En sudáfrica hicieron un curioso experimento. Ataron a una paloma mensajera un pen drive de 4gb y la enviaron 60 millas allá, a llevar su información. A la vez mandaron esa misma información en un correo electrónico y cuando la paloma había llegado sólamente el 4% de la información había sido descargada en el ordenador de destino.
De la misma manera el Sr Tomlinson (supuesto creador del correo electrónico) afirma que si él tuviera que enviar algo importante seguro que su opción prioritaria sería el correo convencional (o una paloma, si supiera del experimento anterior).
¿Qué conclusión facil y sencilla sacamos con todo ello?
Que este medio tan innovador y tan chulo (y que es el resultado de un incompleto proyecto militar de hace 40 años) que nos permite ser los primeros de europa (y segundos del mundo detrás de Brasil) en el uso de las utilísimas (estoy siendo irónico) redes sociales no es de fiar, lo cual ya lo sabemos desde hace tiempo (porque nos están vigilando).
También es cierto que la mayoría de las cosas que se envían son poco importantes aunque nos dejan esa sensación de estar interconectados con el mundo lo cual no es más que un gran efecto placebo electrónico.
Para un abrazo, para una carta de amor, para las croquetas de mamá... tenemos la vida real.
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