Humillado por un Bot

La principal diferencia de Meetic respecto de su oponente en las citas por internet que era Match.com, antes de comprarlo por 67 millones de euros logrados a base de mercadear con la soledad de los demás, eran los anuncios

Y como el que está solo es incapaz de pensar que hay máquinas detrás de la máquina en la que espera el milagro, revisando una y otra vez su perfil, (Para el que no lo sepa, en cada uno de los supuestos servicios de contacto entre personas ( e incluso en muchos juegos online y la gran mayoria de los chats), existen los llamados BOTS, que no son más que respuestas preparadas que simulan ser una guapa mujer en celo o un mal jugador. Tienen programadas respuestas automáticas y hacen que tengas la sensación que hay alguien al otro lado.) un americano ha demandado a match.com por sentirse "humillado y decepcionado". probablemente defraudado por este descubrimiento. Tiene toda la razón. Con eso no se juega.

La verdad es que una empresa que factura 80 millones de euros debería de tenr un poco de cariño para con sus usuarios aunque supongo que no se llega a esas cifras sin engañar un poquito de la misma manera que algun/a "profesional del cariño" también sabe que fingir algun que otro orgasmo o decir palabras de amor mentirosas para seguir teniendo al cliente contento ya que, aunque sea maquillado de amor y sexo, sigue siendo un negocio.

Algunos han hecho de su vida en meetic pequeños post de exito (de lectura recomendable) y yo personalmente aunque he estado tentado de hacerme el susodicho perfil en algunos momentos de mi vida de alta decepción para con el mundo real, nunca he dado ese salto porque considero que no es más que un gran bar y yo, en los bares, no he ligado nunca.(*)

Sin embargo me excito viendo algunos de los anuncios que siguen haciendo, pero eso es por algún que otro motivo. Supongo que ansío mucho más ser uno de sus creativos publicitarios que uno de sus humillados clientes.

(*) ¿por qué no ligo nunca en un bar?. Porque soy un tipo de una grandilocuente, brillante y excitante primera frase. Ante eso, ante ese momento de desparpajo verbal creo que la segunda frase habrá de depender de la respuesta a la primera y dado el reducidísimo tiempo de reacción existente considero que nunca, nunca, nunca... nunca podré ser tan brillante como la primera vez. Por eso el fracaso está asegurado. Así que suelo visualizar ese fracaso y me niego desde el inicio. Es: la maldición de los hombres de una sola frase.