Tal y como dice la wikipedia, la siesta debe su nombre a la hora sexta, refiriéndose a ese periodo de tiempo que hay entre las 12 y las 15h. Es una de esas palabras y de esos inventos, como la fregona, absolutamente originarios del modo de vida español. No en vano es una palabra sin traducción a otros idiomas y que se debe a lo copiosas de las comidas en nuestro spanish way of life.
Como buen producto nacional lo hemos exportado a todos esos lugares que históricamente han sido colonizados por los españoles. De esa forma Latinoamérica y el norte de Africa se han beneficiado del aprovechamiento de la somnoliencia que produce la bajada de presión sanguínea que se da cuando tenemos nuestra sangre ocupada en la digestión en vez de regar nuestros órganos más vitales.
Basándose en que es más nuestra que cualquier corrida de toros y que las corridas de toros están ahora en el ojo del huracán mediático un abogado de Madrid ha solicitado formalmente que si los toros se van a considerar un bien cultural la siesta no puede ser menos. Por eso ha pedido que se instalen camas en las vías públicas. Con dos cojones.
Dentro de nada los turistas pasarán en autobuses abiertos de dos pisos haciendo fotos a los toreros y a los españolitos que disfruten de la siesta en la vía pública.
Por mi parte hago uso de mis 10 minutitos diarios para hacer gala de ese espíritu patriótico que tanto reclama la derecha españolista (esto es sarcasmo).
Como todo lo bueno que tiene occidente lo copian los orientales la siesta, sin perder un ápice de su valía, se ha extendido por China, Taiwan y Corea.
Al final, en un exceso Otaku (que es como se define a los freaks por allá) un coreano se ha casado con su almohada que, si lo pensamos bien, es a quien abrazas por la noche, quien no se va de vacaciones de semana santa con otro, quien te espera en la cama cuando llegas después de un duro día de trabajo en la oficina y quien comparte contigo todas esas fantasías que recreas antes de domir para poder llegar al sueño por agotamiento. Y además, no es celosa.
Qué sabios los orientales.
Pd: remember: maneras de dormir
4 comentarios:
Solo que la almohada no te puede acariciar el pelo ni hablarte al oído. Pero con estos orientales tiempo al tiempo.
Conozco matrimonios con menos comunicación.
¿Sólo diez minutitos? Uff, me hace parecer una viciosa. Mis siestas son de dos horas, en la cama, por supuesto. Con silencio y oscuridad. Si no voy a tener ese tiempo, prefiero no dormir.
En esas siestas de sofá con televisión de fondo no descanso y además me levantan dolor de cabeza.
los autonomos no tenemos tiempo para mucho mas, tenemos que levantar el pais... (para que no le bajen el sueldo a los funcionarios).
Pues la solución es muy sencilla: se convierte uno en funcionario, y así puede dormir siestas de dos horas, y puede descansar de la enorme responsabilidad de levantar en país en otros.
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