Enemigos de lo ajeno es un disco perfecto, para mí; no tiene fallos. Es memorable, raro, inspirado, está lleno de hits…
Enemigos:
Doscientas mil pesetas para el estudio, ¿cuánto nos da esto? Nos da
para una semana de estudio. ¿Tenemos para comer? No, habrá que comer
bocatas. Vale, bocatas en el bar de enfrente.
¿Se grabó en una semana?
En
una semana, en el bar de enfrente comíamos bocadillos de chorizo y de
tortilla, al cruzar la calle, debajo del puente de Vallcarca. El estudio
era humilde, pero los chicos que había allí ponían mucha voluntad,
hacían lo que podían, porque el presupuesto era más bien magro. Teníamos
nueve temas, es viernes a las 12 y a las 14 nos echan porque viene Melodrama
a grabar. Hostia, Quimi, falta una canción, el disco es corto, qué
hacemos. Oye, aquellos acordes que me tocaste en el local, cómo eran, a
ver [tararea los compases iniciales de «Insurrección»], vale, al técnico: «Oye, perdónanos un momento, déjanos un segundo», tocábamos la canción, «oye, graba esto un momento» [canta «Insurrección» en vikingo] «uasy uan on the fraguers… Oye, dame un casete con esto. Un casete, ¿eh?», «Quimi, ve grabando esto ya» [hace un ritmo de batería]. «Las 12.30, ¿cómo vamos?», «Bien, vamos bien». Y yo mientras tanto cantando solo en el lavabo [canta] uachi fuan werin uapa, vale [simula apuntar en un papel], «Dónde estabas entonces», [canta] «guari wanbo,
vale, cuando tanto…». Y así hasta sacarla toda. «Quimi, lo tengo», «De
puta madre», «¿Cómo vas tú?», «Ya está, estoy metiendo el bajo», «Nos
queda una hora», «En una hora canto y la mezclamos, tío». [Canta] «Dónde estabas entonces, cuando tanto te necesité…». «Insurrección».
Y es de esas canciones que crecen con los años, se grabaron en una hora, mejoran con Miguel Rios, y encajan maravillosamente para terminar otro himno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario