Los mismos argumentos absurdos se usaron en esos casos y en, por ejemplo, el asalto al congreso de Argentina, Paraguay o aquella vez que en Grecia se liaron a bofetadas porque ya se habían endeudado más allá de las cejas. No nos olvidemos que, por mucho que algunos lo nieguen, en España se pidió hace no mucho que se Rodease el Congreso y se han tirado piedras a cargos electos en un maravilloso homenaje a la democracia. Se ha acosado en las casas de unos partidos y de otros. ¿Qué diferencia hay?. Ninguna. Bueno, si, aquí no entraron a hacerse selfies (salvo Tejero, que se dejó el móvil en casa)
No hay ninguna diferencia entre la foto de una señora sangrando el uno de octubre en Cataluña y una de Vox sangrando en Sestao. Podemos encontrar los mismos argumentos a favor y en contra. Que si es ketchup, que si se tiró una piedra a si misma, que si le reventaron la cabeza los violentos sin escrúpulos que estaban gritando enfrente. Lo mismo me da que me da lo mismo. El resultado, si dejas a un lado tu propio sesgo cognitivo, es idéntico.
No hay ideología en el victimismo, en la excusa de que cualquier revuelta está justificada contra el otro y en saltarse cualquier norma básica de comportamiento humano. Los escaparates los rompen igual los fanáticos de la derecha y de la izquierda. Es más, cuando un gilipollas nace se hace del fanatismo que le pille más a mano. Si es de Hospitalet luchará contra el invasor español. Si es de Parla lo hará contra los inmigrantes que vienen a robarle el trabajo. Si es de Ohio lo hará contra el partido republicano. Pero si es de NY lo hará contra el demócrata. Y si es de Vallekas ( con K), lo hará contra el gobierno franquista, machista, capitalista y poco ecologista. En Euskadi hemos vivido bajo el fascismo de Eta 30 años. Eran fascistas de izquierdas que cogieron alegremente el relevo de un fascista de derechas para terminar haciendo lo mismo: amedrentar y matar a quien no piense igual.
Por supuesto que uno debe de ser libre de opinar las tonterías que quiera. Uno está en su derecho a ser comunista, franquista, independentista y del Leganés. Para eso vivimos en un país mundo supuestamente libre. Pero, eso sí, cuando nos creemos algo parecido al Harry El Sucio de la moralidad y que eso nos permite pasarnos por el forro la libertad de los demás, en ese momento somos unos estúpidos.
La estupidez no tiene bandera política. Es sólo estupidez. La historia lo va, tozudamente, demostrando. Todos los ejemplos son, conscientemente, de extremos que se parecen.
Hoy, un día después del esperpento americano, algunos que ya lo intentaron o que hicieron lo mismo en otros lugares se echan las manos a la cabeza. El último tweet de Trump ponía: apreteu. Supongo que cuando el que hace el ridículo es otro los argumentos cambian. Al menos en EEUU entraron disfrazados, que tiene mucha más gracia. Eso sí, 4 muertos. Eso ya no tiene tanta gracia.
Y sólo son parecidos razonables.
Quizá debemos criticar los hechos en vez de preguntarnos quien los hace porque no es quien lo hace, sino lo que hace. A ver si va a ser diferente que te reviente el culo un tipo de derechas o de izquierdas , nacionalista de un lado o de otro, negro, árabe, mujer o pigmeo. Te dejan el ojete igual de roto.
1 comentario:
Certero 😎.
Publicar un comentario