las ideas de los creadores parecen mirar continuamente hacia atrás.

En la música pasa lo mismo.

Tengo la sensación, cada vez que voy saltando de canción en canción, de haberme dejado algún grupo, alguna letra, algún sonido por encontrar después de haber devorado, como un perro hambriento, todo lo que pude llegar a escuchar. Este es un post escrito del tirón que no está hecho para leerlo, sino para pasar un ratito pulsando en los links que está lleno de aquellos momentos en los que me quedaba (y me sigo quedando) delante de los altavoces, so lonely.


No tengo ningún criterio, lo reconozco. Si lo tuviera, sabría de música.

Pd: recristo, que viejo soy.

8 de enero de 2012

La silenciosa, tolerada (y sin normas) conquista China

La última vez que entré en un comercio chino, a altas horas de la madrugada y porque estaba debajo de mi casa, decidí no volver a entrar nunca más. Me atendió una niña menor de edad que esperaba detras un mostrador, con una pequeña televisión encendida, a que el cliente de turno recogiera algo de sus abarrotadas estanterías y pagara gentilmente.

Pensé, en aquel momento y como a quien le recorre un escalofrío de ética por el cuerpo, que resultaba indecente que una menor estuviera un martes a las dos de la mañana trabajando por los céntimos de beneficio que pudiera suponer mi pequeña compra.

Pero es trabajo. Es dinero. Es beneficio. Es un negocio. Yo fui un cliente. Apoyé, con mi pequeño consumo, la decisión infame de esa explotación infantil y ese pasarse por el arco del triunfo los horarios comerciales. Viene a ser lo mismo que consumir un producto en el que sabes que, a lo largo de su fabricación, han cercenado los derechos que no quisieras que te quitaran a ti. Pueden ser unas zapatillas de Nike, un teléfono de Apple, una camisa de Tomy Hillfiger, un foulard de Uterque o unos calzoncillos glamurosos y un poco macarras de Diesel. El caso es que allá donde miremos, si miramos con la lupa de la actuación ética para la consecución del éxito, no hay nadie que se libre.


Sin embargo las sociedades occidentales, resguardadas bajo la hipocresía del que no quiere saber la verdad de la infidelidad de su pareja, si es que su pareja vuelve a casa por la noche y le dice lo mucho que le quiere, seguimos manteniendo vivo un sistema que necesita explotar a unos para que a nosotros las camisetas nos cuesten menos.

Y la revolución del siglo que viene pasa por la revuelta de aquellas sociedades a las que hemos oprimido para sentirnos baratos bien.

Cuando yo era pequeño el gran enemigo del primer mundo era japón. Hacían los transistores más pequeños, los coches más modernos, las televisiones más nítidas. Me imaginaba a un enorme grupo de japoneses concienciados con el resurgir de su imperio tras perderlo todo con un par de bombazos atómicos en la segunda guerra mundial trabajando sin descanso y haciendo verdad algunos estudios que afirmaban que el coeficiente intelectual asiático era mayor que el occidental. Les veía practicando TaiChi en sus enormes fábricas para avalanzarse en la conquista del mundo a base de productos mejores que los nuestros. En aquella época hacer las cosas mejor era la manera de ganar en la batalla de la competitividad.


Sin embargo y por culpa de la explotación que hemos tolerado, aquellos japoneses, los alemanes, un saco de americanos del norte y hasta los pantalones más vascos que el kalimotxo han metido en un saco sus ideas y han buscado a una cantidad de chinos que lo trabajen por ellos a precios de risa y con condiciones laborales de guasa.

Y los chinos, que no son idiotas, han descubierto que cuando se trata de pagar menos la calidad nos deja de importar como si fuera la obsolescencia programada hecha consumo. Se ha publicado un libro titulado "La silenciosa Conquista China" donde, según parece, se llega a la conclusión que el gran triunfo de los 1300 millones de habitantes de aquel país, aparte de que son muchos, es que todas esas consideraciones éticas sobre el trabajo, el medio ambiente, los derechos humanos y el respeto a las condiciones del individuo se las pasan por el mismo lugar por el que tú te pasas a la industria nacional en el momento en el que, por medio euro menos, compras considerando el precio como la única variable.

Los últimos meses se ha publicitado una supuesta polémica sobre los horarios de apertura de los comercios en nuestras ciudades. Los comercios chinos ya abrían cuando les daba la gana hace años. Si lo hacían es porque, de una forma u otra, les salía rentable. Y si es rentable es porque tú o yo íbamos a comprar. La invasión, entonces, ya estaba en marcha.

Y lo que resulta innegable es que aunque nos encanta razonar como humanos y llenarlos la boca con palabras como ética, derechos, solidaridad y decencia... al final actuamos como animales cuando se trata de prostituir a un sistema completo por unas monedas. Las mismas con las que pagas tu hipoteca. Las mismas con las que compras la ropa tejida por niños que trabajan 14 horas por dos dólares al día. Las mismas con las que, a las dos de la mañana, vas a comprar a un comercio de alimentación chino que acumula dinero, lo manda a su pais y vuelve en maletines con lo que compran la deuda exterior de aquellos países que no se dieron cuenta que estaban siendo colonizados de la misma forma que lo fue el imperio romano: al estilo bárbaro, jugando a un juego sin reglas.

¿No te gusta?. No colabores. Consume, pero piensa antes de consumir. No sea que vayas a una manifestación contra el sistema con tu camiseta de Tommy, tus lustrosas Nike y un iPad lleno de consignas para la defensa del ser humano, el trabajador y la igualdad entre todos los habitantes del planeta: Los que venían del mono y muchas veces se comportan como orangutanes subyugados por el poder hipnótico de un plátano.



7 de enero de 2012

Hacienda, los fraudes y los investigados

Hace algunos años, cundo la televisión empezaba en color (que no hace mucho), aún recuerdo los anuncios de Barbara Rey y Lola Flores diciendo que "hacienda somos todos". A Lola la pillaron un poco después.


El año pasado, en una de esas noticias que pasan sin llamar la atención, el gobierno portugués se encargó de ir preguntando a los recién casados sobre el restaurante donde habían celebrado su boda y, sobre todo, cual era el fotógrafo que les había realizado el reportaje. Descubrieron, los inspectores, que una gran cantidad de fotógrafos del pais luso no habían declarado los ingresos de aquellos trabajos por lo que reventaron, de la forma más tonta, el grano del fraude en el sector de los reportajes de boda.

Hace unos años un pequeño fabricante de ropa que tenía a bien ser cliente de un servidor fue visitado por un inspector. Había fabricado 100mil pantalones pero tenía una factura, de esas que se emiten para hacer bulto, de 1millon de perchas. El inspector pidió ver el almacén donde estaban las 900mil perchas restantes. Creo que la empresa cerró.


Se parece a esas noticias de Urdangarín que, trabajando en una empresa sin ánimo de lucro, se gastó 600mil€ en decorar una casa de 3mill€.

Defraudar a hacienda, como robar en el Corte Ingles, no es especialmente complicado. Todos, en mayor o menor forma y en la medida de nuestras posibilidades nos lo hemos planteado alguna vez. Otra cosa es que lo hayamos hecho. En nuestro sistema, que tiene más coladores que un queso de gruyere, siempre hay un listo que espera que las carreteras las paguen otros o que cree positivamente, al estilo independentista más tradicional, que no le parece correcto que sus impuestos vayan para otros porque recuerda a aquel alemán que se grabó en youtube alardeando de llevar años de baja tocándose los huevos en su sofá (no encuentro el video, juro que existe).

También es cierto, como excusa para el ciudadano de a pie que le pide una factura sin iva al fontanero, que los grandes fraudes suelen ir de la mano de las grandes fortunas. Y que para grandes empresas existe la posibilidad de crear otras más pequeñas, aceptablemente ruinosas, que se queden los beneficios que generan las de verdad. De la misma forma el famoso impuesto populista sobre las rentas más altas es una soberana tontería si un rico puede crear una empresa, ponerse a sueldo de ella y cambiar la titularidad de sus propiedades.

Las personas de bien, aquellas que están atadas a una nómina invariable, son los blancos más sencillos para los dardos de hacienda cuyos inspectores llevan años denunciando que se ven obligados a descubrir un mínimo de infracciones casi como esa historia urbana de la cuota de multas de tráfico que tienen que poner los agentes.

Si yo fuera un inspector y tuviera que elegir entre denunciar a telefónica, que tiene cien mil abogados y puede alargar el juicio cien años, o al vecino del tercero que no pagó el iva de su televisión de plasma y se acojona con una carta con el membrete del ministerio, ¿a quien ataco?.

Si me convierto en el malo que puede acabar con el equipo de futbol de tu cuidad porque le pagaron unos millones en dinero negro a la estrella que mete goles o le saco el dinero que tiene guardado para la universidad de sus hijos al utillero del club, ¿a quien investigo?.

Así que, particulares y pequeñísimas empresas: este año va a ser complicado. Por lógica y por hacienda.

No es justo, es dinero.

5 de enero de 2012

Reyes.

Supongo que es imposible que los reyes, por muy magos que sean, nos traigan un mundo más justo:


Supongo que es imposible que nos traigan una caja llena de un monton de buena suerte, un kilo de Te quiero o un millón de mimos de los de verdad.

Supongo que algunos se conformarán con una tablet que dejarán de usar dentro de 6 meses, una corbata, un foulard de cuadros y una cena en familia poniendo la vista en el horizonte de la cuesta de enero, que este año va a durar 12 meses.

Supongo que, por culpa de la metralleta mediática, la mayoría se dedicará a mirar al bolsillo, a la nómina y al precio de los percebes y la pechuga de pavo.

Y lo único que quiero de los reyes, ya que no puedo pedir que vuelva Solomon Burke, es que te sientas (y sentirme) mejor. El dinero no tiene que ver con ello. El calor de un abrazo, si. (aunque cada día están más caros y creo que un fondo de inversión apuesta sobre su subida de valor imparable en el mercado internacional)

De pequeño, sobre la mesa de marmol que había en el salón, dejábamos unas galletas y un par de vasos de leche. A la mañana, cuando ya había salido el sol, alguna galleta estaba mordida y los vasos a la mitad. Junto a unos globos de colores se quedaban unas cajas pequeñas, llenas de lazos, con el nombre de cada uno. Yo corría por el pasillo y me sentaba en la mesa mientras mi madre retiraba las migas y me miraba de reojo. Abría los regalos que tenían mi nombre. Luego dábamos un paseo al frio del dia 6. "Tápate el cuello, que luego te acatarras"-me decían en casa antes de salir. Yo ponía cara de rabia porque quería quedarme jugando. Era un niño. Lo sigo siendo.