Mal dia para buscar

22 de mayo de 2025

Las cosas en que te fijas.

Jesús era un tipo listo, es cierto. Hace muchos años, dando mis primeros pasos en el mundo comercial, me citó en su despacho. Me habían dicho que Jesús era de esos tipos que tenían sueldo de futbolista sin serlo. Que el mundo de la empresa les había recompensado con una posición envidiable en lo económico. Allí, en la segunda planta, me acomodé en una de las dos sillas que estaban delante de su mesa y descubrí mi presupuesto delante de él.

-He estado revisando el presupuesto- me dijo. -Hay algo en lo que te equivocas.

-¿En qué?- pregunté directamente sabiendo que era un presupuesto técnicamente impecable y económicamente ajustadísimo.

-Te equivocas en creer que la persona que decide, o sea yo, sabe lo que son las ram, los gigas o las tasas de transferencia. En realidad me la pela. Pero sí que es verdad que de todo esto hay una impresora que es para mi. Además- siguió como si fuera obvio- sabes cual es. Y como es para mi resulta que es lo único en lo que me voy a fijar. Por eso lo que tienes que hacer es poner esa impresora baratísima y el resto subirlo. Así ganas más y yo me creo que estoy haciendo una compra excepcional.

Yo asentí ante la lógica de su razonamiento.

Después recordé que mi padre siempre miraba el precio del plato de merluza en la carta de los restaurantes y, con ello, valoraba. Si no había es que no era un restaurante con variedad y si la encontraba era capaz de hacerse una idea del precio final de la comida, con o sin pescado.

Supongo que todos jugamos a encontrar formas de valorar el enfrentamiento a lo desconocido partiendo de los datos que tenemos. Hasta ahí no existe problema pero empieza a serlo en el momento en el que la contraparte juega a poner acento en lo que debemos de fijarnos y, claramente, despistan nuestra atención para condicionar nuestra decisión.

Existe un chiste en el que un caballero llega a casa un poco tocado con las copas y se encuentra a su mujer en la cama con otro señor. Ella le ve y dice: "¿otro día borracho?". Él la observa sorprendido y pregunta "¿pero qué estás haciendo?". Ella le recrimina: "!no me cambies de tema!"

A día de hoy, pensado con cierta perspectiva, hay demasiadas veces en las que juegan con nuestra atención haciéndonos creer que es una decisión propia. Resulta ser el truco más viejo de un mago: que mires la mano equivocada. Una vez logrado eso da exactamente igual que con la otra te estén robando la cartera, violando a tu gato, cobrando un nuevo impuesto o echando a tu primo para meter al suyo. 

Y a todo eso hay que sumar algo tremendamente absurdo: que cualquier labor la puede ejecutar exactamente igual alguien que se identifique con dicha profesión o disponga de las mismas certificaciones. Es decir, que un medico y otro son exactamente igual. Que Messi y Jose Ramón, ambos aficionados al balompié, lanzan igual las faltas indirectas. Que Linda Evangelista ( la del 89) y María del Carmen lucen igual en bikini.

Partiendo de dichas premisas lo que te van a decir es que tienes un profesional a tu servicio y que se han preocupado en que te atienda antes, te trate con los pronombres adecuados, sea resiliente, no genere demasiada contaminación y resulte inclusivo. Así que debes de fijarte en eso y no en que te cure de tu enfermedad, si es que es un médico o te arregle el coche si es un "mecanique". Vamos, que no te fijes en lo importante, que es que los ordenadores funcionen bien, sino que la impresora del jefe resulte cool.

Por cosas así es por lo que una gran parte de la sociedad moderna se ocupa de gilipolleces gigantescas mientras se olvida de lo realmente importante. En los coches se ve fácil: parece que es más importante que tenga luces y seis pantallas interactivas que un motor que te sobreviva. Quizá, solo quizá, porque para saber de mecánica hay que estudiar y dar con el dedo a un menú puede dar un orangután. Los anuncios de coches modernos son anuncios de colonia. Hay comerciales de compresas mucho más técnicos que la publicidad del último SUV.

A nuestro alrededor, como resultado, existen conciertos sin músicos de gente que no sabe cantar. Vivimos rodeados de trabajadores que intentan trabajar lo menos posible ( y se jactan de ello). Estamos gobernados por políticos empeñados en poner el punto de vista en lo malos que son los otros en vez de lo mejor que lo pueden hacer ellos. Nos relacionamos sentimentalmente estableciendo líneas rojas sobre el amor a los animales en vez de la capacidad de conversación con la otra parte, casi creyendo que cualquiera que sepa hablar puede mantener una conversación inteligente. Hay demasiada comida basura veloz como si todo lo que te entra por la boca se pueda considerar alimento. Y te fijas en las patatas gratis. Las Pringels ni siquiera son patatas para abaratar los impuestos, son una pasta de harina.

En definitiva: el problema está en saber en qué te estás fijando y si el comercial ya sabía, antes que tú, donde ibas a mirar. En ese caso, te está metiendo un gol. Somos, en nuestros podiums morales de la superioridad intelectual incorrecta,  unos porteros muy decepcionantes.

¿Donde está la mosca? ¿Aquí o aquí?

No hay comentarios: