Mal dia para buscar

3 de julio de 2009

Las opiniones ajenas

Es algo obvio que en este ruidoso mundo la comunicación no verbal es más que un pequeño reducto de nuestra individualidad. Quiero decir que es mucho más dificil mentir con nuestro cuerpo y nuestros gestos que con nuestra mala dialéctica. Quizá por ello están, determinadas personas, tan caras de ver. ¿Como era ello?: "Tu ego extiende cheques que tu cuerpo no puede pagar". Esto del lenguaje corporal, responsable del 93% de la comunicación, no es exclusivo del ser humano. No es en absoluto un rasgo evolutivo (fijaros en la cantidad de cosas que puede decir la cola de un perro).


Es la misma razón por la que muchas veces has de ir a un psicólogo (científico) o a un vidente (no científico) que no te conozca con el fin de que la opinión que recibas sea más imparcial. Supongo que es la misma razón por la que el árbitro no puede ser de la ciudad de uno de los dos equipos.
Esto quiere decir que determinadas opiniones o consejos han de ser dados por alguien que no te conozca para que aquella opinión no sea mediatizada por el conocimiento mutuo. Si te dice algo que no te gusta, te aguantas y punto.

Eso quiere decir también que determinadas decisiones no podemos tomarlas por nosotros mismos ya que somos incapaces de tener una visión clara de nuestra propia realidad, al menos según las conclusiones del estudio del día de hoy. Si nos vemos en una grabación no nos entenderemos y sin embargo alguien que no nos conozca sabrá mucho más de nosotros. El problema es que nadie nos lo dice y mientras yo sigo analizando la comunicación no verbal de las personas por la calle y también sé, por extensión del estudio, que de las personas que conozco y de las que quiero saber qué me están diciendo con sus manos, no podré acertar con la solución. Preguntaré a algún extraño.

Pd: "extra bonus literarian track": La posición "steady cam": La posición “steady cam” es aquella en la que ves todo como si de un documental se tratara, fijando una cara al azar, oyendo las conversaciones ajenas, pensando el por qué de las actitudes que vas viendo. Por los pasillos del metro llega a su máxima expresión, porque no es un bar y porque dispones de tiempo suficiente como para imaginar. Pelo moreno rizado, bolso de color al hombro izquierdo, mirada al frente, abrigo negro entallado, pantalones oscuros con una fina raya blanca y los zapatos taconeando dentro del eco del suburbano. Primero la oyes y después la ves venir de lejos, envalentonada como quien va pensando en la estación de salida. Tiene los ojos fijos al final del pasillo y lleva la espalda tan recta que parece que le está haciendo daño. Probablemente pensará en el futuro o en el pasado inmediato, que son los que siempre te encolerizan. Me sonrío hacia dentro pensando que mañana hará el mismo trayecto con la misma cara de abedul enfadado

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