Según este link (sin desperdicio) de una iglesia cristiana hay 15 preguntas sencillas para saber si tu marido es gay. Soprendentemente 5 de esas respuestas me hacen gay y juro (y podrían asegurar algunas mujeres que declararan sin mostrar su cara a cámara) que hace tiempo que descubrí ninguna excitación respecto de aquel mundillo por mucho que tenga más de un disco de Barbra Streisand en mi casa o haya tenido novias con los brazos más musculados que yo.
En realidad siempre he considerado la homosexualidad como una decisión personal de la misma manera que a mi tía no le gusta el melón y yo no aguanto comer espárragos. Lo que he criticado con furiosa cólera es aquella necesidad imperiosa de hacer partícipe a todos los elementos del mundo de la explicación estúpida que los homosexuales son un salto cuántico en la evolución humana. Eso es tan tonto que no merece la réplica aunque más de un amigo gay militante actúa en consecuencia asemenjándose a esas feministas de postín que creen que el macho bueno es el macho muerto.
Hoy en dia meterse con un gay, aunque te haya robado la cartera en la puerta de un after, es como pisotear en la calle a un minusválido que se ha caido de la silla. Eso no es justo porque hay buenos y malos, altos y bajos, guapos y tontos e incluso aprovechados y ladrones. Supongo que quizá es mucho suponer que me convierto en un tipo u otro de persona dependiendo de mis inclinaciones sexuales. Si por ello fuera y echando un vistazo a mi anodina vida sexual yo tengo todos los boletos para ser beatificado.
Berlusconi, ese paradigma de la chuleria varonil que se ha operado más que la mismísima Cher, ha tenido cuidado de decir que no es gay despues de aconsejar a las jovenes italianas que se busquen un marido rico( y a ellos también).
Yo fui acusado dos veces por diferentes mujeres de ser gay cuando les dije que no a sus explícitas ofertas sexuales porque se supone que el macho, si es macho, no sabe decir que no. Así que tuve que salir de aquel portal mientras por el portero automático me gritaban "maricón" sin ninguna mesura y para diversión del resto de los transeuntes. Afirmo que los porteros automáticos, a las dos de la mañana, suenan a un volumen atronador.
En cierta ocasión, después de salir de un plató de televisión a tomar una copa con unos compañeros de tertulia aparecí en un bar de ambiente. Miércoles noche. Al fondo de la barra descubro al ex de un buen amigo y paso a saludarle. El camarero resultó ser un cliente y mis compañeros de tertulia (recién salidos de algún armario cerrado con llave), al verme tan integrado junto con el maquillaje que aún marcaba mis facciones y que no me había quitado tras acabar el programa, no pudieron más que afirmar que yo era el más popular entre los gays. Muy a su pesar no soy Tom Cruise aunque no voy por ahí haciendo gala de mi masculinidad.
Pero aunque me guste comprar ropa, sea un tipo adulto que aún está soltero, tenga cremas en las baldas de mi cuarto de baño, conozca la discografía de A-ha, tenga un par de videos de Madonna, no me guste el futbol, baile como Jimmy Sommerville y recuerde con nostalgia el mundo pop de los 80....por mucho que alguna iglesia cristiana americana y retrógrada piense lo contrario ante la pregunta de si soy gay tengo que admitir que no. Renuncio a la mitad del pastel que no me gusta de la misma forma que separo los espárragos en la comida y luego hago el chiste: "el motivo es que no me va lo fálico".
No tendría ningun reparo en admitir lo contrario. Me gustan las mujeres, tengo todos sus discos. (Alguno hasta repetido)
1 comentario:
Por Dior, qué entrada más buena...
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