Insultar al Papa es de cobardes.

Dentro de la gira mundial, "Ratzinger Greatest hits so far" el Papa está en Barcelona. No voy a ir a verle porque no me gustan sus canciones. Sin embargo en un alarde de modernidad y movilización como quien se movivliza contra las guerras y contra el hambre del mundo (y luego se va a comer una hamburguesa de tofu comprada en el Corte inglés), los progres concienciados se han movilizado contra esta actividad (que, tambien hay que decirlo, cuesta 2mill/€ a las arcas públicas) (porque es una visita de un jefe de Estado , como si viene Obama a ver a Montilla a espaldas de Pajin).

Salen por las calles con sus pancartas que consideran que cualquiera que tiene un alzacuellos sueña con usar un dildo con los menores que encuentre a su paso. Salen a las calles gritando proclamas contra el Dios de los cristianos y esos señores mayores que visten de blanco y circulan con los báculos como si fueran bastones de mando morales.

Y yo, que siento casi la misma repulsión cuando la cuidad se paraliza y tienen que hacer horas extras los guardias urbanos porque viene Bisbal a dar un concierto o Shakira graba un videoclip sin casco bañándose en una fuente, tampoco saldré a la calle a insultar a un anciano que, realmente, creo que si no tuviera a nadie ni rezando ni gritando, no volvería a venir. Es como lo de los toros: si no va nadie, no hay. Si gritas a algunos les pica la curiosidad.

Pero está de moda meterse con la Iglesia Cristiana mientras (por ejemplo) los defensores de Alá tiran edificios abajo de vez en cuando pero si te metes con Mahoma tienes la sensación que algún moro salvaje vendrá a tu casa a violar a tu mujer, a degollar a tus hijos y a hacerse un tambor con la piel de tus escrotos.

Movilizarse por todas las injusticias es complicado porque son muchas pero parece que algunos no se movilizan igualmente cuando viene Fidel Castro o el primer ministro de Marruecos. No se movilizan cuando Gadafi pone sus jaimas en los jardines. No se manifestaban tanto la última vez que ETA asesinó a alguno de nuestros vecinos o ni siquiera cuando te bajan la pensión, cuando Ynestrillas aparece gritando por la expulsión de los moriscos o tienes que trabajar dos añitos más. En esos casos las movilizaciones no tienen tanta mala baba o insultan con tanta gracia.

Probablemente porque meterse con el Papa que, desde mi punto de vista, es un tipo que representa la rémora histórica de algún otro imperio caido, es fácil. Quizá puede ser que meterse con la iglesia es un divertimento de cobardes.

Yo, simplemente, lo ignoro y me va muy bien porque no se me hincha la vena del cuello. Por mucho que lo diga el Papa seguiré usando condones, comprando regalos en las bodas gays, cagándome en Dios si me doy un martillazo en el dedo y aplicando la bondad que aprendí en aquel colegio de curas al que asistí de pequeño y que me educó tan sanamente porque no salí psicótico perdido queriendo violar a ningún menor.

En vez de ir por ahí con pancartas tengo planes mucho más divertidos para este fin de semana: cometer algún pecado tocándome los cojones. Cuando me manifiesto procuro que sea por algo que tenga más importancia que un mal concierto de un artista que no me llama nada la atención.

Y tengo que reconocer que "los curas buenos" han sido los únicos que se preocupaban de los pobres y de los enfermos durante todos esos siglos en los que las ONG no existían. Tampoco se nos olvide que también hay buenos.