Mal dia para buscar

30 de junio de 2012

Reencarnarme en gilipollas

Me decían, en medio de un anuncio promocional, lo bien que sonaba la música de fondo (que no era más que Newton Faulkner versioneando Teardrops)
Después, como quien cambia de tema para no demostrar que se ha perdido, empezaron a decirme lo horrendo que es todo en este país.

En ese momento, vino en la mano y con niños correteando, no era capaz de ver tanto hipnótico barranco social a mi alrededor. Reconozco que algunas de las estructuras sociales que tenemos se han hecho a imagen y semejanza del habitante medio y son desastrosas porque, básicamente, cada uno se ha preocupado exclusivamente de su culo en este pequeño espejo del mundo occidental.

Pero creo que eso es algo intrínseco al ser humano y no residente en las culturas mediterráneas.

Una de las diferencias que se contaban en mis años de universidad entre los ingenieros americanos y los españoles es que un americano que trabajaba tornillos sabía muchísimo de tornillos pero no era capaz de saber diferenciar entre una fresadora y un tostador. Sin embargo nosotros, que nos vanagloriábamos de haber mantenido un nivel cultural aceptable, sabíamos un poco de cada cosa y se suponía que después, con la especialización, podríamos llegar a competir gracias a la creatividad y las bases aprendidas. En realidad una parte de nosotros quería ser americana y vivir en esa estupidez creciente (al estilo MTV) y otra disfrutaba cuando podíamos echar por tierra a un americano prepotente y demostrarle que España no estuvo nunca en México.

El problema es que al americano le ha importado siempre una auténtica mierda ser culturalmente gilipollas.

Los últimos años, quizá imitando aquella manera de ser, hemos ido por el mismo camino.

En España, por poner un ejemplo, se hace una música maravillosa. El problema es que como carecemos de cultura musical tendemos a elevar a los pedestales de las listas a personajes mediocres.

En España, por hablar de cosas que pasan, disponemos de un canal público de televisión que emite de manera continua reportajes y documentales que pueden hacerte ver el mundo de otra forma y sin embargo alguno vive hipnotizado por las andanzas de alguna tonadillera corrupta y un grupo de soplagaitas que se meten en una casa.

Pero en otros países, porque creo que esta es una tendencia global, la mediocridad se va abriendo hueco a codazos entre siglos de desarrollo cultural.

Es cierto que la cultura también es el último hit del verano y que cultura es un señor en chanclas, un británico borracho intentando meter mano a una holandesa quemada por el sol de Salou o los vídeos más vistos de Youtube (donde alguno se cae o aparece una mascota). Eso no son tendencias españolas, sino globales.

Es más fácil reírse del chiste en el que van dos y se cae el del medio que hacer ironía sutil, porque pensar está mal visto y es poco rentable para los mercados de divisas internacionales.

Si, un día de valor, me pongo mi mejor ropa, mi mejor sonrisa y me acerco a alguna mujer en medio de algún bar y consigo establecer una conversación amena sobre más de un tema interesante es más que probable que aparezca un tipejo con los cuellos arriba, seguro de si mismo, chandal de adidas, las gafas en la cabeza y que me termine quedando solo porque, en definitiva, cuando invitas a pensar la mayoría de las personas miran hacia otro lado. El jueves toca China Moses cerca de mi casa pero algunos están preparando la asistencia a algún concierto de Melendi en Agosto. El miércoles pasado tuve que explicar por qué Radiohead son tan grandes (y quienes son) ante una audiencia que cree que Paquito el Chocolatero es una gran canción.

Y pasa lo mismo en Paris y en Berlín. En Nueva York y en Florida.

¿En que quiero reencarnarme?. En gilipollas.

27 de junio de 2012

Escribir es Vintage

Cuando estaba en la universidad me gustaba fotocopiarme los apuntes de Jon, que era mi compañero y que tenía una letra que me parecía jodidamente preciosa. Alargaba las efes y era capaz de mantener la misma inclinación a lo largo de todo el texto. Por otra parte la manera que tenía de dibujar el símbolo de la integral siempre me pareció algo próximo al arte. El contenido del texto, quizá, era lo menos importante aunque ambos avanzamos con dificultad a lo largo de todos aquellos años de ingeniería.

Hoy la portada de Bild está completamente a mano para recordar que la caligrafía, casi como las cartas de amor, está muriéndose a manos de los ordenadores, los teléfonos inteligentes y la letra Arial (Comic Sans para los que carecen de clase).

Uno de cada tres adultos no ha escrito nada a mano en los últimos seis meses y , sin embargo, los músculos de los pulgares están más reforzados que nunca (si tienes una Blackberry) o el índice es capaz de realizar giros y tirabuzones (si es que usas Ios o Android).

En realidad la pérdida de la expresión escrita es un síntoma de la despersonalización contínua en la que nos vamos sumergiendo. Conozco a quien tiene un cuadro en su casa con su firma repetida para que no se le olvide que es capaz de expresarse personalmente con algún rudimentario instrumento de escritura y yo mismo tengo sobre la pared de mi pasillo y con mi letra más personal escrita la definición de alguna palabra que me definió durante la extensión de mi adolescencia (que va de los 25 a los 41).
Reconozco que guardo, en unas cajas de zapatos, las cartas de amor y cariño que viví cuando no era más que un niño que acababa de descubrir que tenïa el cuerpo lleno de hormonas.  Recuerdo cuando, de pequeño, me senté con mi padre, un bolígrafo Bic cristal y una hoja en blanco a ensayar la firma con la que poder poner mi sello en los años que vinieran por delante.

Ahora, cuando un cliente tiene que coger un bolígrafo para firmar el comprobante de pago, noto en ellos la misma dificultad que tienen los adultos el primer día de verano cuando tienen que montarse en una bicicleta. Sabían que era sencillo pero de pronto aparecen todas las torpezas.

Escribir a mano nos ayuda a coordinar las habilidades manuales mucho más que trabajar sobre una pantalla táctil o mover los dedos en un touchpad de un portatil, aunque reconozco que ese es mi secreto para considerarme hábil en el sexo manual cuando tengo la suerte de estar acompañado.

Escribir a mano es mucho más personal que mandar un email con el corrector ortográfico encendido.

Lo poco que sé de grafología me enseñó que las palabras escritas son un espejo tan importante que quizá la tecnología es uno de esos lugares donde te escondes para que se sepa lo menos posible de tus pensamientos más íntimos porque si las líneas son ascendentes significa que estás contento, si alargas las partes de abajo de las letras es que estás preocupado por lo terrenal y si haces circulitos sobre las íes es que eres una chica.

Supongo que escribir, como hacer croquetas, es algo que se ha convertido en vintage.

26 de junio de 2012

Pilar , Sara y Belén

Parece ser que la mejor manera de terminar por aurrinar este pais es que la portavoz sea Pilar Rubio, con lo cual fracasaremos como fracasan los programas que tiene la mala suerte de presentar esta buena muchacha pero, al menos, lo haremos con la representante gubernamental más guapa del continente.


Solo falta que la canción del verano tenga las palabras "Prima de Riesgo" para que yo, personalmente, decida cortarme las venas y mancharlo todo de sangre.

Hoy he visto a una señora jugarse la vida persiguiendo a un euro que se le ha caído y se ha ido rodando a la carretera. Mientras los coches frenaban ella iba en cuclillas subiéndose la parte de abajo del vestido y con los ojos fijos en el metal y he pensado, con la resignación del español medio, que si los árabes miran a la Meca las monedas en España siempre ruedan hacia Alemania.

25 de junio de 2012

Donde reside el amor

Supongo que nunca fui el hijo de puta cabrón que ella hubiera deseado que fuese cualquiera de todas aquellas ocasiones en las que, desatados como dos perros, nos pudimos llegar a gritar (con y sin palabras) y a decirnos muchas de las cosas que nos atormentaban pero que no pensábamos (si es que las pensamos alguna vez).

Supongo que en todos esos casos estábamos metidos en la espiral de las fases del desamor que va desde el Impacto a la Reconstrucción pasando por la Negación, la Depresión, la Culpa, la Rabia o la Resignación. Nunca pude adivinar si aquel día estábamos en medio de la ira o si vivíamos la misma sensación que tiene un insecto revoloteando alrededor de una bombilla, volviendo una y otra vez hasta que recuerda que, sobre la luz, se quema.

En realidad nunca supe el lugar donde se escondía el amor aunque estuve seguro que existía de una forma exagerada y hasta enfermiza. Dicen, en uno de esos estudios, que el amor ha sido localizado dentro del cerebro. Dicen que está muy cerca de donde se ubica la adicción a las drogas y casi al lado del lugar donde vive el deseo. Será por eso porque recuerdo perfectamente los momentos de deseo aunque no esté de acuerdo con que el amor se cree el día en el que aquel deseo se convierte en un hábito porque tengo la costumbre, esté o no esté, de desearla a diario.

Cuando los amores se pierden por el desagüe del fracaso es mucho más doloroso que cuando se diluyen en el ácido del tiempo.

Por eso mismo y por la experiencia casi honoris causa que me dió la disección de todo aquel proceso creo que el amor no es uno, que no puede estar en un lugar exacto del cerebro, que no se olvida jamás y que la reconstrucción, como las placas que recuerdan los lugares históricos donde sucedieron las grandes batallas, es imposible.

Nunca fui un hijo de puta cabrón, aunque eso hubiera facilitado mucho las cosas.

No creo que el amor esté en un lugar del cerebro porque hay cien millones de lugares, trescientos kilos de canciones, doce exposiciones, nueve paisajes y catorce desayunos donde también aparece sin que invoques su presencia.

Los estudiosos del cerebro hablaran del amor sexual o del amor de reality pero nunca del de verdad.

20 de junio de 2012

Españoles contra la pared

En 1962 Solomon Asch demostró la facilidad con la que una persona tiende a imitar el comportamiento de la mayoría con un sencillo experimento en un ascensor. Lo que vino a explicar es que el ser humano, como otros seres del planeta, ha aprendido que seguir el comportamiento de la mayoría es una herramienta de supervivencia aunque la mayoria se comporte como una tremenda banda de soplagaitas.
Los españoles somos un buen ejemplo de ello.

Nos compramos los pisos y nos vestimos en Zara. Vimos gran hermano. Nos gustaron los coches grandes como si fuera una necesidad inversamente proporcional al tamaño de nuestros genitales. Algunas mujeres pasaron de ser Ana Obregón a Carrie Bradshow, aunque en la intimidad siguieran siendo Gracita Morales. Los hombres, al descubrir que George Michael era gay, no supimos si convertirnos en una mezcla de cantante de regetton sudamericano con gafas más pequeñas y BMW comprado en Alemania de cuarta mano o volvernos un perroflauta modernete con el que engañar al Alfredo Landa que corre por nuestras venas.

Las adolescentes quisieron ser Hanna Montana hasta que a la buena chica le salieron pechos y le circularon las hormonas y los niños, atormentados por la ESO y la LOAPA, volvieron al futbol, pero en la Playstation, que es mucho más cool y, como tiene botones, sus padres pensaron que se habían vuelto hackers y Zapatero pensó que eso les haría más listos, aunque fuera Badoo.

Ahora, el español medio, es un cadaver ambulante que pasa del vino al corto de cerveza con facilidad suprema. Se atormenta porque le dicen que la prima de riesgo sube o que la bolsa baja y ha aprendido que hay que criticar al rey, insultar a los políticos, decir que todo está fatal y agarrarse a los triunfos deportivos de otros como si eso fuera un soplo de aire para aguantar mientras las circunstancias le sodomizan.

Y ya me he cansado.

Me he cansado de no tener erecciones porque se supone que ese olorcillo a fracaso estatal atonta a mis espermatozoides. Me he aburrido de entrar en un bar con cara de apaleado o de quedarme quieto delante del mostrador de la carnicería babeando delante de una chuleta de esas que tienen dos dedos de gordura y mirarla de la misma forma que hace unos años miraba los Maserati. He decidido aprender a disfrutar de los abrazos que regalan los amigos mucho más que de vacaciones en algún resort al lado del Caribe donde me gritaba la publicidad que me merecía ir hace no mucho tiempo. Estoy harto de tanta depresión, de tanta pérdida de poder adquisitivo, de tanto analista político subyugado por un ERE.

Dicen que comportarse como la mayoría es algo innato al ser humano. Si eres español se supone que tienes que vivir en la ignominia, discutir con la novia por el interes del bono estatal a 10 años y volverte un imbecil futbolero que aclama a unos tipos que se han subido el sueldo un 25%. Se supone que te tienes que deprimir porque no vas a poder cambiar el coche, arrasar alguna tienda en rebajas y seguir con el ordenador, al menos, 3 años más. Se supone que la mayoría tiene que deprimirse y que eso es lo que debes de hacer como si el huracán de la miseria te fuera a arrastrar.

Y me niego.

Hoy, lo juro, tendré una erección antes de dormirme. Si me veo con ganas es probable que me la toque con los titulares deprimentes de mañana o con las declaraciones institucionales del gobierno, de la oposición o de algún iluminado nacionalista.

Cualquier cosa menos seguir siendo uno más en el ascensor en el que todos se empeñan en ponerse tristes mirando a la pared que es España.

19 de junio de 2012

La libertad de expresión (según Google)

Google, la misma compañía que soporta tecnológicamente este blog (y que es la única parte que gana dinerillo con ello porque lo intelectual está muy poco valorado ultimamente), ha publicado el Global Transparency Report, que viene a ser un informe de las peticiones que admiten haber recibido para eliminar contenido en Internet y un resumen de las que han considerado correctas y las que no, apareciendo el dato de que han decidido mantener 270 blogs que se metían con políticos españoles por mucho que el gobierno, a través de sus organismos, haya pedido que se censurara.

Sin embargo, y como si fueran los guardianes del calabozo de la verdad, se congratulan de haber cumplido las leyes de Tahilandia y eliminado 146 videos que insultaban a la monarquía de aquel pais y, por el contrario, mantener uno en el que un canadiense se mea sobre su pasaporte porque eso, según google siempre, es velar por la libertad de expresión.

Por ello Google ha dicho que está alarmado por el nivel de censura que existe en gobiernos supuéstamente democráticos y, sin embargo, es muy complicado encontrar en su buscador o entre los videos de youtube algo que diga que la compañía en cuestión pueda ser una puta mierda. Es decir, que se puede hablar mal de cualquier gobierno y eso Google lo mantiene porque defiende la libertad de expresión pero si hablas mal de ellos tu blog o en tu video ambos quedarán automáticamente eliminados (o en la novena página de resultados, que es lo mismo). Si, además, acompañas tu explicación con un pezón... olvídate.

Estas son las cosas que pasan cuando la libertad de expresión se convierte en moneda de cambio empresarial. El problema es que alguno se lo cree y me dirá, mientras googlea algo, que Internet es un medio libre.

18 de junio de 2012

Es muy duro ser un superhéroe

Aparece un tipo de piel oscura pero no negra junto a un chaval de esos que ponen cara de malos pero que tienen pelusilla en vez de bigote. Sobre la mesa, delante mio, dejan un Toshiba de aquellos con la tapa azul que tienen más de 7 años y en su momento fueron los portátiles estrella del momento, casi como el SEAT 131 Supermirafiori.

-Eh, tú. ¿Tienes cargadores de portatil?
-Si.
-Pues sácate uno para que éste- refiriéndose al joven- vea que el ordenador rula.

Así que no sin cerciorarme antes que en el bolsillo trasero llevo un destornillador y por uno de esos olorcillos que da llevar demasiados años detrás de un mostrador me planto y me involucro como si tuviera que equilibrar el universo de la desfachatez.

-¿Me vas a comprar el cargador?
-No- me dice mientras mueve los brazos como un vendedor de mercadillo- Es para probá.
-Ya... - y aquí tomo aire porque se me han empezado a hinchar las pelotas y me dirijo al joven con chándal.- Por curiosidad... ¿cuánto te pide?.

En ese momento y antes de que me pudiera responder aquel que hace las funciones de vendedor me interrumpe como si no pasara nada diciendo: "Hombre, no te voy a decir lo que le pido, ese no es tu problema"

-Bueno - respondo despacio- lo cierto es que si vienes a mi negocio a no comprar pero me necesitas para hacer tú caja lo mínimo que puedo decir es que si le intentas pedir por un ordenador de más de 7 años y sin cargador, que cuesta 30€, una cantidad superior a 100€ lo único que puedo afirmar es que eres un chorizo.
-Pues no quiero el portatil- dice por sorpresa el joven mirando al estafador.
-Y yo no voy a prestarte un cargador para que le engañes.- remato yo.

Justo en ese instante vivimos, los tres, una de esas pausas dramáticas. El tipo, muy enfadado, coge el equipo y me mira fijamente: "Tú y yo la vamos a tener". Los dos se van por la puerta y discuten en la calle.

Así que hoy he aprendido que ser éticamente correcto es probable que no resulte beneficioso, por mucho que, en una pequeña medida, haya evitado una injusticia. ya lo decía Cálico Electrónico: es muy duro ser un superhéroe.

16 de junio de 2012

Lo que pienso de la roja.

Hay un proverbio árabe que dice que "si me engañas una vez, la culpa es tuya. Si me engañas dos, la culpa es mia". En la primera eurocopa que ganó España cada jugador se embolsó 214.000€. Ahora son 300.000€

 

Y además añado el dato que con los sueldos de los jugadores de la eurocopa se puede rescatar a 4 países europeos.

Por favor, diganme un solo trabajador que se haya subido el sueldo un 25% y además haya logrado que todo el país le haga la ola.

15 de junio de 2012

Huevos con aceite

Ayer tocaron los Twisted Sister en el Azkena Rock Festival de Vitoria.

Como buena banda del heavy más ochentero que sigue girando tienen sus grandes éxitos, que son esas canciones que las escuchas y las conoces pero que nunca supiste a quien pertenecían. Una de ellas es We´re not gonna take it, que se presentó en 1984 con uno de esos vídeos en los que nos gustaba pensar que sucedían en nuestra casa que era, en aquella época, como la casa de Bill Cosby.

El caso es que como nuestro inglés nunca fué fluído a alguno se le ocurrió que en el estribillo se podía cantar "Huevos con Aceite (y jamón)" y, como estas cosas siempre terminan siendo públicas, el grupo lo supo.

Así que en las giras que hacen por países de habla hispana piden al público que cante la "letra adaptada" con lo que demuestran, una vez más, que el heavy está a años luz de otros muchos géneros musicales porque es capaz de reirse de si mismo y conseguir, con eso, ser aún más grande. Por lo menos soy incapaz de imaginarme a Sade cantando "Es una porrera" o a la Elo cantando "en tu huerto no hay tomates"

Adjunto pruebas (Chile 2010 y España 2011):

14 de junio de 2012

Poítica, dinero y cultura

Me dice un economista puro, de esos que piden ticket cuando se toman un café para poder desgravarlo en su declaración, que si se mete dinero en los bancos puede que salga bien o que salga mal pero que el problema es que los acuerdos políticos (que son los enemigos íntimos de los economistas) son los que realmente van lastrando a Europa. Me dice, no sin razón, que una de las cosas que hacen los chinos es coger el valor de su moneda y jugar con ella casi a voluntad, emitiendo o dejando de emitir papel, que es lo que es. Me dice que los ingleses están fastidiados pero que al tener la Libra pueden hacer que lo poco que fabrican sea más competitivo en el exterior y que quizá por eso no se vayan a meter más de alguna bofetada. Le digo que entonces lo que habría que hacer es que el banco europeo haga billetes de 500 como quien se pone a imprimir biblias y me dice que "!por supuesto!" pero que hay un acuerdo entre los políticos que dice que ese banco sólo se puede preocupar de que la inflacción no se dispare y que eso de emitir billetes no es su asunto. "¿De quien es ese asunto?"- pregunto. "!De nadie!"- me responde.

Luego le da un sorbito al café cortado y se pone derecha la corbata.

Después se envalentona.

"Y luego está la gestión que han hecho algunos países, regiones o ciudades"- empieza -"Joder, si le dejas al gobierno de Ceuta (o Murcia, Extremadura o Valencia) gestionarse solo y se gasta el dinero que no tiene en lo que no debe durante 30 años ya te ha demostrado que no puede hacerlo durante más tiempo así que, sintiéndolo mucho, haces con él como con un hijo que no sabe vivir solo: le obligas a vivir en casa. Pero , claro, no puedes irte a una población y decirles que si bien no hay ningún problema con su entidad cultural han demostrado que económicamente no funcionan y les vas a quitar la capacidad de decidir por si mismos en cuestiones de dinero porque entonces te dirán que hagas lo mismo con los demás, vayan bien o vayan mal porque todos somos personas. Entonces es cuando empieza la jodida política y esa concepción socialista del mundo igualitario y se jode todo porque no, no somos iguales."

"Eso"- sentencia- "es lo que se llama: pérdida de soberanía".

"Algunos"- concluye- "se lo han ganado a pulso".

"Y aquí"- y cuando dice "aquí" se refiere a toda Europa- "nadie se atreve a decirle a nadie que ya no hay dinero para sus bailes típicos (o sus fiestas patronales) porque eso es políticamente incorrecto".

"Así que mientras se crea que la política, el dinero y la cultura pueden ir de la mano me da igual"- dice- "lo que se haga porque seguiremos pegándonos contra el muro del mundo de verdad pensando que vivimos en un mundo ideal que"- y termina su café- "no existe"

12 de junio de 2012

Mis (y tus) elementos incontestables.

Existen una serie de elementos en nuestra educación que tenemos asumidos como incontestables.
La educación es un derecho. Existe tu media naranja. Asesinar es un delito. Sonreir es sano. Follar es mejor. La esclavitud es una aberración. Las guerras son malas. El amor es precioso. Conversar nos enriquece. El trabajo santifica. El deporte cura. La familia es importante.

Algunos de ellos se mezclan con nuestra cultura como si pertenecieran al mismo campo.
La democracia es el sistema más justo. El dinero ayuda a ser feliz. El sexo es la manera más aberrante de la infidelidad. Un iPad te hace más cool. Ser cool es ser popular. Ser popular es ser feliz. Los niños no deben trabajar porque eso es explotación infantil.

Otros muchos son partes del desorden que existe en el ser humano entre lo vivido, lo real y la estupidez.
Los homosexuales son enfermos. Los moros son ladrones. Los hombres son machistas. El double check es Dios.

Si nos paramos a pensar sobre las premisas básicas de aquellas verdades que suponemos como ciertas y las comparamos con las verdades de más de algún otro lugar del planeta nos daremos cuenta con tremenda facilidad que ninguna de nuestras verdades lo son tanto porque la búsqueda que ha existido a lo largo de los tiempos sobre aquellos plantemientos básicos de la verdad humana han ido variando a lo largo del tiempo y casi siempre, como si fuera un refrán, han sido verdad y mentira a la vez.

Cuando Antony Quinn vivía en un Iglú en "Los Dientes del Diablo" el esquimal le apreciaba tanto que le ofrecía a su mujer para que copulara con ella en señal de agradecimiento y, sin embargo, nunca pensaríamos dejar a nuestra pareja a un colega por muy bien que se haya portado con nosotros, excepto en el universo swinger (pero eso es otra cosa)

Mi madre, sorprendida con la realidad absurda de que mi sobrina prefiera quedarse en casa para ahorrar para algún aparatito que le permita hablar con las mismas personas con las que no queda y a través de internet durante las noches, no es capaz de comprender tanta devoción tecnológica porque no entiende, con lógica de mediados del siglo pasado, que tener amigos en tuenti sea molón.

Un amigo comparte conmigo la idea que una buena paja es mejor que un polvo de esos que, al final del proceso, solo traen problemas.

Conozco a más de uno que se pasó de santo trabajando y le despidieron porque le tocaba sin que nadie, nunca, le agradeciera tantas horas extras.

Vi llegar de comisaría a aquel vecino al que su mujer le gritaba desde el otro lado de la pared el día que él dijo que no quería seguir en aquel matrimonio y ella confesó que la quiso violar como si se pudiera jugar con esas mentiras para conseguir a los niños y una pensión mejor.

Salió un moro en prensa que devolvió una cartera llena de billetes.

Sufrí como un desgraciado las veces que confesé estar enamorado.

Los gobiernos modernos matan en nuestro nombre para que nos salga más barata la gasolina

Y en más de un país los niños defienden su derecho a trabajar sin que eso sea un tipo de esclavitud.

Claro que sin premisas básicas te sientes perdido, que es lo que le sucede a grandes partes del planeta cuando, en esta nueva situación cultural global, lo tuyo y yo del otro son verdades a la vez.

11 de junio de 2012

La Diva y la caja del escándalo

Madonna ha enseñado un pecho en Estambul.
En realidad desconozco, en el caso de la que a partir de ahora denominaremos como La Diva, si todo el fenómeno basado en escándalos y pequeñas provocaciones de la señora está dentro de un cuidado proceso de márketing milimétrico. Me da igual si nos referimos a los besos lésbicos, a aparecer en la cruz, a invitar al papa a sus conciertos o a sacar el careto de la srta Le Pen como una nazi más.

La Diva representa como nadie (y como en otras muchas cosas) la delgada línea que existe entre la conciencia y hacer caja. Con eso no quiero decir que todas esas molonas cosas que intenta dejar caer como conciencia global no las comparta. Por supuesto que nadie que viva en mi línea moral pudiera estar en contra de promulgar un mundo más justo, algún amante de la derecha más trasnochada encarcelado, más de una dictadura acabada, un poco de sexo lésbico y que todas las señoras de 53 tuvieran el pecho firme pero soy incapaz de pensar que alguien pueda hacer una campaña al estilo 15M cobrando 90€ la entrada y cantando La Isla Bonita a la vez.

A veces la publicidad utiliza elementos sociales de una forma interesada.

Más de una vez, sobre todo en mi época de fan de algún grupo al que seguía en sus giras, me sorprendí descubriendo que ese momento en el que todo parecía una casualidad donde una chica subía al escenario, un niño cantaba o el líder se ponía la camiseta del equipo de futbol local era algo estudiado dentro del show en cuestión porque en todos los conciertos pasaba lo mismo en el mismo instante.

Cualquiera que haya estado en un concierto de La Diva sabe perfectamente que no hay un solo segundo de pausa ni de improvisación.

Si lo pensamos con tranquilidad y sin quitar un ápice a la maquinaria que representa quizá ese pecho, ese beso entre señoritas o más de uno de sus montajes existe la posibiliddad de criticar que es más que probable que hay un poco más de caja que de conciencia global. Al fin y al cabo La Diva es una empresa y Apple, Coca Cola o Nike también te cuentan lo mucho que les importas tú y tu planeta pero en realidad se sientan en sus mansiones a llenar piscinas con el dinero que les diste.

Soy un tipo sencillo. Bono, Madonna, Willy Toledo o Melendi que se queden haciendo lo que hagan.

Las consignas éticas, para las asambleas del 15M o para las promesas políticas con las que nos mienten. Al revés sería impensable pero es lo mismo: Esperanza Aguirre enseñando un pezón, Rubalcaba besando a Zerolo a tornillo o Don Mariano cantando Like a Virgin.

10 de junio de 2012

El que parte y reparte

El refranero español es perfectamente claro en este caso:
 El que parte y reparte se queda la mejor parte.

9 de junio de 2012

Eurocopa y euroajustes.

Cuando, en plena dictadura, las personas de bien se preguntaban el motivo por el que el resto del planeta avanzaba a una velocidad mayor que la nuestra nuestro "gobierno" preparaba alguna gesta deportiva al estilo del gol de Marcelino contra Rusia.

De un tiempo a esta parte y como si no nos diéramos cuenta todos los gobiernos han aprovechado ese proteínico momento del deporte español.

Así que nos jodieron después de alguna que otra copa de europa, nos fastidiaron mientras nos creímos los mejores del continente con la anterior Eurocopa y no nos dimos cuenta que nos caíamos por el pozo cuando éramos los campeones del mundo en algo que no fuera la tasa de paro.

Cuando Sergio Ramos mandó el balón a Cuenca parece que le dió una patada a la prima de riesgo y más de uno, al volver a casa, descubrió que le habían bajado el sueldo, tenía que jubilarse dos años después y que la gasolina estaba por las nubes.

Así que cuidado, que empieza la Eurocopa.

Como no ganen me temo que Rajoy se planteará lo de las elecciones anticipadas porque no tendrá suficiente tiempo para castigarnos lo que dura en una competición de un par de semanas. Esta vez y como siempre el gobierno va a ser más patriota que nunca. Estoy esperando ansioso a ver a Soraya con una bufanda de la selección, torete bordado y cantando el "a por ellos"

Lo que no sé es si "ellos" se refiere al 30.4% de los españoles que mantenemos a todos los demás.

8 de junio de 2012

La muerte y resurrección de Clerks

Si hay una película que pone a disposición del punto de vista del habitante medio lo tediosamente entretenido que resulta, en algunas ocasiones, el trabajo en una tienda pequeña y sencilla de barrio a lo largo de los años 90 esa es Clerks.

A lo largo de todos estos años en los que las superficies, nacidas como champiñones de capital extranjero, han convertido la palabra Gratis en una especie de derecho anárquico que el cliente ha de tener como si fuera un derecho fundamental alguno ha llegado a creerse que por estar al otro lado del mostrador (el del cliente) debe de vivirlo como si fuera un conquistador que llega para evangelizar al tipo que debe de estar en la tienda a la hora que lo necesites y con una enorme sonrisa para decir a todo que sí.

Existe, dentro de la mentalidad polucionada del consumidor medio, la idea de que cualquier lugar donde se comercie con uno u otro producto es exactamente la misma cosa. Como es lógico eso es lo mismo que pensar que cualquiera cosa con ruedas y que funcione a gasolina es un coche. Si mi abuela tuviera ruedas no sería un carrito.

Los años del capitalismo salvaje que hemos dejado atrás nos convencieron que las conversaciones pausadas y tranquilas an las aceras eran cosas de jubilados con demasiado tiempo libre. A lo largo de los 90 se nos olvidó pensar que la persona que te encuentras de manera aleatoria por la calle también tiene alguna opinión y se nos olvidó razonar que son precisamente los momentos en los que intercambias opiniones libremente con algún conversador casual aquellos en los que es probable abrir algo la mente, aunque sea un diálogo para besugos.
El marketing entendido como el arte infame del engaño refinado que se lanza sediento hacia los billetes de tu cartera con un componente diferenciador intangible (que puede ser un estatus, una supuesta felicidad o la creencia que con el dinero gastado vas a ser más atractivo aunque seas un melón) se ha llevado por delante las ganas de algunos por intentar hacer las cosas bien y las ganas de otros por oir la verdad en vez de lo que quieren escuchar.

-Quiero un ordenador por menos de 300€.- me acaban de pedir esperando que sonriera, se lo llevara a casa y le fuera a durar 15 años.

Entonces es cuando recuerdo escenas de Clerks.

Después voy a casa dejando atrás los carteles de "se alquila" en muchas de las calles que se van quedando vacías y me paro en un semáforo viendo a una familia en un monovolumen aburrido con dos pantallas de dvd en los asientos traseros, una película de disney entreteniendo a los niños, las bolsas de algún artificial centro comercial en el maletero y me imagino que están planificando un entretenidísimo viaje hacia algún parque temático.

Pienso, entonces, que viven continuamente en el parque temático que aprendieron en televisión.

Y siento que, poco a poco, las calles se quedan vacías de todo lo que Clerks representa porque donde se vive es en los pequeños comercios y la vida en las ciudades palpita entre lugares que no pertenecen a ninguna franquicia.
Por supuesto que esto es una defensa del pequeño comercio que sigue siendo, comparando punto por punto, mucho más honesto e igual de caro o barato que cualquier otro lugar, con la salvedad que sueles dar de comer a tu vecino, bombea la sangre que hace latir a las calles y, si tienes suerte, es un lugar en el que hasta haces amigos.

Personalemente creo que tras unos años en los que se llegó a creer que el comercio convencional era una rémora del siglo pasado en la que habitaban pobres, perdedores y parados, parte de nosotros, afectados por este cambio social que estamos viviendo, volveremos a Clerks mientras otros seguirán, como quien visita meretrices, buscando luces, productos, amores y mentiras en los lugares iluminados que habitan en las entradas de las ciudades.

7 de junio de 2012

Hacia comportamientos salvajes (de otros)

- Te llamé todos los días y nunca me respondiste. ¿Sabes lo duro que es eso?
- No más duro que estar todas las noches esperando que sonara el teléfono para no cogértelo.

Definitivamente el comportamiento humano es extraño.

El cerebro contemporáneo, como si fuera una enorme máquina de ajedrez, juega a las diferentes probabilidades estadísticas que pueden llegar a tener nuestros actos. En realidad muchas de las acciones que nos gustaría realizar se ven coartadas por las consecuencias sociales, morales o personales que nos imaginamos como resultado de las mismas. Eso mismo es lo que, en más de una ocasión, nos hace comportarnos como si fuéramos unos estúpidos.

"La libertad"- me decían hace un rato en una enseñanza moral interesada- "no reside en la cantidad de cosas que se pueden hacer hacia afuera sino en la capacidad de hacer efectivo todo aquello que uno realmente quiere hacer por si mismo". Más o menos viene a decir que confundimos la libertad con hacer cosas variadas cuando lo cierto es que la libertad es poder dejar que aquello que nos va brotando desde dentro se haga realidad.

A veces la libertad tiene el componente bucólico de la película "hacia rutas salvajes" y nos obliga a romper con todo para poder llegar a encontrarnos en algún lugar lejano. Quizá por eso vivimos en un mundo de nómadas modernos que sienten la necesidad de escapar para no convertirse en algo que afirman que no quieren ser (o que no son capaces de afrontar)
A veces la libertad está debajo de tus pies de la misma forma que el mejor bar es ese garito pequeño y grisáceo en el que eres capaz de tener la sensación de "casa" mientras puedes ser tú mismo delante del camarero en vez de tener que fingir, entre las luces de neón de un local de moda lleno de almas vacías, que eres alguien diferente porque sabes, socialmente hablando, que esa actitud resulta relacionalmente mucho más rentable.

Lo difícil entonces es poder adivinar hacia donde te van llevando esas prioridades que son exclusivamente tuyas y que el ser humano moderno ha ido tapando poco a poco porque es mucho más sencillo satisfacer a un padre, un jefe, una pareja o a un supuesto comportamiento social.

Ser uno más resulta mucho más sencillo que ser uno mismo en este mundo de egos mal entendidos donde más de un comportamiento tuvo como respuesta matar el propio para actuar como lo que creímos que era el deseo del ajeno y se nos olvidó, en ese caso, qué es lo que estábamos buscando.

Por eso, quizá, alguien sufrió esperando que sonara el teléfono para no cogerlo cuando, en realidad, quería hablar contigo.

Pd: y todo esto tiene algo que ver con un buen texto del Sr Casciari.

6 de junio de 2012

El bueno, el malo, el feo y el sado

Aunque en más de una faceta nos tranquiliza pensar en conceptos de buenos y malos (poniéndonos en el lado de los buenos) tenemos que afirmar que personajes como el de Steve Martin en "La pequeña tienda de los horrores" son absolutamente ficticios.
Pero es lógico pensar que la necesidad humana de simplificar nuestro entorno y reducir el campo de grises para que todo sea blanco o negro es lo que nos lleva a pensar, en más de una ocasión, que si acaso nos estamos convirtiendo en pacientes o deberemos ser Bill Murray y su afición por el sado.
En realidad convertirnos, comportarnos o creer que las personas y nosotros mismos nos hemos convertido en personajes límites monocromáticos es volver a jugar como cuando de pequeño un grupo de chicos persigue con pistolas a otro con plumas, como cuando los de un colegio quedaban para pegarse con los del otro, como cuando crees que si no te responde es que te la está pegando, como cuando haces subir y bajar en el cerebro la sinusoide de la felicidad a base de tus propias convicciones o, simplemente, cuando crees que has nacido para sufrir o hacer daño. Y eso son personajes que hemos aprendido a creernos: el bueno, el feo, el malo y el sado.
En realidad no existen pero hay un mecanismo mental que nos encanta que lo simplifique así.

5 de junio de 2012

Memorias de un hombre en pijama

He leído que se está trabajando en la adaptación al cine del comic de Paco Roca "Memorias de un hombre en pijama" y como me lo pasé tan bien leyéndolo... he decidido hacerle un pequeño homenaje.

Pd: este post recibió este mail: "Se ha notificado a Blogger de que cierto contenido de tu blog infringe presuntamente los derechos de autor de otras personas, según la ley estadounidense de protección de los derechos de autor (DMCA, Digital Millennium Copyright Act)...", asi que se han eliminado las direcciones de descarga de dicho comic.

4 de junio de 2012

Expertos de nada.

Es cierto que los mismos que se sentaban a los lados de un plató de televisión son, hoy por hoy, las pequeñas estrellitas que hablan de economía como si la prima de riesgo fuera la suya propia. En realidad la vida nos va dando pequeños retazos de determinadas cosas de las que nos creemos los especialistas que no somos.

Hay más de un momento de nuestra historia en el que nos hemos sentado delante de un amigo con problemas sentimentales y le hemos hecho una disección brutal del tipo de relación que estaba teniendo basándonos, erronéamente, en alguna idealización de algo que un día creímos que nos estaba pasando a nosotros mismos y que, en realidad, nunca sucedió.

Nos hemos puesto ufanamente orgullosos (y esta es una postura marcadamente varonil) delante del capó de un Daewoo Lanos pidiendo que nos abrieran el motor para buscar alguna avería como si hubiéramos realizado más de un curso a distancia de mecánica aplicada.

Yo mismo viví la húmeda situación en la que una cisterna que nunca llegaba a llenarse completamente terminó ganándome en la partida entre el razonamiento humano y la tecnología más básica. Cuando el fontanero llegó a mi casa me dijo: "si no hubieras tocado serían 20€. Has roto esto" -señalando a una especie de embudo que cierra el paso de agua haciendo un vacío- "y ahora son 70". Tenía razón.

Alguna mujer es capaz de hablarte de las encimas protectoras del cutis de tal o cual crema como si fuera la mismísima Elizabeth Arden (que era de Málaga) y luego descubres que también probó la baba de caracol.

El sábado, en un sesudo reportaje sobre internet, terminaban exponiendo la opinión de Santiago Segura como si fuera un experto informático educado en las redes sociales y él daba los consejos y las consideraciones que estimaba convenientes con argumentos que también puede darte cualquier adolescente que vive encerrado en el tuenti como si no hubiera un mañana. Para el periodista en cuestión resultaba mucho más efectiva una cara conocida que un experto en la materia y tampoco podemos evitar que Santiago, la amante de las cremas, yo mismo delante del retrete o quien te intenta dar consejos sobre tu situación sentimental se creen de si mismo expertos irrefutables en el preciso instante de sentar cátedra sobre el asunto en cuestión.

Cuando un cliente se acerca a mi trabajo con un ordenador que ha intentado arreglarle un amigo suelo decirle que si él mismo tuviera un problema de próstata es más que probable que no intentara que un colega le hiciera un tacto rectal y que en ese momento mi trabajo era doble: tengo que subsanar el problema primario y el desgarro que tiene tras una intervención poco profesional. Cuando se lo explicas con su culo como protagonista suele entenderlo meridianamente.

Es lo que pasa cuando los expertos no lo son.

Aún así vivimos rodeados de "expertos" que nos hacen este tipo de desgarros.

Me refiero a la economía, la informática, las relaciones, el cutis o la vida en general.

2 de junio de 2012

Juan Carlos I de Inglaterra (Isabel II de España)

El parlamento británico está casi de acuerdo en cambiar el nombre del Big Ben por Torre de Isabel debido a que la buena señora lleva 60 años en el trono. En España estamos expectantes a ver si nuestro rey se tropieza en su reaparición, como si fuera una reunión de los Beatles, para hacer unos cuantos chistes al estilo Marichalar-Urdangarin-Froilán-Elefantiasis y regodearnos patriamente sobre ello.

Estamos esperando ansiosos que a Letizia le salga un golondrino en un sobaco, que es donde salen los golondrinos, o que al príncipe le fotografíen saliendo de incógnito de la sala Bagdag tras un íntimo pase privado con el gemelo de Dinio.

Mientras los dos paises viven en la recesión económica tan de moda en la europa occidental millones de británicos agitan sus banderitas mientras millones de españoles han asumido casi como cierto que en este pais de Santiagos Seguras ... Torrente es el rey.

A un británico no le podrás contar la obviedad mundial de la afición desmesurada de sus monarcas al gintonic pero si vienes a España y quieres hacer amigos lo mejor que puedes hacer es preparar una buena artillería de chistes en los que el rey aparezca con su moto saliendo de palacio a toda velocidad camino de la cama de Barbara "idem" o de alguna buena mujer mientras la reina pasa las noches en vela con Miguel de la Cuadra Salcedo justo en el mismo momento en que Urdangarin hacía una factura falsa, Marichalar se metía algo en los probadores de Loewe y alguna infanta buscaba el espejito mágico.

Y después, sabiendo positivamente que la reina de Inglaterra tiene más dinero que un torero y con uno de sus collares se paga la cotización del paro de todo Manchester , decimos que el dinero que gana el rey de España es una vergüenza nacional y los británicos hacen la ola al paso del carruaje de su majestad.

Es cierto que la maquinaria publicitaria de la corona británica es muy buena pero si lo analizamos punto por punto (Lady Di y el de las orejas diciendole a Camila que quiere ser su tampax incluídos) no soy capaz de imaginar la diagonal llena de españolitos agitando el orgullo monarcal como si el rey fuera el que metió, en una arrancada por la banda, un gol en el último minuto de la final de la eurocopa. Soy más capaz de ver a Carod Rovira sentado al lado de Iñaki Anasagasti proclamando la tercera república con el fervor del pueblo y seguir viendo como a algunas monarquías les importa una mierda que los tiempos cambien mientras la monarquía española, apocada como ninguna, tapa sus miserias a la par que asistiremos sorprendidos al espectáculo medieval de ver a millones de británicos ilusionados porque una vieja rica siga siendo un totem al que se agarren mientras se van a la mierda sus empresas, sus trabajos y gran parte de su orgullo.

El rey de España se escondió para celebrar el 50 aniversario de su boda.

La reina de Inglaterra va a gastar de las arcas públicas (que es de donde cobra, igual que JC) más dinero del que cuesta una obra de Calatrava en Valencia.

Y los ingleses estarán encantados porque siguen anclados en la época victoriana, excepto cuando arrasan Salou borrachos.

Todo esto se me ocurre si intento pensar lo que sucederá en España si a alguno se le ocurriera hacer algún festejo monárquico que fuera el 10% de lo que va a suceder en ese mundo paralelo que es aquella extraña isla que no es europea más que para los vuelos baratos y que no tiene casi presión en sus ancestrales cañerías.