Mal dia para buscar

23 de enero de 2012

Eran los niños de azul, en el colegio de monjas..

En junio, justamente un dia antes de cumplir 18 años, Ismael mató a su hermano y a su madre en Portugalete y se entregó a la policía. Al ser menor la pena máxima que le caerá es de 8 años y además estará ingresado en un centro ejemplar de menores que tiene una piscina chulísima.

La verdad es que las leyes, quizá por su complejidad o por la desidia de los procedimientos burócráticos de nuestro mundo, suelen llevar cierto retraso con la verdad de la sociedad en la que nos toca vivir. Hemos mantenido la verdad, cierta en algunos cuentos, de que las parejas viven enamoradas, que ningún varón pega a su compañera, que ninguna mujer castiga psicológicamente a su marido, que nadie roba por vicio, que ningún parado tiene unos ingresos ocultos, que las subvenciones sólo se piden por necesidad y que, por supuesto, todos los menores son almas de cántaro con mentes puras y el potencial de hacer de nuestro mundo algo mejor cuando les toque sustituirnos.

Algunos estudios afirman que los centros de menores son un lugar idílico donde reconducir adolescentes conflictivos que, según los mismos estudios, han incrementado los casos de agresion a sus progenitores hasta los 17.000 casos desde el año 2007.

Y en euskadi, que somos siempre un curioso referente en lo que a violencia se refiere, resulta que el 54% de los casos son realizados por chicas (que suelen pegar a la madre). Eran las niñas de azul y ahora parecen las viejas verdes.

Cada determinado periodo de tiempo aparece la discusión sobre el populismo punitivo. En realidad determinados casos, de esos que te ponen la piel de gallina por la crueldad que determinadas mentes pueden llegar a cometer cuando aún no les han salido los pelos del pubis, te hacen pensar que si tienes suficiente edad como para poder cometer un delito también la tienes para asumir la culpa.

En Misuri, hace unos días, se publicaba la noticia de una joven de 15 años que asesinó a su vecina de 9 "para ver qué sentía". El Cuco y su chulería, el asesino de la katana, el Rafita... son ejemplos impropios de la sensación de impunidad que se contagia hasta determinada edad. Una conocida, profesora de profesión, con niños de 8 años a su cargo y cansada de un alumno en particular, hizo amago de abofetearle. "Pégame"- le dijo el niñato- "que te denuncio". En Italia una menor prefirió decir que había sido violada a contar la verdad del motivo de llegar tarde y ya no ser mocita. En Bilbao se descubrió que un grupo de menores se acercaban a sus víctimas pidiendo dinero a cambio de no decir que les habían intentado violar.

Sin embargo, de la misma manera y quizá por la filtración popular de los resquicios de las leyes, algunos adolescentes han denunciado a sus padres porque no les pasan la paga que consideran apropiada o incluso, en casos excepcionales, universitarios intentan penar a sus padres por pasarles únicamente 600€. Con eso, como es lógico, no da para los libros, la comida, las copas, la tarifa de datos y los condones. Paris Hilton ahora se llama Tamara Ecclestone.

Determinadas denuncias asumidas por la sociedad han constatado que existe una gran parte de las personas que se cruzan con nosotros cada día que han utilizado en su favor los mecanismos que hemos puesto para la igualdad entre todos. Nuestra gran responsabilidad es tener un sistema que ha regalado prevendas como quien regala pisos de protección sin preocuparse de la cilindrada del coche que aparcan en el garaje. De esa manera se nos han llenado las palabras de "derechos" (a la infancia, a un trabajo digno, a una vivienda, a internet, a unas vacaciones, a una playstation, a un aborto libre y gratuíto o a una sanidad de calidad).

Son derechos que comparto.

Pero quizá los derechos son para el que se los merece, porque estoy convencido que hay para todo el que se lo merece, pero no para todo el que lo quiere, como si la generosidad o la protección al menor, a la mujer, a la inmigración o al trabajo fueran gratuítas.

...porque quizá algo hemos comunicado mal a todos los que vienen por detrás, pidiendo y aprovechando derechos que costaron mucho esfuerzo a nuestros padres, aquellos que siempre nos vieron como niños y que nos legislaron como tales.

Quizá por eso hay días en los que tengo la sensación que los periódicos y algunas de nuestras ideas básicas se levantan meados.

1 comentario:

iparrajose dijo...

el post bien, pero la metáfora del fina... joder, es que lo has bordao, tío.