Mal dia para buscar

29 de mayo de 2019

23 de mayo de 2019

Futuro 4.0 sin cebolla.

 El futuro se resume en lo siguiente. Llegas a un comercio de sandwiches, miras mientras quien te atiende espera con su uniforme. Dudas. Decides que quieres un numero 3 pero sin cebolla. Al fin y al cabo los hacen alli mismo, tras un cristal muy limpio. Entonces te dice que el numero 3 lleva cebolla. "Bueno- le dices- pues no le pones cebolla y ya está". "No señor- te responde- el 3 lleva cebolla. Es imposible servirlo sin cebolla porque no sería el numero 3". Llegados a ese punto le miras y le dices que es tan fácil como no poner la cebolla. Te insiste en lo mismo e incluso, en un alarde fuera de su competencia, te dice que le quites la cebolla cuando te lo den. Le explicas que es que se queda el sabor en el resto del sandwich. "Lo siento mucho- sigue sin dejar de sonreír forzadamente- el 3 lleva cebolla". Ahí es cuando descubres que es con cebolla o nada. Y tres meses después, cuando pasas por delante, quien hace los sandwiches es un robot que, al fin y al cabo, hace lo mismo que el gilipollas de la caja de antes que está en el paro.


21 de mayo de 2019

Historias de superaciones falsas

Uno de los nuevos síntomas del mundo en el que vivimos son las historias de superación  personales en la pequeña biografía de los seres exitosos. Casi como aquello que poblaba los libros de autoayuda en los 80 ahora parece que cada estrella, estrellita o estrellona tiene que venir directamente desde el infierno, del que salió creando, a sus espaldas, una historia de superación personal que roza la excepcionalidad.

Siendo muy pequeño mi padre me violaba, mi perro se fue con mi madre, me di a la cocaína y a la heroína, tuve que prostituirme para comer una loncha de jamón y un día, porque nunca perdí el aliento, dibuje sobre el baldosin de la calle un reflejo de Notre Dame junto con unas lineas . Un turista polaco me vio y me ayudo a escribir frases para todos aquellos que están como yo estuve y las vendo por Internet, tengo una facturación de 10 millones de dolares, me he comprado un chalet y he dado un millón para recuperar nuestra amada catedral. Allí fue cuando, de una manera mágica y porque nunca me rendí, todo cambió.

Sólo falta poner al final que fue gracias a "El Secreto"

De eso no se libra, si nos fijamos, casi ninguno de los referentes exitosos de hoy en día. Parece que si no disponen de una historia de superación detrás su éxito no lo es tanto. Fíjate los dientes que tenía Cristiano Ronaldo. Nadal se lesionó y fue un infierno, dicen. Casi todos los nuevos actores de referencia han tenido su historia personal con  las drogas y ya no es algo exclusivo de los músicos, que siempre fueron, gracias a Janis o a Jimmy, carne de cañón adicta. El que no ha tenido cáncer (y lo ha superado) ha vivido una vida personal dramática. Si hablamos de alguna mujer lo más probable es que nos cuente una serie de abusos en su juventud o, si es modelo, una discriminación porque estaba muy gorda y le tiraban los guisantes de la ensaladilla a la cara en el comedor escolar. Las peladuras de los plátanos si es negro.

Si buscamos "historia de superación personal" aparecen 8640000 resultados en google. Todos y cada uno de ellos son una película para la sobremesa del domingo. Todas tienen final feliz, esfuerzo recompensado, amor infinito y felicidad extrema. Todas intentan decir que aunque te sientas como un mierda existe un resorte mágico que te hará llegar al parnaso si no pierdes la esperanza en una vida mejor que, sin ninguna duda, te mereces. Porque una de las cosas importantes es esa falsa modestia en la que cualquiera, incluído el obeso mórbido de tu compañero de clase, puede batir el récord del mundo de los 60 metros vallas si se esfuerza lo suficiente.

Claro que no hacen entrevistas a los que no llegaron y a los que se quedaron en las drogas o en el camino. Eso no. Eso no es interesante. Nos gustan las historias que acaban bien y que disponen de un punto en el que ese tipo está peor de lo que estamos nosotros como si necesitasemos que nos dijeran que "da igual lo jodido que estás porque hay quien, estando mucho peor, salió adelante y se compro un Maserati, encontró el amor eterno y ha venido a darte lecciones de vida.  Y eso que perdió un testículo cuando le mordió una zarigüeya durmiendo en un cajero". 

En los biopics esos que parecen telefilms te cuentan lo mágico que era Freddy y le dejan en Wembley siendo una estrella pero no destrozado en una cama deshaciéndose. Las camareras se convierten en estrellas de la canción y dejan la historia en su punto más alto. Joder, Nadiuska tiene esquizofrenia, Elton john lleva haciendo la misma canción desde un poco antes que muriera Lady Di y Phil Collins está hecho un asquito. Pero tuvieron su momento y en algún caso su gran momento. Rick Davies tiene un cáncer terminal y eso es jodida ley de vida, no una historia de superación.

Nadie dice, en las charlas de coaching , que vamos a morir todos y que solamente uno de cada 100mil hijos de esos que vosotros, los padres, creéis que son excepcionales, va a llegar a jugar unos minutos en primera división. Nadie dice que estadísticamente seremos mediocres toda la vida y que la clave es aceptar lo que somos. Y somos lo que somos. Que si estamos metidos en las drogas siendo obscenamente mórbidos lo normal es acabar en un portal, que si nos violan de pequeños nos producirá un asco irracional el contacto humano o que los sueños está bien tenerlos pero no suelen volverse verdad si nos basamos exclusivamente en ese deseo febril que tenemos por lograrlo. A veces no se vuelven reales ni siquiera haciendo todo bien.

Supongo que las historias de superación son una falacia necesaria para despertarse por la mañana pensando que ese va a ser el día.

Pero ayer me desperté con la ilusión  de que fuera el día y me acosté igual,  en un ciclo infinito de sacrificio y falta de recompensas. Luego leo que un yonki de mierda alcanzó la felicidad con una revelación al golpearse la cabeza contra la acera y puso una foto feliz con su familia feliz y su casa feliz en su mundo feliz. Y me pongo de mala hostia.

Las historias de superación me dan mucho asco porque son mentira y si no lo son  me hacen sentir un gilipollas que no ha tenido ni la revelación, la suerte, el encuentro con la virtud escondida o ese don que se empeñan en decir que todos tenemos y ¿sabes? algunos tenemos muchos dones pequeños o simplemente ninguno. Somos mayoría.

Para que uno sea rico son necesarios los pobres y para que haya uno con éxito tienen que existir millones de vulgares que no han de tener a sus espaldas ningún infierno pendiente.

Tampoco pienso en caerme para ver si existe el efecto rebote.  Me duele mucho la espalda de sostenerme.

16 de mayo de 2019

Muros

Tenemos nuestros muros y no son los fantasmas. Los fantasmas son incontrolables pero los muros son todas las dificultades que ponemos para que los demás lleguen a esa parte de nosotros en la que somos vulnerables. Existe un muro de ladrillo bien duro que se compone de gilipollez, de desprecio y de una especie de superioridad moral que lo único que esconde es el miedo a reconocernos como uno más. Entonces somos sarcásticos o críticos, casi intentando demostrar que vivimos en un tiempo y en un espacio muy por encima de los otros, considerados como inferiores. Ese es un muro bajo el que, como si fuera una trinchera que nos protege del bombardeo enemigo, nos acurrucamos sujetando el casco por si nos caen cascotes de los obuses que vienen del exterior donde, el enemigo, también vive en posición fetal aterrorizado de lo que sale de nuestros cañones. Y en una guerra pierden todos.

(del libro nuevo)

11 de mayo de 2019

Ser moderno es fracasar.

De una manera u otra la duración de las cosas se ha vuelto tremendamente efímera. Las compañías que fabrican teléfonos están asustadas porque tendemos a hacer durar los móviles tres años. Las relaciones estables disponen de una duración media de 4.9 años y el amor romántico 28 meses. Mis padres estuvieron 50 años casados y les encontré abrazados días antes de que la muerte les separara. Las relaciones sexuales de una calidad aceptable cuentan que son  de trece minutos. Hay pausas publicitarias que duran más y lo único que puede conseguir es que,  por fugaz, se olvide más rápido que una promoción.

No hay coches para toda la vida, casas para toda la vida, chamarra favorita desde siempre o trabajos para toda la vida.

Incluso parece que la modernidad y todo aquello que dispone de fecha de caducidad son una misma cosa. Experiencias que han de ser intensas y breves, hamburguesas de un bocado, deconstrucciones gastronómicas  con cubiertos pequeños y cervezas de trago. Borracheras inmediatas en un botellón veloz para llegar borracho a la  discoteca y perder la conciencia antes del último metro a casa.

Los programas de televisión no duran y las películas las dan particionadas para que paguemos varias entradas. Yo tardo 7 minutos en llagar a casa. Tengo un amigo con una startup que ya sabe que dentro de 5 años tendrá que reinventarse. Facebook, casi como la página web más antigua del mundo, tiene 15 años. Hay una empresa japonesa de construcción que tiene 1430 años  y han vivido de ella 40 generaciones, pero es una excepción.

Hemos dado un valor infinito a los cambios de ciclo, las reinvenciones, las modernidades que se difuminan y,sin embargo, no sé si son demostraciones de la obligación de fracasar a lo que nos obliga el siglo XXI. Cuando despreciamos la satisfaccion inmediata por un objetivo más lejano nos llaman gilipollas.

Cuando en mi curriculum pongo que llevo 25 años haciendo lo mismo,descartan mi perfil. Será que vivo en el siglo XX.

Y de una manera anacrónica lo que sigo buscando es un lugar donde quedarme.
Y saber lo que me encontraré en casa. En LA casa. Algo parecido al hogar. Un lugar que huele a café.

1 de mayo de 2019

Una persona sospechosa

Dime que nunca has copiado, que nunca has engañado a tu pareja y que nunca has robado en un supermercado. Dime que no te drogas, que no te pones trompa. Dime que no has dicho nunca estando borracho que tú controlas. Dime que nunca mientes y que no te arrepientes de las decisiones que te han llevado a ser como eres. Dime que no tienes dudas sobre ninguna cosa. Confírmame que eres una persona sospechosa. Dime que no te equivocas al elegir la ropa. Dime que no has visto nunca una peli porno y que no te tocas. No eres de fiar si no haces algo mal, no eres de los míos si no la puedes cagar (bis) Dime que nunca has copiado, que nunca has engañado a tu pareja y que nunca has robado en un supermercado. No eres de fiar si no haces algo mal, no eres de los míos si no la puedes cagar (bis)