Sigue la tradición: tu comida basura

Hoy he oido que los Fish&Chips ingleses, que no son más que pescado rebozado con patatas fritas (a las que se les pone un poco de vinagre por encima) cumplen, como tradición gastronómica, 150 años desde que Joseph Malin fundara en 1860 el primer lugar especializado en Londres.

Después, con el tiempo que dan los largos semáforos de la ciudad, he pensado que cada civilización tiene su correspondiente comida basura. Los turcos los calóricos Kebab, los americanos los acumuladores de colesterol que son las hamburguesas (y algunos aros de cebolla XXL) y nosotros quizá el pescaíto frito del sur, el Talo con Txistorra del norte o las múltiples versiones de los embutidos patrios.

Si algo tiene en común la comida basura global es que toda engorda una barbaridad.

En una de las letras de Pata Negra decían, con la verdad que tiene la experiencia: "todo lo que me gusta es ilegal, es inmoral o engorda".

Ahora, cuando llega la resaca de las grandes comidas navideñas del calendario gregoriano (porque la navidad ortodoxa acaba de empezar el dia 7) existen muchos que se dedican a contar las calorias de lo que comen. Algunos hasta las anotan para no sobrepasar el límite de 2000 diarias (o las que sean según la manera de contarlas). Se llenan los gimnasios. Se vuelve a la ensalada.

Pero como todos los propósitos de año nuevo, con el primer fin de semana sin luces en las calles ni frío en la punta de la nariz, volveremos a lo de siempre y la comida tradicional, grasienta y engordante, nos hará volver al vicio como todas esas cosas que no podemos dejar de lado por mucho que nuestro cerebro, nuestras caderas o tener una bella forma por encima de la cintura nos razone lo contrario.

Al fin y al cabo, como aquel experimento fotográfico (recomendable) de neveras del mundo: eres lo que comes y hay que seguir la tradición.

¿Mañana?. Si por mí fuera: Talo con txistorra. Sin embargo en mi nevera solo hay eco, por eso estoy hecho un figurín. No es por ganas, es por vagancia.