Cada vez que tenemos un partido nuevo en el poder se empeña en cambiar el sistema educativo. Eso es un hecho. Es un hecho porque la educación, desafortunadamente, orientada de la manera correcta, puede derivar en estados de opinión manipulados.
Cuando se planteó la opción, desde mi punto de vista tremendamente válida en su plantemiento original, de la educación para la ciudadanía, se consideraba la necesidad que una persona, en su formación, fuera capaz de comprender el entorno global en el que nos movemos. Entender que hay homosexuales, lesbianas, hombres, mujeres, religiosos, budistas, altos, bajos, amantes de los calabacines y que todos somos iguales en las normas sociales que intentan coordinar nuestra convivencia.
Después salió la derecha más radical intentando decir que ese era un intento de generar progres para perpetuar al partido socialista en el poder. (la verdad es que solo lo dijo la COPE, pero se dijo).
También salió esa izquierda que vive en el país de la piruleta y no en un mundo real con su campaña contra el maltrato infantil promulgando que aunque tuvieras como hijo a la misma reencarnación de satán, darle una bofetada iba a estar más penado que contaminar el pantano del Zadorra (y por supuesto , más que cazar un lince ibérico).
Todo esto está muy bien y discutir sobre educaciones es muy moderno pero para educar a un niño necesita un entorno válido que normalmente suele denominarse "familia" (en cualquiera de sus variantes)
Porque mientras los niños siguen naciendo con el desconocimiento absoluto del entorno donde les va a tocar vivir también hay multitud de parejas que deciden poner su granito de arena en los desarreglos sociales y adoptar. Pues bien, resulta que afortunadamente vivimos en un país muy concienciado con la infancia y lideramos la adopción internacional (23000 adopciones entre 2003 y 2007) sin embargo nuestros centros de acogida están llenos de infantes que han sido separados de su familia por motivos legales y lógicos (drogas, maltrato, abandono, etc.) y sólamente se dan unas 900 adopciones por año de entre los aproximadamente 14000 niños en esta situación, situación que desborda los centros de acogida y que, por culpa de la burocracia y de un sistema caduco, solamente demora el problema hasta la mayoría de edad.
Cuentan que el Reino Unido fomenta la adopción "interna" y que eso ha mejorado este tipo de problemas, aunque también es verdad que los británicos llevan más años enfrentándose a este tipo de dramas.
También cuentan que en el 71% de los casos, los jueces españoles devuelven al niño a la familia biológica, con lo que vuelven a generar el problema que han intentado solucionar.
Está bien claro que si nuestras familias adoptan a 23000 niños extranjeros no tiene lógica que 13000 niños españoles estén necesitando una familia que por una burocracia aquí o una enseñanza allá vayan a engrosar las cifras de los centros de acogida que en muchos casos son el origen de tremendas diferencias que no se arreglan con educaciones para las cuidadanías.
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