El año pasado, al realizar uno de esos estudios que realizan los quiromantes con título que son algunos psicologos los estudiosos en cuestión notaron que las respuestas de los participantes cambiaban dependiendo de la temperatura del café con que agasajaban a sus cobayas los tutores del proyecto.
Una vez que se dieron cuenta de ello escogieron a 52 personas distribuyéndolos en dos habitaciones. Una a 16 grados y otra a 21. Los de la sala caliente se mostraron más cercanos al experimentador, más amigables. Es más, las respuestas sobre las percepciones de formas de diferentes objetos eran diferentes según la temperatura e incluso su manera de expresarse resultaba más amable.
Esto es: cuando tengas que hablar con alguien, que esté calentito.
De todas formas ya sabemos, por absoluta y sabia cultura popular, que el caracter de las zonas más frías es, precisamente, gélido.
La explicación científica, cosa que no se refleja en el estudio (y por eso lo de quiromantas..) es que asociamos a una temperatura agradable la sensación de bienestar, por lo que se genera una cantidad de serotonina de la misma forma que el ejercicio físico sube la temperatura corporal originando esa sensación de bienestar que se te queda después de correr un rato.
Si nuestro cuerpo genera calor en la situaciones que tenemos asociadas con algo agradable es lógico que con una temperatura ambiente cómoda nuestra relajación sea mayor y por eso mismo a mi me gusta empezar, al menos, debajo de las sábanas.
Ya lo decían aquellos: Ven a la escuela de calor y si tienes que preguntar algo: hazlo en caliente.
4 comentarios:
brillante again
Sofia
quiromantes con titulo???
duele lo de quiromantes, pero algunos psicologos lo parecen (no todos)... quiroAmantes mola más , es cierto... sobre todo si hace calorcito.
"a mi me gusta empezar, al menos, debajo de las sábanas", Lo cuálo? Me he perdido, Pe. No puedo avanzar.
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