Nadie me quiere

Cuando los Enemigos cantaban en algún concierto: "nadie me quiere, ni se preocupa por mi" supongo que hacían referencia a esa sensación que te queda cuando llegas a casa y no hay nadie que te diga que no va a pasar nada.

Luego te haces más duro aunque dentro, como una punzada en el interior de la cabeza, sigues teniendo miedo a esa misma sensación. "No me importa, bailo rock&roll"-seguia la canción.

A mí me pasan cosas curiosas: nunca me doy cuenta que he querido hasta que ya estoy solo y no me dejo querer hasta el día que me han dado por perdido.

Y me han dejado, vive Dios, por muchos motivos: por bueno, por malo, por infiel, por despegado, por apegado, por idiota, por calzonazos, por raro, por listo, por tonto y quizá por tres o cuatro casos que aún no he llegado a comprender.

Mi primera novia, aquella que fue el amor de mi juventud, me dijo el día que volví a buscarla (un año después) "tarde llegas". Y tenía razón. La última me ha jurado cien millones de veces que no, que nunca, que de ninguna manera. Todo pasa, supongo. Pero a mi, como una mala quemadura del horno, siempre me queda una marca.

Los enemigos, entre sus letras, tienen una canción llamada "qué bien me lo paso (yo solito)" y no es más que esa actitud que se toma cuando te mandan a tomar viento: decir que todo te va de coña, que te tocas placenteramente. (No en vano dicen que una buena paja es mejor que un mal polvo).Sin embargo todos queremos lo que no tenemos. Es naturaleza humana, que puñetas. Nadie te enseña ni te ayuda a cambiar.

Hoy: nadie me quiere. Mañana: me lo pasaré bien (yo solito). Soy un enemigo.