Que la justicia en ocasiones huele a meados es algo que todos intuíamos pero hoy ha tenido su certificación empírica y es que han condenado a un juez de toledo por, entre otras cosas la costumbre que tenía el juez «de orinar en los lavabos del despacho con la puerta abierta, mientras continuaba dictando» su resolución.
Y esto contrasta, obviamente, con los 1500€ que va apagar de multa el juez que dejó en la calle por equivocación a un individuo que presuntamente violó y mató a la pobre niña Mari Luz.
Probablemente el primero podría alegar en su favor que existe una enfermedad (que padece una señora de 34 años de Barcelona) que le obliga a orinar unas 150 veces al día.
Aunque como siempre podría ser peor, me hago aqui eco de la siguiente noticia: Liberado un rebaño de cabras acusado injustamente (En el Congo) Y luego busco un poco más y veo que nuestra justicia siempre supera a la realidad ya que en una pagína de apoyo a los padres separados afirman la existencia de una condena a un marido por Amenazas Telepáticas.
Para mearse...¿o no?
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1 comentario:
Pienso quwe se trata de otro caso claro de corporativismo.
El sentimiento de clase y rango se hace mas evidente en este tipo de casos donde si el error es de la plebe se castiga, si es del estamento justicia, abogacia, medicina, etc. se mete debajo de la alfombra para que pase lo mas rapido posible.
La clase media ya no existe, la clase obrera cada dia mas abajo y entre tanto en el olimpo de los titulitos, statustitis, mas arriba.
La crisis está echada
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