Los diferentes estudios que se hacen son realmente dignos de ganar algún que otro IgNobel (los antinobel).
Se presentaron fotos de un supuesto futuro interlocutor a 77 participantes americanos. A la mitad se les enseñó una foto de un tipo con una complexión física normal, a la otra mitad la foto de un obeso. Se les preguntó qué esperaban encontrar en la reunión posterior.
Los que vieron al tipo de peso medio, como un púgil sin estrella, variaron sus apreciaciones. Lo consideraron más o menos listo, más o menos capaz de establecer una reunión de mayor o menor interés.
Los que vieron la foto del obeso se situaban en una situación de presupuesto poder respecto de la otra persona ya que en esta sociedad en la que nos movemos se supone que una persona obesa es alguien incapaz de controlarse.
En definitiva: racismo obeso.
Para mí, al menos en este aspecto, una persona obesa me parece (en el caso congénito) como el que tiene un grano: un rasgo. Y en el caso no congénito: un yonki de la alimentación. Pero nunca un tonto porque tonto es el que hace tonterías. O será que yo conozco a gordos muy listos.
Además, puntualizo, cuando alguien se deprime, cuando uno se queda sin casa, sin techo, sin vida... cuando veo a una persona sin hogar siempre la veo delgada.
De todas formas quizá, ahora poniéndome un poco serio con nuestra escala de valores, está latente la idea un poco pueril y absurda que supone que todos tenemos las mismas posibilidades, los mismos puntos de partida y, por supuesto, el mismo metabolismo.
3 comentarios:
Hay una especie de mecanismo de supervivencia que hace que desprecies a lo que no quieres parecerte. Si cuando ves a un gordo piensas que está así porque no tiene fuerza de voluntad, porque come como un cerdo o porque no tiene control, o sea que en cierto modo lo desprecias por gordo, te estás alejando a ti mismo de la gordura, porque tu no eres un ser despreciable como esos gordos y no vas a acabar siendo gordo.
Si siempre has sido delgado te va a dar igual, pero si eres un ex-gordo o preocupado por la gordura, te va a pasar lo mismo que a los ex-fumadores, que en cierta forma despreciarás a los gordos para no sentirte identificado con ellos en lo más mínimo.
Y tambien funciona respecto de los obesos hacia los muy obesos. "A mí me sobran unos cuantos kgs pero no estoy tan mal como fulanito que es un gordo porque come como un cerdo."
Todos los que nos salimos de la norma, sea por gordos, flacos, altos, bajos, guapos, feos... somos juzgados por la sociedad (vamos, por nosotros).
El problema es que el estereotipo está tan definido, la norma es tan rígida, que todos sufrimos las miradas acusatorias del otro, y todos en algún momento u otro las devolvemos.
Creo que los obesos son los próximos parias sociales, una vez hayan acabado de estigmatizar a los fumadores... mirad lo que ya está sucediendo en US.
Saludos rollizos,
Generalizar es siempre malísimo. Yo misma soy una ex-obesa y por ese mismo hecho los miro desde dentro.
Y desde dentro puedo ver como hay obesos verdaderamente felices porque su entorno no es acusador hacia ellos; hay obesos autoconvencidos que todo el mundo les tiene mania y se pasan el dia "llorando" para provocar intencionadamente lastima y pena hacia ellos (solo asi son felices); hay obesos que lo son porque, por diferentes motivos, tienen el deseo incontrolable de comer, y se autoengañan diciendo que pueden controlar, que no comen tanto; hay obesos amargados de la vida que si no consiguen amargartela a tí, en cierta forma consiguen hacer que los aborrezcas; hay obesos con un corazón tan grande como ellos que hacen que los demas los vean como las maravillosas personas que son; hay obesos... y lo mismo, exactamente lo mismo, en personas con el peso equilibrado y con bajo o sobrepeso.
El problema es que siempre nos fijamos en las aparièncias, y un obeso se ve más que uno que no lo estè, pero sus virtudes y defectos siempre seran los mismos, con 200Kg o con 50Kg.
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