Solemos tender a pensar que nuestra personalidad es lo que nos define y sin embargo, no lo es tanto. Para eso está la historia de Phineas Gage
Lo que viene a demostrar es la realidad de las diferentes alteraciones que se pueden sufrir según va evolucionando (y , en algunos casos, siendo maltratado) nuestro cerebro. Un buen amigo hizo su tesis sobre los cambios en el comportamiento humano después de accidentes de tráfico que han golpeado la cabeza del investigado. Me comentaba que cuando se produce un golpe en el lóbulo frontal muchos de los invetigados son incapaces de controlar sus impulsos básicos de tal forma que si piensan que eres un idiota te lo dicen sin podérselo callar.
La ciencia que estudia todo esto es la neuropsicopatología (o neuropsiquiatria, que si no me equivoco la diferencia entre uno y otro es que los psicologos no pueden recetar fármacos alucinógenos)
Se supone que uno de los más reputados (de reputación) estudiosos de todas estas alteraciones es el portugués Antonio Damasio que, aparte de usar a su pareja para ayudarle a escribir sus libros, mantiene que en el lóbulo frontal están las bases de la personalidad de cada uno y, utilizando el caso de Phineas Gage como ejemplo, afirma que cualquier alteración en ese espacio del cerebro supone un cambio en la personalidad del sujeto.
Así que si tu ex, si un colega o tú mismo te empiezas a comportar como un gilipollas siempre puedes decir que te has dado un golpe en la cabeza y asunto resuelto.
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