Mal dia para buscar

8 de junio de 2012

La muerte y resurrección de Clerks

Si hay una película que pone a disposición del punto de vista del habitante medio lo tediosamente entretenido que resulta, en algunas ocasiones, el trabajo en una tienda pequeña y sencilla de barrio a lo largo de los años 90 esa es Clerks.

A lo largo de todos estos años en los que las superficies, nacidas como champiñones de capital extranjero, han convertido la palabra Gratis en una especie de derecho anárquico que el cliente ha de tener como si fuera un derecho fundamental alguno ha llegado a creerse que por estar al otro lado del mostrador (el del cliente) debe de vivirlo como si fuera un conquistador que llega para evangelizar al tipo que debe de estar en la tienda a la hora que lo necesites y con una enorme sonrisa para decir a todo que sí.

Existe, dentro de la mentalidad polucionada del consumidor medio, la idea de que cualquier lugar donde se comercie con uno u otro producto es exactamente la misma cosa. Como es lógico eso es lo mismo que pensar que cualquiera cosa con ruedas y que funcione a gasolina es un coche. Si mi abuela tuviera ruedas no sería un carrito.

Los años del capitalismo salvaje que hemos dejado atrás nos convencieron que las conversaciones pausadas y tranquilas an las aceras eran cosas de jubilados con demasiado tiempo libre. A lo largo de los 90 se nos olvidó pensar que la persona que te encuentras de manera aleatoria por la calle también tiene alguna opinión y se nos olvidó razonar que son precisamente los momentos en los que intercambias opiniones libremente con algún conversador casual aquellos en los que es probable abrir algo la mente, aunque sea un diálogo para besugos.
El marketing entendido como el arte infame del engaño refinado que se lanza sediento hacia los billetes de tu cartera con un componente diferenciador intangible (que puede ser un estatus, una supuesta felicidad o la creencia que con el dinero gastado vas a ser más atractivo aunque seas un melón) se ha llevado por delante las ganas de algunos por intentar hacer las cosas bien y las ganas de otros por oir la verdad en vez de lo que quieren escuchar.

-Quiero un ordenador por menos de 300€.- me acaban de pedir esperando que sonriera, se lo llevara a casa y le fuera a durar 15 años.

Entonces es cuando recuerdo escenas de Clerks.

Después voy a casa dejando atrás los carteles de "se alquila" en muchas de las calles que se van quedando vacías y me paro en un semáforo viendo a una familia en un monovolumen aburrido con dos pantallas de dvd en los asientos traseros, una película de disney entreteniendo a los niños, las bolsas de algún artificial centro comercial en el maletero y me imagino que están planificando un entretenidísimo viaje hacia algún parque temático.

Pienso, entonces, que viven continuamente en el parque temático que aprendieron en televisión.

Y siento que, poco a poco, las calles se quedan vacías de todo lo que Clerks representa porque donde se vive es en los pequeños comercios y la vida en las ciudades palpita entre lugares que no pertenecen a ninguna franquicia.
Por supuesto que esto es una defensa del pequeño comercio que sigue siendo, comparando punto por punto, mucho más honesto e igual de caro o barato que cualquier otro lugar, con la salvedad que sueles dar de comer a tu vecino, bombea la sangre que hace latir a las calles y, si tienes suerte, es un lugar en el que hasta haces amigos.

Personalemente creo que tras unos años en los que se llegó a creer que el comercio convencional era una rémora del siglo pasado en la que habitaban pobres, perdedores y parados, parte de nosotros, afectados por este cambio social que estamos viviendo, volveremos a Clerks mientras otros seguirán, como quien visita meretrices, buscando luces, productos, amores y mentiras en los lugares iluminados que habitan en las entradas de las ciudades.

1 comentario:

Alberto Secades dijo...

Gran artículo. Sin el pequeño comercio, las cosas serán diferentes y (probablemente) peores.

Mi reflexión particular:

http://www.comunsinsentido.com/2012/04/yo-compro-en-comercio-local-culturamas.html