dicotomía musical

“Hay veces y momentos especiales en los que no se sinceramente si salir corriendo por la calle como un poseso completamente enajenado o si encerrarme en casa con las manos en las piernas aferrado a una esquina del sofá. En esos momentos subo el volumen y dejo que vayan saliendo desde dentro pequeños posos de mi persona, pequeños momentos llenos de gritos. Hago gestos. Me levanto lleno de energía. Cierro las manos golpeando en el aire una batería de mentira. Giro la cabeza y cierro los ojos. Los tacones de los pies van llevando el ritmo y siento un penar absurdo por mis vecinos. Son espacios de tiempo en los que salgo a flote desde el abismo oceánico en el que me mete el día a día que me empeño en vivir.

(Es una sensación llena de enfrentamientos y que no comparto.Aunque no creo que no se necesite expulsar como si estuviera poseído la mierda que va carcomiendo. Rebelión y revelación, que no son las mismas cosas, aunque se parecen.)

¿Música para esos momentos?. Es fácil. Tiene que subir poco a poco, no puede ser un golpe de energía inmediata, como fue el principio del rock´n´roll. Debe ser más elaborado. Ha de poseer un innato elemento rebelde y una batería rítmica suficientemente fuerte. Una base llena de aspectos lúdicos y un virtuoso a las cuerdas. Red Hot Chilli Peppers. Cuando se suelta Coldplay. El grupo:Live. La canción: “Alive” de Pearl Jam. The Smashing Pumpkins cuando hacían grandes temas. El genio de los Black Crowes. El Second Coming de los Stone Roses. Incluso la gran versión de Knockin´de los Gun´s. (maldita generación X).

Hay veces y momentos especiales en los que termino dudando entre la primera y la segunda parte de Stairway to Heaven, que es del año 71. Siempre hay que elegir un disco y una canción del año en el que has nacido. La de led Zeppelin en la canción y el disco: Moondance, de van Morrison. Definitivamente esa dicotomía me persigue desde la infancia.”