Reconozcamos que insultar es un arte magnífico porque lleva a un grado superior ese don tan especial que es la comunicación verbal. Como todo, hay que saberlo hacer. No es lo mismo el insulto fácil, directo y poco elaborado del "cago en tu puta madre" que la inclusión de un desarrollo lógico que partiendo de un dato real termine siendo un jaque mate verbal ("llamarte estúpido sería insultar a los estúpidos. He conocido ovejas más listas que tú. tengo vestidos viejos con más coeficiente intelectual que tú, pero tú te crees un intelectual, ¿no?" (un pez llamado Wanda). (ranking en el cine (ingles) (traducido)).
Claro que todo esto no es nuevo y aún se recuerda el "érase un hombre a una nariz pegado" que le envió Quevedo a Góngora en sus épocas. Ellos eran los matamoros del arte tertuliano contemporáneo, no nos engañemos.
Así que, como el retromongol que soy, me despido hasta mañana de ustedes, mis adorados chupapiscinas que piensan en el mundo de los blogs como la reliadad paralela que les hace estar por encima de los consumidores de cerveza y deporte por televisión que son, por lógica, mucho más felices que vosotros.
Vaya, hoy no me duele nada. !Recontrapollas!, va a tener razón el estudio de hoy.
2 comentarios:
Pues puede ser verdad eso, no digo que no.
Recojones redondos y negros!!!! que bueno es el nuevo tema de la whitney!
Pues cierto, nada como un buen insulto para desahogarte y sentirte mejor, aunque no siempre lleve a buenas consecuencias...
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