Debe de ser algo propio del ser humano: Quejarse.
Vivimos en una sociedad llena de quejas porque ha sido creada en la base de la envidia o en prospecto que no habla de los efectos secundarios de querer lo que tiene el otro o incluso querer lo que no tiene nadie. Y nos seguimos quejando. El tercer mundo quiere ser el primero y el primero se castiga con el tremendo esfuerzo de mantenerse.
Queremos ganar más, follar más, tener la dentadura más blanca, conducir un coche más rápido. Y al no conseguirlo, nos quejamos.
Le echamos la culpa al sistema que debería de lograr, por un pase mágico institucional, hacernos propietarios de nuestras reivindicaciones y nos duele el agravio comparativo cuando creemos que la hierba está más verde en el jardín del vecino.
Existe algún estudio que dice, entre otras cosas, que si eres consciente de que te estás sonrojando eso hace que te sonrojes aún más aparte de predisponerte al fracaso de la actividad que estés realizando. Comentan, incluso, que esa capacidad de ponernos nerviosos ante determinados retos era considerada por Darwin como uno de los elementos que más nos diferenciaban del resto de las especies.
Ahora yo añado que pasa lo mismo con la queja. He oído llorar a un perro, notar triste a algún otro animal, pero nunca me han contado sobre algún ser que se queje con tanta facilidad cómo el ser humano contemporáneo. Además, cuanto más te quejas, más lejos estás de la consecución del éxito.
Claro está que yo, de naturaleza quejica, me quejo porque gano poco (aunque mucho más que la mayoría de los seres humanos del planeta), porque la perdí (aunque la tuve), porque no tengo los dientes muy blancos (pero los tengo todos) y por gran parte de los 800 post que componen (por ahora) este blog. A partir de aquí haré como que no me quejo, solamente diré que me da rabia y quiza así conseguir algún éxito, para luego volver a quejarme. Soy así de humano.
5 comentarios:
julio: mis ex y mis dientes
agosto: me hago mayor
septiembre: que feliz que soy
octubre: soy calimero
noviembre: los amigos
diciembre: vuelvo a echar de menos a mis ex
enero : ¿ cambio de coche ?
febrero : san valentin y los almacenes
marzo : la tele
abril: escribo porque fumo
mayo: rezamso a la virgen
junio: a ver cuando tenemos un niño, que ya va siendo hora, se nos pasa el arroz.
coño, ¿pues no voy a reconocer que me ha dolido y todo?
Entonces... ya no hace falta que escriba si soy tan tremendamente repetitivo...
Además de lo de que "el que no llora, no mama" o más castizo "el que no se anuncia, no folla"; está el recalcitrante inconformismo humano, que como decía Groucho, "nos ha llevado de la nada, a alcanzar las más altas cotas de la miseria"
quassare humanum est
fijate q por un momento , habia pensado, que el anonimo y tu erais el mismo. Que la parte incosciente de tu cerebro salia a batirse en duelo contigo...
niño, por ahi tienes un replicante...
Ningún pesimista descubrio jamás
los secretos de las estrellas,
ni navegó por mares ignotos,
ni abrió nuevos paraisos
para el espíritu.
helen keller
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