El racismo congénito

El libro "exhibición impúdica" de Tom Sharpe comienza con una llamada a la policía de un hombre blanco en Sudáfrica que confiesa que ha matado a uno de sus esclavos. Más o menos es una llamada así:

-Comisaría de policía, buenos días.

-Buenos días. He matado brutalmente a un trabajador negro de mi propiedad

-¿Le ha matado en su casa?

-No, le he matado en la calle.

-Pero usted, ¿es blanco?

-Sí

-¿Y él?

-Negro.

-Bueno. Como nosotros tardaremos aproximadamente 15 minutos en llegar, meta el cadaver en su casa y le aseguro que el delito quedará impune.

-Pero quiero que me detengan

-Ya, pero usted es blanco y eso generaría un terrible precedente. No nos haga meter el cadaver en su casa, que tenemos muecho trabajo. Buenos días.

Como es de suponer, al asesino nadie le castiga.

Escrito así parece, porque realmente lo es, una crítica feroz a las actitudes racistas que si bien se repiten sistemáticamente por el mundo nunca dejan de ser soprendentes.

Hace un par de días nos merendábamos con la noticia que la mafia italiana había logrado expulsar de la localidad de Rosarno a los inmigrantes subsaharianos a base de meterles miedo en el cuerpo (y alguna bala) y con la excusa de dejar el trabajo en italia para los italianos.

Hoy leo que el hermanastro del príncipe de Abu Dabi ha sido grabado en un video (que está en youtube) torturando a un inmigrante y ha sido absuelto de todos los cargos porque estaba drogado. (que es lo mismo que meter el cadaver en casa)

Por alguna extraña razón algunos (entre los que me incluyo en algunas de mis cavernícolas opiniones) recelamos de la llegada a nuestro entorno vital de otras personas y otros orígenes. Sin embargo, al contrario que el racismo más recalcitrante, no se me ocurre pensar que son menos personas, sino menos afortunadas. De otra parte me niego a pensar, como a veces sucede en determinados estamentos oficiales, que haya que poner puentes de oro y subvenciones de platino a las que parece que no somos merecedores algunos que llevamos pagando impuestos toda la vida.

Eso no es excusa para apalear a nadie, solamente es que soy de los que consideran que la discriminación positiva es una forma de discriminación.

Pero las sociedades que históricamente han sido mayormente apaleadas han desarrollado extraños mecanismos de defensa. El pueblo de Israel desarrolla una actitud exterminadora con el palestino. En sudáfrica se trata de manera insultantemente violenta a los desplazados que llegan desde los paises del norte por parte de los mismos negros esclavizados hace poco tiempo. Nosotros mismos, que fuimos emigrantes, miramos por encima del hombro a todos los que están pasando frío y viendo pasar coches en algunas plazas de algunas ciudades esperando un trabajo.

Pronto se olvida de donde venimos.

Lo más triste es que parece un problema congénito. Nadie dijo que el hombre fuera perfecto. Menos aún en la compleja vida global que nos va a tocar vivir.