España, por detrás de Italia y muy por encima del resto de los países, es uno de los lugares donde mayor penetración comercial tienen los smartphones, que son esos engendros a mitad de camino entre un móvil y un ordenador que ni te dejan llamar bien ni te dejan navegar bien, pero que hacen las dos cosas.
La mayoría de los usuarios son jóvenes y su principal uso es para hacer lo que hacen los jóvenes que, al contrario de mi generación, es poner en tuenti cualquier chorisandez que les pase por la cabeza a ver si pillan cacho. (Bueno, y más cosas, que de todo hay en el adolescente mundo del señor aunque tambien dice el estudio que de los que se conectan sólo el 7% lee prensa).
Independientemente de suponer que ese uso de las tecnologías fuera de casa es un rasgo heredado del caracter social de las culturas mediterráneas y de nuestra necesidad de relacionarnos con los demás con ello voy a otro estudio en el que durante 9 meses han seguido las llamadas y movimientos de 94 estudiantes para pedirles después que hagan una estimación del tiempo que han estado con sus amigos (conociendo, de antemano, la respuesta real).
El resultado de este estudio es que dependiendo de la diferencia del informe del usuario con el tiempo real los investigadores fueron capaces de reconocer el grado afectivo con la persona con quien estaba en investigado. Esto es: si estamos cómodos nuestra concepción del tiempo empleado se reduce con lo que se supone que la persona que nos acompaña es próxima a nosotros. Sin embargo, cuando se esta con no-amigos, el tiempo parece mayor. Además, como dato añadido, los que pasaban más tiempo con amigos se sentían más felices en el trabajo y usan menos el telefono en horario laboral.
Si bien el análisis de los datos no es muy espectacular lo que es cierto es que probablemente nuestro teléfono (tanto el tipo de teléfono como el uso que hagamos de él) dice de nosotros bastante más de lo que parece y se descubre como una tremenda herramienta para analizar nuestro comportamiento social.
1 comentario:
no será que con las TICS derivamos hacía otra ciencia conductual?
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