Un día, después de años de estudio y preparación, Fermín tuvo una idea revolucionaria. Era ese tipo de producto que podría revolucionar la vida de muchas personas y, además, generar riqueza y binestar. Obviamente el paso previo era montar una pequeña empresa. Necesitaba un par de personas para el equipo contable, un abogado para los asuntos legales, un par de personas para el equipo de diseño, dos o tres comerciales con experiencia en marketing digital y un grupo de cinco personas para la fabricación. Unos quince puestos de trabajo. Había calculado que vendiendo el piso que le dejó la abuela y sus ahorros podría hacer frente a los primeros gastos y créditos. Tenía calculada la maquinaria, los salarios, el alquiler del pabellón y la publicidad. Todo en orden.
Entonces cerró una cita con un organismo público para tantear las ayudas o indicaciones que pudiera recibir desde las instituciones.
Allí se lo dejaron muy claro:Debería etiquetar en todas las lenguas oficiales, realizar cursos de integración de género entre sus empleados, contratar obligatoriamente nueve mujeres, realizar obras de acceso de minuválidos al pabellón, establecer controles de acceso regulados para enviar al ministerio de trabajo, disponer de un liberado sindical al que pagar por no ir al trabajo, pagar su cuota de autónomo, establecer unas facilidades de contratación de personas que se autoidentifiquen de género no normativo, homologar la página web, establecer un proceso de reciclaje industrial, implantar paneles solares en el tejado y no trabajar, jamás, más de 35 horas.
-¿Y respecto de mi idea de empresa?- preguntó
- Ah, nos parece fantástico. Por supuesto que deseamos que le vaya fenomenal, siempre y cuando establezca, previamente, las normas establecidas.
- Bien- dijo Fermín de una manera dubitativa mientras se marchaba de esa reunión. Se acordó que cuando uno recibe una multa injusta lo primero que debe de hacer es pagarla y luego ya se verá lo que se decide.
Entonces llegó a la conclusión que necesitaba buscarse otro país o preparar oposiciones.
Ahora Fermín se dedica, desde su mesa institucional, a matar el sueño de los emprendedores que van a preguntarle, tras su cartel de "asesor para la ayuda institucional al empredimiento", si pueden crear algo nuevo en un "país de progreso". Es uno del 52% de los españoles funcionarios que regulan al 40% de generadores de riqueza.
Por supuesto que , a día de hoy, todo lo que compra está fabricado en otros paises.
Pd: basado en hechos exagerados pero reales.
Pd2: las dos noticias son reales y son de hoy mismo: no es legal comer unos huevos de tus gallinas en tu casa pero es legal enfarloparte en el coche.
1 comentario:
Conozco cienes de casos así
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