veridico.(Terraza del Bizitza, 2006. Bilbao)

- Conozco a una chica, una veterinaria, que se está ganando un dinero a base de traer animales ilegales de Asia.
- Una perra, porque eso es de ser una perra
- Pues sí, pero a lo que voy es que lo que trae son monos pequeños. Minimonos, no sé, como los perros pequeños esos que llevan las señoras mayores entre sus tetas grandes y que les dan besos en la boca.
- Que asco. Eso se llama un “lamechichis”
- Algo así
- ¿Un mono lamechichis?
- Yo que sé, un animal exótico. Eso no es lo bueno de la historia,
- ¿Entonces?
- Pues que me he enterado cómo los trae. Les hace pasar la aduana pegados a su cuerpo.
- ¿Y no se mueven?
- Que va. Les droga y se los pega al cuerpo
- Pues lo único que se me ocurre es que se los ponga en el chocho, con los brazos abiertos- una de las bailarinas se puso en pie haciendo un cristo con cara de mono- y si la tienen que cachear lo único que podrán decir es que podría haberse depilado un poco
- Joder un poco.
- ¿Y si se despierta el mono?. Tiene que ser un susto muy gordo para el guardia civil de la aduana.
- Si, tiene que tener gracia, aunque lo primero que pensaría el guardia es que tiene la vagina muy alta
- ¡Joder muy alta!. ¡Y con dientes!. “Señora, disculpe, pero su chocho me acaba de dar un mordisco”
- No seáis brutos. Lo divertido es que les droga y como son pequeños les esconde. Y donde les esconde es en el pelo dentro de un gran cardado.
- Entonces el mono puede que se despierte en el avión y el pasajero de atrás acojonarse, “Señora, su pelo se acaba de comer mi catering”
- Pues a mi me gusta más la idea de esconderlo en la entrepierna. Me parece que es más divertido. Es más, si yo tuviera que llevar un animal pegado a mi cuerpo diez horas lo llevaría ahí. Si se despierta me da más posibilidades de saberlo antes que nadie. Y hasta podría darme gusto.
- No seas animal
- Claro, como el mono.
- Lo que sí que tiene que estar bien es usarlo como cinturón de castidad. Ni cadenas ni cerrojos ni nada. Un mono asesino que muerda pollas.
- ¿Y cómo lo adiestras?. ¿Con un tío como los de los perros pero con el pito recubierto de caucho que esté gritando al mono con su pene erecto recauchutado “muerde, mono, muerde”?
- Yo que sé. Los monos son muy listos y los penes parecen plátanos.
- Eso algunos.
- También es verdad. La verdad es que los chicos tenéis unas pollas horribles en la mayoría de los casos.
- Y cada vez es más difícil ver un casco alemán
- ¿Un casco alemán?
- Si. Un casco alemán. ¿No os habéis dado cuenta que una buena polla, con el capullo fuera, tiene forma de casco alemán de la segunda guerra mundial?
- Hombre, visto así…
- ¡Pues claro que si!. Esas son las buenas. Lo demás son pitos. Porque los nombres son ridículos: pito, pilila…
- Por favor, pilila. Eso es de muy pequeño.
- …cilindrín… lo bueno son las vergas, pollas, cipotes. Eso son nombres mucho más varoniles.
- ¿Podemos dejar de hablar de pollas?
- Joder Juan, con eso de que eres hetero tiene muy poca gracia.
- Claro, porque estoy rodeado de gays salidorros y bailarinas calientes. Poca gracia es que Maribel ha empezado a hablar de tráfico ilegal de animales y tú acabas hablando de pollas.
- ¿Acaso hay otro tema?
- Es que parece que tienes carencia.
- Yo diría que lo que tengo es el mono. ¿Ves?. Ya he vuelto al tema inicial.
- Pero no es lo mismo.
- Vale, te lo permitimos.
- ¿Aceptamos entonces mono como animal de compañía?
- Lo aceptamos
- Entonces yo lo prefiero llevar entre mis piernas al pobre animal.
- Haz lo que quieras con el mono. ¿Otra cerveza?