Reconozco que en mi salón, en un lugar prioritario, está esta foto de Ava Gardner a un enorme tamaño acompañandome cada noche que ceno solo.
A mi me resultaría imposible, mucho más en esta época en la que me comporto como un junco (balanceándome con el viento).
Existe una teoría practicamente aceptada en el campo de la evolución que se denomina "El Gen Egoista". Más o menos viene a decir que lo que se mantiene son los genes, entendiendo gen como aquella unidad informativa que pasa de un individuo a otro. (Yo qué sé: como hacer calceta). Desde ese punto de vista cada uno de nosotros, si nos entendemos como individuos, no somos más que el elemento que utiliza ese gen para pasar de una generación a otra y este mismo gen, mientras se encuentra en un individuo, buscará la manera de sobrevivir y mejorar en términos de su propio interés sin importarle la supervivencia de otros genes. Por eso lo de gen egoísta.
Explicado esto con lo de hacer calceta no queda muy claro pero sí que es cierto y está demostrado que existen determinados comportamientos evolutivos que llevan a la especialización de las especies, haciéndolas más resistentes a determinadas enfermedades y más especializadas en determinadas habilidades. Eso es lo que toda la vida hemos llamado: evolución y supervivencia de la especie.
Lo triste es la explicación de Richard Dawkins: el gen egoísta sobrevive, el gen altruísta desaparece.
Decir que sí al "animal más bello del mundo", como llamaban a Ava, era un acto de egoísmo y Fraga, en un alarde evolutivo, hizo algo que se plantea en dicha teoría: rebelarse. Dice esta teoría que solamente el hombre, que tiene conciencia, es capaz de rebelarse contra dicha evolución natural y establecer otros caminos evolutivos.
Obviamente, en 1953, cuando Ava vino a España, aún no se había publicado esta teoría (que es del 76) y probablemente por eso Fraga dijo que no. Ava había estado casada con Mickey Rooney, por lo que el Fraga (23/11/22) del 53 tenía que resultar un joven apuesto en comparación con el bajito actor de Hollywood. Yo, como soy un egoísta, me repito: habría dicho que sí. Claro que solamente si aparece como en la foto.
Pd: y si Fraga aún se acuerda es porque quizá sus genes aún le recuerdan con desprecio el día que dijo que no.
Pd2: si os interesa, consultar el Dilema del prisionero.
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