¿Qué hemos aprendido este año?. En realidad que las cosas son las que son y que pensar en más allá de los próximos diez minutos puede ser tremendamente perjudicial para la salud. ¿Nos vamos a ir a tomar viento?. Es probable. Es probable, también, que las cosas nunca sean como las esperamos, que no nos quieran como queremos (aunque no sea verdad que no nos quieran) y que eso de que "el tiempo lo pone todo en su sitio" no sea cierto y nos revuelva, como una cucharilla circunstancial, todo lo que creíamos invariable. Lo cierto es que ni tú ni yo, ni Rajoy, ni Mas, ni Rubalcaba, ni Merkel saben lo que va a pasar, como el que se va al monte sin mirar la predicción metereológica. Lo importante, quizá, es no dejar que las cosas te hagan daño, que no te muevan de ese sitio mágico en el que eres capaz de sonreir con las cosas pequeñas que no te puede quitar ni la crisis ni esa aspiración humana (culturalmente aprendida) de mejorar hacia algún sitio incierto.
Se nos olvida, a veces, que lo que hemos vivido es tan bueno y tan malo como somos capaces de interpretarlo y la interpretación es cosa propia.
¿Qué voy a hacer el año que viene? Vivir. Al fin y al cabo es lo importante. Es mucho más importante que la cantidad de dinero que ganes, los polvos que eches, las borracheras que te persigan y los granos que te salgan.
Yo soy un tipo fenómeno cuando soy yo mismo. Tú también. Lo demás, es circunstancial.
Todos los que habeis estado a lo largo del 2012: os quiero (mucho).
Feliz 2013.
Se nos olvida, a veces, que lo que hemos vivido es tan bueno y tan malo como somos capaces de interpretarlo y la interpretación es cosa propia.
¿Qué voy a hacer el año que viene? Vivir. Al fin y al cabo es lo importante. Es mucho más importante que la cantidad de dinero que ganes, los polvos que eches, las borracheras que te persigan y los granos que te salgan.
Yo soy un tipo fenómeno cuando soy yo mismo. Tú también. Lo demás, es circunstancial.
Todos los que habeis estado a lo largo del 2012: os quiero (mucho).
Feliz 2013.