Esta mañana me quedé un momento parado en la esquina de una calle. Eché mano al bolsillo y me encendí un cigarro "a lo Humprey" , esto es, con una mano tapando la llama. Decidí mirar a la gente pasar.
Las personas van y vienen. No se miran a la cara. No se percatan de los demás salvo por si hiciera falta saludar con un ligero arqueo de ceja al que es tu vecino y no puedes obviar. Pero aparentan prisa, aparentan urgencia. Aparentan la la necesidad de estar en otro sitio más importante que del que vienen o en el que están.
A mi cabeza sólo llegaba la palabra agravio (fíjate tú), esto es: "humillación, menosprecio o aprecio insuficiente."
Agravio al sol en el que no había reparado hasta ese instante.
Agravios varios.
Ahora está gris y veo la calle, otra diferente, en movimiento contínuo desde esta ventana y el único agravio que recuerdo es que aún es jueves y que Jessica Rabitt es de mentira. Que poca memoria tengo, cuan grande puede ser una lista de desencantos.
Al entornar los ojos descubro que la crema antiojeras, no funciona. Eso sí que es un agravio.
1 comentario:
no funciona ninguana antiojeras.
Yo suelo ir tranquilamente caminando mientras la gente pasa rápido a mi alrededor, levantando hasta aire...y yo sigo a lo mio, no quiero entrar en esa corriente
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