Como soy un poco estúpido y tengo ese puntito idealista que todos llevamos dentro y se apaga un poco despues de esa segunda adolescencia que se tiene cerca de los 40 sigo pensando que una de las cosas más fantásticas de la vida es la capacidad que tiene de sorprenderte. Creo, no sin un poco de idealismo, que esos días en los que nada de lo establecido sucede y que consigues llegar cansado a la cama sonriendo por lo nuevo y soprendente de lo que te ha pasado son lo que componen la magia de la que cantan las canciones que rezuman felicidad.
Es decir, lo contrario de un parque temático.
Pero cuando intentas vivir una aventura nunca tienes un punto medio. Se puede convertir en un punto de inflexión en tu vida o encontrarte (por experiencia lo digo) en una cuneta en Despeñaperros llamando a las 2 de la mañana y desconsolado a alguien para sentir que al otro lado del teléfono y a muchos kilómetros de distancia hay una cosa llamada compañía.
Sin embargo la gran aspiración de un grupo de niños es visitar un parque temático y dejarse llevar por las grandes colas, comer comida basura y hacer como si fueran entes libres un un enorme cúmulo de normas, horarios y cronometrajes del tiempo para establecer las pautas económicas de la diversión.
No me vas a decir ahora que un parque temático no es una mala copia de "un mundo feliz" donde se premia la incapacidad de pensar y se ignoran los problemas de sobrepeso.
De la única vez que estuve en un parque temático sólo recuerdo familias con problemas de obesidad haciendo cola.
3 comentarios:
tienes razon en la primera frase.
es que soy un poco estupido. Eso no lo dudo. las verdades son asi.
unos tienen ke dejar el tabaco otros tenemos ke dejar de comer compulsivamente. Son enfermedades, adicciones.
Supongo ke de esa manera todos seremos un poko menos capullos.
saludo y felicidades por el blog, te pongo enlace a la noticia en mi web
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