Mal dia para buscar

22 de marzo de 2010

Los falsos amores mienten

En "Los perros dormidos mienten" Amy, la protagonista, nos empieza mostrando cómo en sus locos años de juventud sin saber por qué motivo ni por qué razón, se la chupó a su perro.

Un buen puñado de años después, cuando parece haber encontrado al hombre de su vida y aparecen esas confesiones prematrimoniales tan dolorosas se plantea si contárselo o no considerando la necesidad de seguir manteniendo secretos privados aún ante aquellas personas con quien se supone, en esa concepción melosa del amor, que no deberías mantenerlos.

La realidad es que casi todo el mundo tiene un secreto inconfesable. Eso es verdad. Por otra parte el mantenimiento de ese pequeño reducto de intimidad es algo que considero necesario para la propia salud mental. Sin embargo, y aquí aparece mi parte más retrógrada, creo que cuando conocemos a alguien a quien somos incapaces de esconderle nuestras pequeñas verdades, aunque sean las verdades que llegaron tras conocerla, eso es el síntoma de que esa es la persona. Soy un romántico (bocazas) sin secretos.

Sin embargo es más que probable que toda esa crueldad verbal que supone la exaltación de la verdad te haga perder, por una incontinencia estúpida, lo bueno que hayas encontrado.

Lógicamente no es el caso tan redicho de "la verdad os hará libres" porque lo que suele pasar es que "la verdad os dejará solos".

Cuando yo creo haber encontrado a una persona importante tengo la fea costumbre de ser sincero. Así me va. Pero creo que todos esos falsos novios o esas hipócritas amantes que viven en el papel merengoso del amor peliculero son mucho peores que yo aunque con más éxito. Se llama: falso amor.

Pd: todo esto viene por haber leído esta noticia tan zoofílica y porque a mí ya no me quedan secretos.

4 comentarios:

Sophie dijo...

Es lo que se conoce como sincericidio, ¿no?, cuando dices algo que es verdad pero no beneficia ni a tí ni a la otra persona, no te hace ningún favor el contarlo porque remueve algo ni tampoco a la otra persona el saberlo porque se encuentra con algo que le deja hecho polvo y sin posibilidad de recuperarse,puede empezar a verte con otros ojos, incapaz de superar su desagrado.

pesimistas existenciales dijo...

Sincericidio... buena palabra.
En realidad si esa persona te aguanta despues de conocerte, algo significara.
Claro que lo del perro es un exceso como esa obra de teatro en el que el se enamora de una cabra.
Una cosa es tener tu vida, eso esta muy bien. Pero si quieres a alguien (incluso si no es tu pareja sino tu amig@, más alla de lo que se llama amistad en el facebook) poder sentirte libre para decir y compartir tu mierda, tus errores y tus aciertos es lo que hace mas fuerte la invisible correa que te ata a esa persona. Sin embargo hay quien te dice que es tu amig@ y después es incapaz de compartir nada o comparte demasiado.
Supongo que desde ahí viene la duda razonable, encontrar la virtud de quedarse en el lugar apropiado.
Yo a mis amigos les permito casi cualquier cosa, por eso son mis amigos. Eso sí, pido lo mismo de su parte y tengo una extraña concepcion de la amistad.

Sophie dijo...

Más que aguantarte tras conocerte, que me parece una expresión muy derrotista y pesimista, sería quererte más aún tras conocerte, ya que ve tus flaquezas y te quiere aún más en tu imperfección, ve tus puntos fuertes y le encantan, ve tus débiles y te ayuda a que sean menos débiles. Conoce tus fallos,te ayuda a ver que es algo del pasado y el pasado, pisado. Sin embargo, hay una fina línea, la del sincericidio, contar algo que remueva tan profundamente a la otra persona que sus sentimientos empiecen a dar vueltas y se pregunte si tras esa confesión puede seguir a tu lado, porque te ve con otros ojos.
Te pongo ejemplos extremos: ¿cómo reaccionarías si tu pareja te dijera que estuvo en terapia de desintoxicación de alcohol o cocaína? ¿Y si te dijera que tuvo un cibernovio durante 3 años? ¿Y si te contara que le apasiona la zoofilia, especialmente con un perro?

pesimistas existenciales dijo...

me han querido con mas ... y me han dejado por menos.
Todo depende de la otra persona.