Es cierto, para ser sinceros, que desafortunadamente no soy un hombre de primeros momentos, sobre todo sexuales. Pero considero que eso le ha pasado a todo el mundo, y el que lo niegue es un hipócrita. Estar en la cama, con un cuerpo extraño, excitado, y sabiendo positivamente que el sexo y el sexo cinematográfico son dos cosas diferentes no es tan sencillo. Te rozas. Te desnudas. Te desnudan. Desnudas. Por ahora todo va estupendo. Y aunque nunca son las caricias como te las puedes haber imaginado, si es que tu imaginación da para tanto, llega el momento en el que tu cabeza empieza a pensar en elementos absurdos del tipo “¿Dónde están los condones?. Ah, si, ya lo recuerdo”. Puede que hayas sido un tipo caballeroso y los tengas donde siempre, pero eso supone que te tienes que levantar. Y no vas a decir “quédate ahí quieta con tu calentón que me voy dando brincos como un caballo percherón hasta la caja de la botella de Chivas donde están los condones”. Porque vas a quedar como un cerdo o porque puedes recibir la bofetada dialéctica de “No, mejor no”.
También puede que hayas dejado los condones a mano, pero eso te va a hacer parecer un tipo pretencioso que daba por hecho una relación sexual plena. Así que como ambas soluciones no son válidas pasemos este caso y vayamos al supuesto de que ya lo tienes en la mano. Surgen otros problemas. El primero es que , como eres tonto, te lo intentas poner al revés. Claro que de eso te das cuenta cuando estas tirando tanto que casi te duele. Y hay que tener en cuenta que lo estas haciendo a oscuras. O se te baja o tienes que ir a por otro. Ya van dos. Ahora lo haces con más cuidado pero con más premura, porque te están esperando , y a una dama no hay que hacerla esperar. No, no. Consigues ponértelo, pero también te has enfadado tanto con tu torpeza que se te ha bajado. Vaya. Con el condón puesto intentas animarte, como diciéndote a ti mismo “pero vamos a ver, gilipollas, con una oportunidad que tienes y ahora vas y te duermes. ¿ Tu eres tonto?”. Así que , te lo quitas y decides volver a los prolegómenos. Normalmente las mujeres suelen ser comprensivas en este sentido, aunque se sienten un tanto decepcionadas. Tampoco quiero pensar en lo que pueden estar pensando porque probablemente termine diciendo alguna estupidez. Vuelta a la posición inicial. Preservativo número tres. Alegría, todo ha salido bien a la primera. Menos mal.
También puede que hayas dejado los condones a mano, pero eso te va a hacer parecer un tipo pretencioso que daba por hecho una relación sexual plena. Así que como ambas soluciones no son válidas pasemos este caso y vayamos al supuesto de que ya lo tienes en la mano. Surgen otros problemas. El primero es que , como eres tonto, te lo intentas poner al revés. Claro que de eso te das cuenta cuando estas tirando tanto que casi te duele. Y hay que tener en cuenta que lo estas haciendo a oscuras. O se te baja o tienes que ir a por otro. Ya van dos. Ahora lo haces con más cuidado pero con más premura, porque te están esperando , y a una dama no hay que hacerla esperar. No, no. Consigues ponértelo, pero también te has enfadado tanto con tu torpeza que se te ha bajado. Vaya. Con el condón puesto intentas animarte, como diciéndote a ti mismo “pero vamos a ver, gilipollas, con una oportunidad que tienes y ahora vas y te duermes. ¿ Tu eres tonto?”. Así que , te lo quitas y decides volver a los prolegómenos. Normalmente las mujeres suelen ser comprensivas en este sentido, aunque se sienten un tanto decepcionadas. Tampoco quiero pensar en lo que pueden estar pensando porque probablemente termine diciendo alguna estupidez. Vuelta a la posición inicial. Preservativo número tres. Alegría, todo ha salido bien a la primera. Menos mal.
El caso es en que ya tenemos puesto a nuestro amigo de látex y vamos a entrar a matar, en jerga taurina. Ahora llega un punto decepcionante pero real, como la vida misma. En la que tras unos segundos de intento ella hace un giro con el cuerpo y el brazo sujetándote el pene y poniéndolo en el lugar correcto mientras en su cara hay una mueca de sonrisa, complicidad y maternidad. Siempre te preguntas:
“ ¿donde estaría yo apuntando?”
Será por eso por lo que no me como una rosca desde hace ya mucho tiempo, porque soy exigente. O porque tengo miedo al fracaso. Este último término no es real ya que creo que a todo el mundo le pasa, más tarde o más temprano. También sé que si dejo la mente en blanco , el sexo siempre sale mejor. Desafortunadamente me encanta pensar. Y, como soy yo, me resulta imposible hacer más de dos cosas a la vez. Simplemente lo aviso para futuras relaciones.
Lo cierto es que tiene su gracia. Siempre me gusta creer , como en el chiste, que puedo hacer reír a una mujer antes , durante y después. Aunque a veces me gustaría ser una máquina sexual. Supongo que como a todos.
“ ¿donde estaría yo apuntando?”
Será por eso por lo que no me como una rosca desde hace ya mucho tiempo, porque soy exigente. O porque tengo miedo al fracaso. Este último término no es real ya que creo que a todo el mundo le pasa, más tarde o más temprano. También sé que si dejo la mente en blanco , el sexo siempre sale mejor. Desafortunadamente me encanta pensar. Y, como soy yo, me resulta imposible hacer más de dos cosas a la vez. Simplemente lo aviso para futuras relaciones.
Lo cierto es que tiene su gracia. Siempre me gusta creer , como en el chiste, que puedo hacer reír a una mujer antes , durante y después. Aunque a veces me gustaría ser una máquina sexual. Supongo que como a todos.
Pd: esto estaba escrito desde hace muchos años. Al ver el video, lo recorde y el verano es un buen momento para reposiciones, fíjate tú con Verano Azul.
2 comentarios:
Mira que te lo he dicho veces, hay momentos, en que debes dejar de pensar y dejarte llevar, y por cierto poner un condon entre dos es divertido.
qué es el sexo sin risas, sin diversión...?
A divertirrrrrrrrrse!!!!
Me acabo de acordar de un chiste no demasiado hilarante, pero quizás apropiado para el caso...
- ¿Sabes cuál es la diferencia entre lástima y lastima?
- ...
- El tamaño.
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