Mal dia para buscar

19 de mayo de 2012

Dionis de ayer y hoy.

Uno de los días más freak de mi vida lo viví en un pueblo de la zona norte de Madrid llamado El Molar. Ïbamos, aún no recuerdo el motivo, la novia que tenía hace 20 años y yo a visitar a su antiguo novio, motivo por el que yo tomé prestado el opulento coche de mi padre y ella se puso un vestido que todavía me excita al recordarlo. Son, en definitiva, esas acciones estúpidas que haces intentando parecer alguien que no eres. Así que aparecimos casi como jóvenes estupendos con posibles en las fiestas de aquel pueblo donde encontramos al susodicho montado en una Mobilette Cady roja entrando hasta el fondo de un bar vestido con la ropa sudada y deportiva de un evento en el que había participado. Entró en el bar, lo atravesó, dejó la moto junto a la puerta del baño, hizo aguas menores con la puerta cerrada, arrancó y salió diciendo que en quince minutos volvería. La novia que tenía aquel muchacho nos miró con cara de vergüenza, pero se quedó e incluso creo recordar que era una chica bastante agradable y aceptablemente comedida, porque creo que cuando, en una pareja, uno se excede, el otro se coharta.

El caso es que después, en el momento de cenar, Luis (que ese era su nombre) nos llevó a un pequeño local en un alto y nos presentó al dueño. El local se llamaba "El furgón del Dioni" y el dueño, como era de esperar, resultó ser ese hombre de fama encontrada, robo celebrado, peluquín obvio y mirada perdida que es El Dioni. Creo que Sabina ya le había hecho la canción.


Así que El Dioni, copa en mano, música infumable en el ambiente y cigarro entre en índice y el anular, nos contó, casi como el niño que cuenta una y otra vez aquella gamberrada que hizo una vez y al estilo del artista que tiene un único éxito en su vida, toda esa historia debía de ser contada para que no se le olvidara ni a él ni a su fama encontrada.

Y se sintió tan reconfortado al vernos escucharle que hasta nos pagó las copas y nos sacó un plato con chorizo.

 
Aquel día volvimos por un paseo de la Castellana iluminado y vacío que era un preludio del verano.
 
Ahora, unos años después, los robos de furgones son noticias menores. Y los ladrones son más. Es más, ni siquiera te pagan las copas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sí, eso parece; en poco la delicuencia y el pillaje serán más comunes.
Me ha gustado la descripción de esa tarde hace veinte años con la que era por aquel entonces tu novia. Saludos.

iparrajose dijo...

el problema de los dionis es que son tan imbéciles como los urdangarines pero sin aldabas. Al final todos les conocen y saben lo que son y lo que hicieron (para ser famosos).
El problema para el resto de nosostros es que ellos tambien saben que no les pasará nada.