-Toc, toc
-¿Quien osa importunar la paz de mi sacrosanto hogar?
-Una huelga
-!Coño!, a estas horas.
-Ya ves, es que soy como un susto hormonal, vengo con cierto retraso.
-La verdad es que si porque hace dos años que estamos fastidiados. Es más, dicen ahora que ya nos está marchando mejor.
-Pero es que estoy un poco lenta. Da igual. Nunca es tarde si la movilización es buena. ¿Te vienes?
-¿A donde?
-!A las barricadas!
- !?¿?!
-Que no, hombre. No te asustes. A la calle. A una manifestación con unas pancartas muy rojas y muy chulas que nos ha diseñado un intelectual concienciado con nuestra causa. Luego pegamos unos gritos, cantamos la internacional y con un poco de suerte puede que te enfoquen y salgas en el telediario de la primera, que ahora tiene mucho glamour porque es un medio libre y no como lo manipulaban esos derechones asquerosos.
-O sea, que vamos contra la derecha.
-Por supuesto. Hasta la victoria siempre. Este maldito gobierno explota al trabajador y este es un pais de trabajadores.
-Pero nuestro gobierno es de izquierdas y le defendían los, ¿como era?, los de la ceja.
-Pues ahora ya no lo es. Y los sindicalistas e intelectuales nunca fueron de la mano de este gobierno. Fíjate la señora Bardem. Este es un gobierno...
-Eso, ¿qué es este gobierno?
-...mira, no me líes. ¿te vienes?
-En parte me encantaría pero lo cierto es que tengo una entrevista de trabajo hoy, que llevo unos meses en el paro.
-¿Ahora te vas a ir con el empresariado, con la patronal?
-Hombre, la verdad es que yo lo que quiero es trabajar. Hace un año, cuando llegué al curro y estaba la puerta cerrada llamé al sindicato lleno de rabia y me dijeron que estaban muy ocupados con el diálogo social. Después intenté movilizar a mis compañeros. Fuimos 20 monos por las calles detras de una pancarta camino de la casa de mi jefe. Y nuestro jefe bajó a atendernos.
-Valiente cabrón explotador...
-Lo cierto es que el ayuntamiento le habia dejado a pagar unas facturas y estaba tan arruinado como nosotros. Así que fue con nosotros al ayuntamiento. El alcalde estaba reunido con los representantes sindicales de alguna otra contrata. De comida, nos dijeron.
-¿Y vuestro representante sindical?
-La verdad es que nunca le conocimos, porque era un liberado...
-!Pues eso va a cambiar!
-No lo se, guapa. Yo estoy de acuerdo con que hay que movilizarse y que hay que plantar cara juntos al enemigo. Pero no sé ni quien es el enemigo ni si ahora, tan tarde, es el momento. ¿No podías haber venido hace dos años, que hoy me viene fatal?
-Es que estas cosas hay que hacerlas bien.
-Si, joder. Después del verano, después de que ya no tengo trabajo y un miércoles para joderme toda la semana. Anda, vete a la mierda.
-Así no vas a arreglar esto.
-Si, y ahora me dirás que lo arreglamos entre todos.
-...Qué falta de solidaridad...
-Será. ¿Me vas a dar trabajo tú?
-Ya estamos con el individualismo.
-Me da igual lo que pienses. Una cosa más.
-...a ver...
-Las pancartas... ¿quién os las paga?
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