Mal dia para buscar

24 de enero de 2011

3 de febrero. La gran migración silenciosa

El 3 de febrero empieza el año del Conejo. (que dura hasta el 23 de enero del 2012)

Es el cambio de año Chino y es, en consecuencia y como su fuera un anuncio de El Almendro, la señal para que 640 millones de personas viajen hacia sus seres queridos. Dicen que el viaje medio de un Chino es de 2000km y que ésta es la mayor migración humana del año, muy por encima de todo ese universo católico que me lleva a casa de mi madre los dias 24/12 dejando que el sol me deslumbre en la A1 y el teléfono arda con llamadas a todas aquellas personas que no quieres perder.

Una de las apreciaciones que se suelen hacer en los paises receptores de inmigracion es la diferente manera de comportarse que tiene las diferentes culturas que nos rodean. No entiendo el motivo aunque puedo llegar a imaginarlo. Voy a ver si lo digo sin herir susceptibilidades.

Chinos, gitanos y otras culturas europeas llevan entre nosotros bastante más tiempo que otras de recien acogida. Llegaron, se buscaron la vida en los pequeños reductos que les dejamos y que nos interesaba que rellenaran, como el que se niega a trabajar en domingo pero le encanta que un joven asiático en motocicleta de 50cc le lleve las bolsas con el pato a la pequinesa. No nos importó nada que estuvieran ahí , sin hacer ruido. Y sin hacer ruido se quedaron.

Nuestra benevolencia y la rentabilidad democrática que tiene conseguir votos de familias numerosas tan válidas como la tuya y la mia generó en nuestros desarrolladísimos paises la generosidad en forma de ayudas que "premiaba" la natalidad, la lucha contra la pobreza y las viviendas dignas. Y vendimos en la televisión felicidad y prosperidad. Más de un inmigrante cree que todos esos beneplácitos en forma de cheques los perderían si los gobiernos cambian. Las cifras de inmigración están hoy a niveles de 1997.

Al reino unido llegaron los indios. A Francia los marroquíes. A alemania los kurdos. A España los sudamericanos. Cada uno tuvo su inmigración mayoritaria y a todos nos vino bien tener mano de obra barata que sustentara nuestras economías.

En un debate televisivo, frente a un grupo de representantes de etnia gitana, preguntamos el motivo por el que el porcentaje de gitanos en las colas para pedir ayudas era tan grande, al menos en la zona de Bilbao. "Porque nosotros sabemos donde hay que ir a pedir", respondió con una sonrisa la representante de Iniciativa Gitana. Una parte de mi se indignó, no con ella y sus representados, sino con el sistema.

En francia han surgido movimientos en contra de la islamización del pais.

Alguien descubrió que la reivindicación de las identidades culturales era más rentable que ir a trabajar. Alguien, alegando la libertad religiosa, se apropió de las calles de Westbourne Road fumando cachimbas hasta altas horas de la madrugada en medio del ramadán. Algún muchacho se aferró a la obligatoriedad de sus rezos 5 veces al día de la misma manera que algunos funcionarios autóctonos tenían, por el convenio, su media hora para el bocadillo.

Al fin y al cabo quien emigra lo hace con ninguna intención de ayudar en el desarrollo de su destino sino de vigilar por sus propios intereses y si el objetivo final, que es ganar dinero, se consigue igualmente haciendo ruido, se hace y punto. Uno de los dichos populares que me repito cada dia que me quedo laborando hasta bien tarde es que nadie se hace rico trabajando.

Me castigo cuando veo a ese componente moral dentro de mi cabeza que me impide ser un hipócrita que busque recovecos para vivir de gratis, para potenciar al hombre mediterráneo que cobra una subvención y hace chapuzas y portes en la puerta del Ikea para pagarse los viajes a Punta Cana.

Lo cierto es que los grupos sociales que han optado por hacerse fuertes van ganando a pulso el desprecio de quienes se sienten estafados por los hijos de perra (autóctonos o no) que se aprovechan del sistema. El ejemplo francés es sólo uno pero es un buen ejemplo cuando existe una importante opinión pública que es capaz de afirmar que todos los inmigrantes son buenos, sanos y trabajadores. No lo son. Son la parte más frágil de la sociedad. Son buenas y malas personas, exactamente en el mismo porcentaje que nosotros pero yo no voy por ahí exigiendo algo que a ti no te corresponda porque nací enfrente del museo Guggenheim. No me agarro a la adoración que profeso hacia la moda para exigir dias libres la semana de la moda de Milán. No denuncio a mi empresa por discriminación si me despide ni corto las calles para reivindicar el 12 de agosto libre para adorar a Mark Knopfler. Hacer esa victimización, la haga un gitano, un árabe o una señorita de Arrankudiaga (provincia de Bizkaia) me produce arcadas cuando algunas de esas reivindicaciones pasaron de ser lícitas a convertirse en excesos. Claro que eso se termina tan facilmente como con el tabaco: con una ley severa. Sin embargo parece que es mucho mas facil obligar a los fumadores a adaptarse a las normas de todos que a otros cuantos a adaptarse a las normas de los demás y cerrar el grifo de las prevendas que han recibidos durante los últimos años en los que se ha confundido integración con dinero. O quizá algunos gobiernos tienen demasiado miedo a perder demasiados votos.

Según va pasando todo esto en toda Europa nadie dice nada sobre los chinos. Son más listos. Siguen sin hacer ruido preparando su viaje para el dia 3 con la ilusión que se merece y pensando si llevar o no ropa de abrigo para terminar abrazando a quien se quiere.

Estoy por hacerme chino y coger un vuelo ese mismo dia.

2 comentarios:

reniegu dijo...

Bueno, chico, qué le vamos a hacer. Al final toda esta prole de pseudoizquierdistas de pacotilla que entienden que igualdad es darle a cualquiera (se lo merezca o no) un piso porque tú lo tienes, sin pensar que lo estás pagando o ya lo has hecho con parte (una buena, por cierto) de tu sueldo; La igualdad que también se aplica a las mujeres para con los varones (pero sólo en lo que conviene a algunas); Estos quedabien, estos adalides de lo políticamente correcto, que al final, nos llevará más o menos a tomar por culo.
Y qué más da si al final nos moriremos trabajando para pagar con nuestros impuestos a toda esta recua de comedores, para que sigan viviendo del cuento mientras nosotros no tendremos derecho a jubilación porque los políticos de turno no tuvieron lo que era menester para hacer lo que debían haber hecho y haber llamado las cosas por su nombre.

Javier dijo...

En una situación parecida a la que comentas (cola para solicitar ayudas para el alquiler de vivienda) cuatro miembros de una familia de etnia gitana discutían con un funcionario:
"es que ahora vienen éstos (refiriéndose a un grupo de inmigrantes que hacían cola) y se llevan todas las ayudas".
El funcionario: "Las ayudas se dan según las necesidades económicas y personales. Si las reciben será porque tienen menos ingresos".
Antes eran ellos los que se llevaban casi todas las ayudas y ahora hay otros "más necesitados". Como las tornas han cambiado... protestan.