¿Por qué me medí la polla?

Reconozco que a muchas cosas en la vida llegué con cierto retraso. Empecé a fumar con 22. Y me medí la polla con, más o menos, 30 años. Nunca se me había ocurrido. Como buen ciudadano medio consideraba que estaba donde la virtud, que es en la mitad. Así que no me preocupó. Sin embargo una buena mujer me dijo un día de confidencias (probablemente interesadas) que aquellos pantalones (que aún guardo) me hacían un paquete interesante. Me preguntó, esperando una respuesta, que cuánto me medía la polla. "No lo sé"-respondí con cara de tortuga confundida. "Que tonto, seguro que es enorme". Yo me callé porque, realmente, no tenía ni idea y tras muchos años jugando deportes de equipo nunca se me había ocurrido ninguna comparación. (Claro que yo jugaba a baloncesto y soy bajito así que cualquier comparación hubiera sido desastrosa)

Después, ese mismo día, volví a ver la floja continuación de la maravillosa película de Sanchez Armero "Todo es mentira" titulada "Nada en la nevera" donde Coque Malla está con un amigo observando a la gente patinar y el amigo le dice que si no se ha medido la polla es un tipo raro, porque todo el mundo lo hace.

Así que me puse en pie en el salón, agarre un metro robado de Ikea y me bajé los pantalones con intención de efectuar la medición. Mi primera duda fué: ¿cómo se hacen la mediciones estadísticas? ¿en erección? ¿desde arriba? ¿desde abajo?. Consideré que si había que quedar bien debería de ser en erección, pero para no ser muy osado desde arriba. Así que empecé a masturbarme con el metro en la mano para intentar tomar medida pero cuando quise medir se me cayó el metro por lo que la erección se redujo y tuve que volver a empezar, no sin antes considerar la estúpida estampa que era un hombre adulto, con los pantalones en los tobillos, agarrando su miembro con una mano y un metro amarillo en la otra.

Pero obtuve mi medición y eso queda en mi propia intimidad.

En cierta ocasión leí que en la india se había hecho una petición formal para reducir el tamaño de los preservativos porque eran grandes para la media y eso producía un porcentaje de errores alto en aquella población y de todos es sabido que la mejor manera de que no se rompa (ni haga un daño atroz) es que tenga la medida correcta. Por eso mismo una compañía se ha lanzado a la fabricación del condón a medida, y adjuntan este bonito recortable (descargable en pdf) para que te la midas en casita y no pases por lo que pasé yo.

En el lado opuesto está aquella pareja de Barakaldo que tuvo que ser atendida por usar una bolsa de pipas como condón (este mismo verano)

Supongo que, haciendo caso a una amiga, lo importante es que tenga cierto grosor y se sepa usar aunque también existen estudios que afirman que sólo un siete por ciento de la población femenina alcanza el orgasmo durante la penetración. Según unos estudios de una universidad norteamericana, la razón de esta circunstancia es puramente fisiológica y se puede medir en centímetros. Parece ser que la distancia que separa el clítoris de la vagina es la clave de la cuestión. Si dicha distancia es menor a 2’5 centímetros, aproximadamente la longitud desde la punta del dedo pulgar hasta el nudillo del mismo, la capacidad de obtener un orgasmo simplemente con la penetración está asegurada.

También influye el clima, las sábanas (si las hubiera), el olor, la "travesura" del polvillo, el control del perineo que pueda llegar a tener el hombre (véase sexo tántrico) o la cantidad de ejercicios de kegel que haya realizado ella. En definitiva, demasiadas variables para que solamente el tamaño sea una de ellas y , por supuesto, no la más importante.

Sin embargo yo me la medí con un metro del Ikea, por mera curiosidad.

Y después no fuí ni más alto ni más feliz. Tampoco menos.

Pd: A lo largo del día, un hombre experimenta un promedio de once erecciones y nueve mientras dormimos. Son buenos momentos para efectuar mediciones. Yo, hoy, aún llevo 10.