la soledad del escritor de fondo

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He estado enganchado a escribir toda la vida. En los apuntes de cálculo de segundo , en un lateral y sin descuidar las anotaciones de las fórmulas, siguen escondidas algunas poesías. Las clases de mecánica de tercero las saltaba para meterme en un taller literario lleno de gente de letras puras. En esas horas escribí el pueril cuento de sabado pirata. No recuerdo el día que me convertí en una persona sin un boli a mi lado, pero voy recuperando la escritura como terapia para no olvidar quien soy. La usé conscientemente en los malos años y encontré las palabras que me saciaban, equitativamente, la rabia y la pena, y el ahogo.

Y aprendí al leerme que estaba descubriendo, como escribí hace nada, que la vida se compone a partes iguales de colonia, luz y mierda.


"Si algún día pierdo la tinta que salta desde mis manos
Córtarme las alas.

Si algún día no recuerdo la luz de los ojos emocionados
Ahógarme contra la almohada

Si algún día vuelvo a sentir el sonido de la puerta tronando tras unos pasos
Llévaros mi alma

Y si algún dia no sé haceros reir con un poco de orgullo, sorpresa y amargos pecados
Sacarme a la calle, penitente, de madrugada."

Llevaba años sin improvisar poesia (que cursi, ¿verdad?)

Gracias por estar ahí, Champion´s (antes conocido como Simago)