(también es así como se hace llamar el cantante de la Cabra Mecanica)
Reconozco como un mal coleccionista que tengo todos los discos de la Cabra Mecánica.
Lo conocí con una maqueta que me pasaron en cinta de cassette hace tantos años que ni me acuerdo. Lo acompañaba con unas canciones del malogrado An-tonio (no confundir con otros Antonios) y fué una de esas veces en las que me prometía mi mismo hacerme con aquel disco.
Aquel fué el "cuando me suenan las tripas" del que solamente sonó "reina de la mantequilla" y que pasará a la posteridad con esa canción que escribió contra la droga que se le llevó a un colega y que sin embargo se convirtió en una de esas canciones de rencor que he usado y usaré más de una vez: "por si te acuerdas de mí te he apuntado en una barra de hielo mi dirección y mis mejores deseos: !qué te follen!". Desde entonces espío a las parejas en los coches. Solitario y llorón me masturbo "toas" las noches...". Era el año 97. recuerdo cuando ví al Lichis por primera vez completamente borracho sobre un escenario en Arredondo, cantabria.
Un par de años más tarde, en el 99, publicaron "Cabrón". Un disco maldito (2700 unidades vendidas) y maravilloso que empieza con "ultimamente he dejado de ver los telediarios, total, pa qué, si ya me los sé". Un disco que sigue con "porque mientras yo vomitaba lágrimas de cocodrilo tú gemías como una perra, niñata, en brazos del enemigo". Un disco que dice, con una absoluta sinceridad, que "la melancolía me amenaza al descubrir un rastro de tu vello púbico sobre la almohada". Un disco con canciones protestas que son un arma en manos de un niño (!toma!) y que te dejan "insomne, para soñar despierto, que es algo así como dormir con un ojo cerrado y otro abierto" y en el que confiesa que se siente con "ese orgullo pelagato de sentirse el dueño de los agujeros de sus zapatos".
Luego llegó el éxito masivo. Cogió a María Jimenez y la convirtió en una diva con una lista de la compra que era como un cupón de los ciegos. Publicó en el 2001 "Vestidos de domingo" donde ya empezaba a ser complicado encontrar aquella brillantez (mira, ni tu eres la princesa de este cuento ni a besos voy a dejar de salirte rana) . Pero como fue producido por Alejo Stivel (que acompaña muchos de los atentados musicales de la esfera nacional) vendió todo lo que quiso. Es un disco de mercenario donde hay que adivinarle detrás de rumbas facilonas de esas que adoran las progres que, como dice en su anterior disco, "hartas de tanto borracho impertinente van a ponerse cachondas a los bares de ambiente". El cupón de la Once, aparte de hacerle ganar dinero, le arrastró al pozo de la repetición. Y se repitió más que Estopa haciendo de esas canciones, de las que Fito sabe mucho, en las que puedes poner casi la misma letra porque suenan parecidas.
Entre ese año 2001 y el 2003 (cuando publicó un directo con alguna joyita) la Cabra Mecánica ya estaba muerta.
Sorprendentemente intentó reencontrarse en el 2005 con el flojito Hotel Lichis que ya sonaba a despedida (Esta es una nota de suicidio comercial. Por favor. Bórrame de tu memoria).
Y es que al Lichis, más allá de sus problemas con los Mossos, lo que le mató fué (y me niego a poner lo de "no me llames iluso") que le tocó el cupón de la once.
Se va (cierra la etapa de la cabra) , al menos como le conocemos, un tremendo letrista. Vendrá reencarnado, seguramente.
Pd: y hace cosas escondido en algún grupo de blues tan estupendas como estas. Al fin y al cabo toca el bajo y no se muere ni nada luctuoso.
Pd2: acaba de publicar "Carne de Canción". Un disco resumen
1 comentario:
discrepo bastante contigo sobre Hotel Lichis, para mí es el disco que más me ha transmitido...
pero sin duda, se va a echar de menos a la cabra.
en fin, ya se sabe "sólo consideraré amigo aquél a quien pueda invitar a casa sin esconder mi mejor ni peor disco"
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