Mal dia para buscar

9 de septiembre de 2010

Los límites del consumo


Ryanair, esa compañía aérea que te lleva y que te trae como si fueras un cerdito en un camión, quiere prescindir de los copilotos en los aviones porque les sale muy caro.

Las primeras pruebas, basadas en un documental de aviónica de 1980 (Titulado "Aterriza como puedas"), se pueden ver en el siguiente video:



Mucho me temo que esta compañía, como otras muchas (no de vuelos), empieza a rozar lo éticamente correcto aunque hemos de reconocer que el problema lo tenemos los usuarios que llenamos sus amarillentos avioncitos después de descubrir como montar los muebles pensando que nos estamos ahorrando nuestros dineros.

Hace no mucho en un comercio de alimentación autóctono, junto a una de esas noticias que comentaban como los zapatos asiáticos generaban reacciones alérgicas en los pies esgrimía la siguiente leyenda: "Si pasa eso con los zapatos, imagínate con la comida. Compra espárragos de Navarra".

Desconozco el momento exacto en el que la gran masa consumidora dejó de preocuparse por la calidad del producto para simplemente ir acumulando productos. Desconozco el momento en el que se expulsó de nuestra vida el concepto de "para siempre" y se sustituyó por el concepto de "más barato". Supongo que es la misma sensación que tuve al entrar en un Daewoo Lanos y descubrir que era el Opel Astra de mi tío pero firmado por un coreano. Supongo que es la misma sensación que tengo cuando la esquina de la mesa se descascarilla como una campeona, suena como una mala sección de cuerda sin engrasar o cojea como Lina Morgan en "Vaya par de Gemelas" porque alguien no la supo montar bien. Publicitariamente algunas compañías han aprendido a vendernos la "república independiente de tu consumo" y otras, con honestidad brutal a lo Calamaro, simplemente afirman que son "más baratas" sin explicar sus desagradables razones.

Comprendo la necesitad adolescente de la acumulación compulsiva en determinados elementos. Acumular móviles o amantes de 10 minutos que te follan pero no te abrazan. Ver crecer la lista de coches que has tenido o ropa que te pones una vez porque aún estás creciendo. El compañero más admirado de clase era el que más novias tenía y en la universidad nos gustaba montar en el Renault Clio de llantas blancas que lucía lustroso Gorka R.

Cuando eso es congénito y ya no somos niños el problema es del idiota que compra sin iva y se sigue quejando porque el médico de la seguridad social que le atiende no es un profesional bien remunerado con los impuestos que él no paga.

El problema es que seguimos viajando en compañías de bajo coste sin preocuparnos porque no lleven copiloto. Lo justificamos mirando a nuestra cuenta corriente y pensando únicamente en el ilusionante destino. Será que volar sigue despertando a nuestro travieso (y despreocupado) niño interior.

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