Personalmente habito en un lugar cargado de nacionalismo.
Por una parte el nacionalismo tiene unas raices bien chulas: la cultura, el idioma, las costumbres, los antepasados y bla, bla, bla...Hasta ahí me parece estupendo.
De repente, nadie sabe cómo ni cuando, aparecen los puñeteros victimistas: que si no nos dejan ser nosotros mismos, que si la cultura opresora del invasor... y chorisandeces de ese pelo.
Por una parte el nacionalismo tiene unas raices bien chulas: la cultura, el idioma, las costumbres, los antepasados y bla, bla, bla...Hasta ahí me parece estupendo.
De repente, nadie sabe cómo ni cuando, aparecen los puñeteros victimistas: que si no nos dejan ser nosotros mismos, que si la cultura opresora del invasor... y chorisandeces de ese pelo.
¿Por qué chorisandeces?
Porque tengo la idea , posiblemente equivocada, que la cultura es un fenómeno vivo. Quiero decir que se va nutriendo de lo que llega, y va dejando lo que se va. Y es eso lo que hace a las costumbres ser nuestras, y no de los abuelos de nuestros abuelos.
Ser un victimista debería obligar a ir con pieles a cazar mamuts con lanzas de puntas de sílex, que , en definitiva, es el origen al que soy capaz de remontarme.
Con eso no reniego de nada, en absoluto. Es más, conozco el pasado de "mi pueblo". Solamente critico a quienes no son capaces de admitir que todo está mojado de la tempestad de las culturas.
El paraguas retrógrado del nacionalismo mal entendido no va a hacer que no te mojes. Y da igual donde vivas y cuanto grande sea tu paraguas: llueve en todos lados. (Tampoco a gusto de todos)
1 comentario:
Joder! Joder! Joder!
¿Cómo estamos, no?
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