Mal dia para buscar

10 de septiembre de 2011

Ortega Cano, ¿el asesino?

Ortega Cano, torero y viudo de tonadillera (grande, grande, la más grande) jura "por sus hijos" que, respecto del accidente de tráfico que se llevó por delante la vida de otro conductor en el que se le acusa de triplicar la tasa máxima de alcohol en sangre, no iba borracho, se mojó los labios con una copa de champán y que probablemente padeció problemas cardiacos que dieron con su todoterreno contra el vehículo del fallecido.

Farruquito, bailaor y conductor sin carnet, se llevó por delante a otra persona y negó, juró y perjuró, hasta que resultó evidente que mentía, la culpabilidad en dicha muerte. Farruquito, como dicen Faemino y Cansado: ese monstruo del escenario... y de la carretera (qué malo es el tunning)

Existen multitud de comentarios, posts, twits, etc que definen a ambos como asesinos malísimos que salen a la calle dispuestos a ejercer el imperio del mal contra las personas de bien. Algunos incluso hablan del torero como aquella persona que, cansada de asesinar animales y sentirse poco agustito, sale borracho a matar conductores con su enorme 4x4. ¿Son Ortega Cano y farruquito asesinos? En el acto, como si se tratara de una actividad: sí. No menos que un anónimo conductor suicida y por supuesto menos culpables que el que se prepara durante un tiempo para irse a casa de otro a pegarle un tiro en la cabeza o quemar con gasolina a su mujer. Y es perfectamente humano que se sienten delante de un juez, pongan cara de pena, apelen a la benevolencia de la justicia e incluso aporten pruebas de que lo que hicieron lo hicieron poseídos por una abducción mutante. La psicología básica admite que el ser humano, tal y como se comprobó en el experimento Milgram, es capaz de realizar acciones injustificables si le das la excusa adecuada.

Los etarras aseguran que lo hacen por la defensa de una patria que aún consideran mandada por franco, los maridos asesinos aseguran que sus mujeres eran muy malas, los infieles creen que su pareja les engañaba antes y lo hicieron poseídos por el despecho, las mujeres asesinas que los maridos las pegaban, los talibanes con cinturones de goma2 creen que les tocarán cien vírgenes en el paraíso, el noruego loco se justificaba en la defensa del europeo ario contra la invasión global de la inmigración y hasta el Rafita, mientras quemaba a Sandra Palo viva después de violarla, estoy convencido que busco una excusa en su cabeza para no asumir que era un miserable.

Aunque algunos lo deseen con todas sus ganas no va a aparecer vestido de torero , con el paquete bien prieto y las lentejuelas brillando, en medio del juzgado, intentando poner una banderilla al fiscal mientras vende a Tele5 las declaraciones en primera persona con el titular de "Ortega Cano, cómo lo hice". Tampoco deberá ser abandonado a su suerte atado a una silla mientras cuatro miuras conducen desbocados unos pickup hacia él, en medio de una plaza, mientras cinco mil antitaurinos celebran la muerte del matador con el pulgar hacia abajo.

Los juicios paralelos siempre son excesivos. Los acusados siempre parecen más o menos culpables que las personas normales porque siempre te queda la sensación de que se librarán por ricos y por famosos. Y delante del juez buscan salvar su trasero de la misma manera que lo intentarías hacer tú después de una noche de juerga en la que no deberías de haber cogido el coche.

Cuando mi madre descubría que yo estaba un poco bebido siempre le juraba que "algo me habría sentado mal porque apenas me había mojado los labios". Nunca admití, delante del juez familiar, que llevaba una caraja del 7.

1 comentario:

Avispado dijo...

Ojalá la condena de este oscuro pajarraco sea la primera pena de muerte que se aplica en el Estado Español.
Torero bueno = Torero muerto!