Mal dia para buscar

30 de septiembre de 2019

año 2150

En el año 2150 es probable que los coches no vuelen ni que nos comuniquemos telepáticamente. No habrá teletransporte. Seremos gordos contenidos, es decir, estéticamente correctos aunque estemos podridos por dentro. Habrá que pagar un impuesto por disfrutar de la naturaleza y otro por tocar la acera, por beber refrescos con azúcar. Habrá que pedir consentimiento expreso para cualquier interacción con cualquier persona, tres si es una interacción sexual. Será obligado un título para casi todo. Título de manejador de aire para respirar, manipulador de eventos deportivos para practicar algún deporte, salvo los autorizados por el bien común que establezca el gobierno, que tendrá participación accionarial en las empresas de formación y en las asociaciones deportivas predominantes. Sólo se podrá consumir la cultura que haya superado los mandamientos morales establecidos por el bien de todos y seremos libres siempre que pensemos como se debe de pensar, votemos lo que se deba votar y cumplamos todos y cada uno de los parámetros burocráticos (con tasas) adecuados para hacer exclusivamente lo que se debe de hacer. Hablaremos con mucho miedo de las dictaduras de las derechas y de las izquierdas y nos reuniremos, si podemos, para oír la música de los 70 a los 90 como si fuéramos yonkis. Tomar decisiones de manera autónoma sólo será permitido a robots con inteligencia artificial programada basada en estadísticas donde el grupo de control será sesgado previamente para obtener el resultado adecuado. Seremos catalogados cada seis meses para reorientarnos. Será imposible actuar,en nada, sin una norma previa. Los algoritmos lo dominarán todo y nos venderán una sensación de libertad imposible de alcanzar. Podrás ser lo que tú quieras siempre que cumplas todo lo que yo te diga. Bienvenidos al futuro.

27 de septiembre de 2019

Activismo de tuit y de reclamación.

Hay un vídeo ejemplarizante de lo que quiero contar. En él un adolescente cuenta, en calzoncillos y con una camiseta a juego del nuevo accesorio de su iphone, que tiene un invento que le hace estar tecnológicamente por encima de los demás y más a la moda que el Capitán América. Cuenta lo bonito que es, lo moderno y lo maravilloso. Cuenta, en un alarde tan cuidado como su tupé, que si tira el teléfono al suelo el invento lo protegerá. Y lo tira. Y se rompe. Entonces dice, obviando el hecho de que el que lo ha tirado al suelo es él mismo, que mañana mismo pondrá una reclamación.

Lo curioso es que si bien algunos no son especialistas en nada, el arte de la reclamación es algo que dominan con creces.

Yo vivo en un mundo donde una reclamación es un acto excepcional pero descubro que para algunos es un medio de eximente moral de la estupidez. Hay quien demanda al gps porque le ha levado por mal camino. Quien reclama porque el teléfono que se compro 300€ más barato no era el del anuncio. Quien sale llorando en la tele porque ese alquiler de 100€ al mes de un coqueto apartamento en el centro era, en realidad, un zulo.

Se pone la reclamación,  la denuncia, la queja dramática y perfectamente decorada. Se pone a Greta llorando contra el cambio climático y se espera a que todo se solucione solito porque ya sabemos que el dueño del Primark se sienta en su despacho y piensa "joder, hay miles de firmas en Change contra la explotación infantil. Quizá debería de usar adultos y pagarles bien sin subir los precios". Todo el mundo sabe que los diputados en España van a renunciar a 6000€ porque haya quejas en Twitter de la misma forma que tú vas a devolver algo que te han ingresado en la cuenta. ¿O si?. Y si no se hace caso a tu reclamación, pues empiezas a poner comentarios en contra en internet para arruinar a quien haga falta. Porque internet, ese lugar al que parece que hay que hacerle caso, tiene ejemplos como el tipo que puso a un cobertizo como el mejor restaurante de Londres gracias a comentar con miles de cuentas falsas.

Estamos entrando en la era de la queja por cualquier cosa, del simbolismo dramático. En cataluña se hace de el homenaje al bolardo caído un ejemplo de resistencia al invasor español pero nadie se ha sentado a preparar un plan para pagar las pensiones (o controlar las fronteras, o el espacio aéreo, o a gestión de la electricidad) el día después de la república. Vamos a quejarnos y lo de mancharse las manos o asumir responsabilidades, si eso, que lo hagan los demás. Mientras tanto hagamos publicidad de la defensa de lo que creemos que merecemos aunque no hayamos hecho nada por su consecución más allá de desearlo, como un adolescente que se va de casa y descubre, atónito, que la nevera no se llena sola.

Se buscan mil y un problemas que en realidad lo son pero que no es nuestra culpa y , además, no podemos solucionar ni solos ni en el breve espacio de tiempo que dura un tutorial de youtube. Y se hacen comentarios en Internet a favor de liberar a las gallinas oprimidas,  los contratos basura, el coltan del congo o las dictaduras disfrazadas de democracias que no nos permiten ganar más pagando menos por lo que consumimos. La culpa siempre es de otros y con un tuit se debería de solucionar todo. Vamos a quejarnos haciendo fotos de nuestras pancartas imaginativas

Activismo de mentira a golpe de like. Y muchas reclamaciones. Sobre todo las que haces tras haber tirado tu teléfono al suelo como un gilipollas.

12 de septiembre de 2019

Cuarto movimiento ( la realidad)

Es una de esas canciones que no estaban cuando las necesitaba y , como casi todo en esta vida, cuando llega no hace falta o es demasiado tarde.

3 de septiembre de 2019

Que no sea amor, que sea un accidente.

(no sé de quien. Mio no. Pero es acertado)


"Haz que no parezca amor, que es lo que se lleva ahora.

Duelen tantas tripas en nombre de la libertad.

Tú dices libre y yo digo cobarde.
Cobarde todo aquel que no es capaz de comprometerse con el instante.

Cobarde todo aquel que no esté presente cuando el otro está desnudo y vulnerable.
Cobarde todo aquel que puso un límite desde el principio.

"Yo, es que no quiero nada serio"
Como si no fuera lo suficientemente serio estar dentro fisicamente de otro ser humano.

"Yo, es que no creo en las etiquetas"
Como si ponerle nombre a las cosas fuera algo malo.

"Yo, es que busco pasar el rato"
Como si la vida fuera para siempre

Hay algo tan neurótico en nuestra manera actual de relacionarnos
Tan irrespetuoso con la vida
Tan impaciente

Y queremos más: más picante, más gorda, más grandes, más altos, más guapas, más fuertes, más delgadas

Nos aburrimos porque no nos soportamos a nosotros mismos

Porque no queremos que nadie nos conozca
Porque es más sencillo empezar de nuevo cada dos años vendiendo nuestra mejor cara
Porque es mucho más sencillo follar que limpiar lo follado.
Porque tenemos miedo a que en el fondo seamos un auténtico fraude
A que cuando el otro arañe un poco vea que no hay nada
Nada serio

Y aquí seguimos rascando, cambiando cromos repetidos, poniéndonos ropa interior cara para que otros se limpien los pies al entrar
Haciendo del amor una servidumbre de paso

¿No sientes a veces que tú vales más que todo eso que haces?
Que tú eres el jodido milagro
Con tus ojos que todavía pueden ver.
Con tus pies moviéndose para llevarte al lugar que quieras
Con tu boca capaz de dar las gracias.

Tres minutos entre las piernas
Cinco embestidas
y un whatsapp: "no me agobies"

Lo más triste es que esta sociedad nuestra ha conseguido invertir los papeles.

Ahora si dices que sientes algo,estás loco

Es muy pronto
Muy arriesgado
Poco inteligente

Dime tú, cómo lo haces para no sentir algo cuando lo haces.
¿Cómo se finge la vida?

Cómo se hace para que nunca parezca amor
Y que simplemente parezca un accidente"