Mal dia para buscar

16 de marzo de 2010

Mi única razón de odio a los judíos


¿Se lo dirán también a las feas?

Si realmente todos fueramos como los judíos radicales no nos sucedería lo que alarma en la tremendamente racista de corazón sociedad americana (del norte) donde el número de nacimientos no blancos alcanza el 48%

En realidad desconozco el motivo por el que históricamente se odia a los judíos pero han arrastrado consigo siempre el germen del desprecio. Puede ser, quizá, que siempre han conseguido triunfar socialmente habiendo sido expulsados más de 80 veces desde el año 250 hasta 1948. En España, viendo venir una expulsión, se prohibió en 1268 la fea costumbre de juntarse en viernes Santo para apedrear las casas de los judíos en Toledo pero al final les echaron los reyes católicos y los echaron (a la hoguera) los alemanes después de que tuvieran un gran poder económico en la Alemania de los años 30. Pero en Rusia en el SXVII eran pobres, y también eran odiados (será el olor de la misma manera que los barrios hindúes huelen a curri).

Tampoco podemos buscar la explicación histórica en que fueran ellos quienes mataron a jesucristo, porque sin muerte no habría resurrección (aparte que la Iglesia, siempre a tiempo, exhoneró al pueblo judio en 1963 de la muerte de Jesus) y tampoco nos importa mucho que durante años se hayan denominado a sí mismos como "el pueblo elegido" porque no nos gustaría cambiarnos por ellos.

Después, en una decisión un tanto drástica, les dieron un terrenito un poco seco que convirtieron en un vergel al que después están intentando anexionar unas zonas palestinas residenciales a golpe de mortero (quizá es el advenimiento de un nuevo éxodo) y eso no les hace tener muchos amigos más allá de sus fronteras.

Claro que yo no soy palestino, ni me importa mucho a quien mataran los tatarabuelos de los israelitas ni si se creen los ombligos del mundo o la economía moderna.

Yo sólo se que muchas mujeres odian a bar Rafaeli por ser tan espectacularmente guapa y yo a los judios ultraortodoxos por no dejarla casarse con un infiel (como pudiera ser yo si es que nos cruzamos después de que deje a un tipo que no sabe nadar porque se ahogó en el Titanic). Al menos ahora ya he encontrado una razón.

Pd: los turcos, esos que quieren entrar como sea en el marco de las libertades modernas de la unión europea penalizarán por ley las inseminaciones de sus mujeres turcas (que no sé por qué me las imagino erroneamente siempre con bigote) de esperma "extranjero". Viva la modernidad. Ahora, gaseemos a unos cuantos kurdos.

4 comentarios:

pesimistas existenciales dijo...

¿por qué siempre hacen un link en meneame a este blog cuando tengo un post mediocre?

En fin... es que soy un perfeccionista...

Kotinussa dijo...

Estoy a favor del mestizaje porque produce con frecuencia unos ejemplares de una belleza especial. Hace ya mucho tiempo leí las conclusiones de un estudio científico que incluían una reconstrucción del aspecto que podríamos tener después de habernos mezclado todos durante varias generaciones. Y era algo espectacular. Claro que también saldría gente fea, no lo dudo. Pero los ejemplos que ponían eran los otros.

A mí me da igual con quién se case o empareje Bar Rafaeli. Lo que no acabo de comprender es que a alguien le guste Leonardo di Caprio. Ni de jovencito ni de mayor le encuentro el más mínimo atractivo. De joven lo encontraba bastante feminoide. Y ahora está feo, fondón, y tampoco le veo un aspecto muy masculino. No es mi tipo, está claro. Así que se lo cedo a Bar Rafaeli sin problemas.

P.D. Ya que confiesas ser un perfeccionista, te doy un dato para ampliar lo que plasmas en tu frase "habiendo sido expulsados más de 80 veces desde el año 250 hasta 1948". Las expulsiones de los judíos se remontan a bastante atrás. Cuando los babilonios conquistan Judea en el 587 a. C., les obligan a exiliarse a Babilonia, quedando el país casi deshabitado. Sólo pudieron volver cuando los persas conquistaron Babilonia y Ciro les dejó regresar a su tierra. Muchos ya no volvieron.

Siglos después, en el 135 d. C., después de la segunda revuelta judía, el emperador Adriano, harto de que esta gente se levantara continuamente contra la dominación romana, les obligó a abandonar Jerusalén, que es donde se concentraba la mayor parte de la población. Adriano decidió hacer borrón y cuenta nueva con Jerusalén, dejó la ciudad vacía de judíos, la convirtió en una ciudad romana y hasta le cambió el nombre, llamándola Aelia Capitolina. Por eso hubo judíos que llegaron a la península Ibérica ya en el siglo III, y probablemente en el II. Y esos fueron los que llegaron más lejos. Muchos otros se quedaron más cerca, como las actuales Turquía y Yemen, desde casi el mismo momento de la expulsión. (Doy clase de Historia Antigua de Israel en la universidad, no es que me dedique a acumular datos a mogollón sobre cualquier tema).

Anónimo dijo...

Y dónde vas a ir tú con un pibón como la Rafaeli, chavaaal....

potxotxo dijo...

Mi única razón de odio a (algunos) judios

¿no sería mas exacto? no caigas en juzgar a un colectivo por lo que hagan algunos de sus miembros

seria como reaccionar ante la noticia: "hombre viola a joven" con un "mi unica razón de odio a los hombres"

por lo demás, totalmente de acuerdo con todo

un abrazo

potxotxo