Educación para la vida

-Morirse es una cosa muy rara

Eso me confesaban esta misma mañana con absoluta razón.

Vivimos en una sociedad acostumbrada a preocuparse por estupideces. Nos preocupamos por el ipc, por cuatro piratas de somalia, por el producto interior bruto de afganistan, por la cantidad de relaciones sexuales que mantienen tus antiguas parejas, por el cálculo estadístico porcentual del último estudio global de incidencia en las nuevas tecnologías y cuando llega el día de morirse todo es extraño porque nadie nos explicó lo que va a pasar.

Así que, según van pasando los años y van pasando los diferentes momentos que toda persona está obligada, por ley de vida, a vivir... según van pasando esos minutos tengo la completa certeza que ni la subida del iva, ni los resultados futbolísticos, ni siquiera ver debajo (o encima) de quien esté gozando como una posesa con aquella que pobló mis más oscuros pensamientos van a hacerme aprender cómo comportarme ante las partes que la vida nos obliga a vivir.

Tanta educación para la ciudadanía, tanta ciencia, anécdotas, enseñanzas... y luego resulta que un día te dicen que morirse es una cosa muy rara y tienes que dar la razón porque nunca, nadie, te hizo entender que ni la juventud ni la salud duran siempre.

Es por eso por lo que resulta tan raro. Nadie nos educó para ello.