La herencia del Quijote es enorme. Nos encanta ponernos, casi de una forma universal, del lado del débil, del lado de David, del lado del equipo de tercera que juega contra uno de primera, de parte del deprimido, del pobre, del trabajador, de la mujer, del niño, del tonto y del apesadumbrado. El ser humano es perfectamente capaz de buscar culpables poderosos que puedan haber arruinado su vida sin que nada ni nadie más que su previa situación de perdedor sea el responsable.
Nunca oí a nadie decir "me equivoqué" de una manera pública y definitiva.
Los políticos europeos hablan del problema en la economía mundial. Los estatales del problema europeo. Los nacionalistas del problema del estado y los municipales de la deuda de las autonomías.
Los trabajadores culpan a los empresarios y los empresarios en quiebra culpan a las grandes empresas y las grandes empresas a la falta de impulso por parte de las instituciones que, a su vez, miran a los mercados como si aquellos fueran seres vivos que tienen conciencia de su maldad.
Hay quien sigue pensando que si accedes como profesión al empresariado habrás de ser rico como definición y que si lo haces con el rol del trabajador siempre vas a ser castigado. Mucho más aún si eres mujer, emigrante, discapacitada y con cargas.
No dudo que pudiera ser cierto en algunos de los casos o que la facilidad con la que uno puede llegar a determinados objetivos tenga mucho que ver con el punto de partida de cada cual.
Pero se nos olvida que aparte de problemas estructurales o errores de los demás parte de la responsabilidad de nuestro presente tiene mucho que ver con las decisiones que hemos ido tomando a lo largo de nuestro pasado.
No por el hecho que Valencia tuviera una carrera de Formula1 y la Copa América significaba que fuera
una comunidad rica de la misma forma que Barcelona92 fue un gran negocio porque alguien lo convirtió en un negocio que llenaba y mantuvo llenos los negocios durante años. Que el Papa vaya a Madrid en verano supuso una apuesta empresarial que puede convertirse en éxito o en fracaso dependiendo del grado de capacidad del gestor al que le toque en cuestión. No por tener flanes Dhul la familia Ruiz Mateos era rica, sino que ponía, una vez más, en juego su capacidad de ser un buen o mal gestor.
Y gestores han existido siempre.
Y empresas en quiebra han existido siempre.
Grandes y pequeños negocios han triunfado, se han mantenido y han quebrado a lo largo de los años.
El periódico
Público cierra. Quizá es un problema de la crisis. Quizá es una consecuencia del triunfo de la derecha española. Quizá la prensa en papel ya estaba muerta. Quizá, simplemente, es que un mal gestor se puso al frente de un negocio y equivocó sus decisiones.
En Madrid han
embargado los muebles de un colegio privado que cobraba 400€ a cada padre por tener a su alumno. Es una consecuencia de la crisis. Puede que quizá no lo sea sino que para acumular una deuda con la seguridad social de demasiados euros (1mill) lo que haya sucedido es que un inutil decidía sobre los ingresos y gastos de la empresa.
Existen negocios que parecen intocables, como los equipos de fútbol que se alimentan del orgullo del pueblo. El Real Madrid es una institución que, de necesitarlo, será rescatada con dinero público antes que una empresa de 200 trabajadores aunque a algunos titulados les duela ver cómo
inmigrantes sin cualificación se compran Ferraris con el dinero de las comisiones que obtienen del dinero que se gastan parados de larga duración en camisetas para sus niños.
Sin embargo la inmensa mayoría de los lugares de trabajo en los que residimos nunca estarán bajo el paraguas protector del estado populista. En ese caso unos seguirán, otros se enriquecerán y otros quebrarán. Y de la misma manera que ningún trabajador en paro es capaz de admitir que quizá se estuvo tocando los huevos cuando tenía que producir ningún empresario admitirá que fue un irresponsable apostando a negro cuando todos sabían que saldría rojo.
A veces es preferible admitir las verdades obvias porque aprendemos mucho más después de identificar nuestros errores de la manera correcta.
Después de años de exageración monetaria donde el más tonto jugaba a hacerse un chalet ahora hay damnificados por la crisis cuando, probablemente, lo que también hay (que ha habido siempre) son incompetentes y malos gestores.
Quizá, teniendo en cuenta que el cambio social en nuestra quijotesca manera de ver el mundo debe de ser una consecuencia de estos tiempos, es un buen momento para admitirlo.
-"No son gigantes, señor, son inútiles con corbata"