Mal dia para buscar

16 de junio de 2018

Cortesanas de la economía.

Hay una parte de Pretty Woman en la que Julia, con su gran e interminable bocaza, le pregunta a Richard qué es lo que fabrica para ser tan rico. Él le dice que nada y que es precisamente eso lo que le hace rico. En la historia hay un cambio en el que él decide que quiere fabricar algo, lo que sea, porque sólo el dinero no le proporciona más que una satisfacción visual al mirar el saldo de las cuentas (y, dicho así de soslayo, le permite un alto gasto en prostitución). Los espectadores, en el momento del cambio en la línea empresaria del Sr Gere, se enternecen porque el tiburón ha descubierto una de las enseñanzas de la vida: hacer algo útil. Crear.

Así que todos estamos de acuerdo en lo bueno que es crear, fabricar, imaginar, hacer. Pero de la misma forma que ninguna de las grandes empresas envidiadas fabrican nada (Amazon, Google, Facebook...donde quien crea son los usuarios) resulta que las que parece que lo hacen lo único que tienen es un grupo de compradores enormes que van por ahí recogiendo los inventos pequeños de humanos visionarios pobres. No hay, en la industria moderna, un sólo producto desarrollado desde cero por una gran compañía. Xiaomi es el gran copiador. Las memorias de los Apple son de Samsung y las cámaras de Samsung de Sony, las de Huawei de Leica. Y todos ellos han comprado esas ideas a quien las pensó en realidad de la misma forma que lo que compras en Amazon es de algún pequeño comercio agarrado por los huevos con la distribuidora americana. En realidad la economía moderna lo único que quiere es acaparar clientes y, con ello, seguir haciendo negocio. Pensemos en local: Mercadona se hace un nombre y genera una distribución. Entonce va al ganadero a decirle que si quiere vender leche la tiene que vender a un determinado precio o terminar matando a sus vacas. Que es lo que hay. (Exactamente igual que tener que soportar las devoluciones de Amazon sin rechistar porque el que corre con el gasto no es Amazon sino quien está detrás, sufriendo). Mercadona no fabrica pero es, como Richard Gere, el que hace dinero. Bastante además y haciéndote creer que el Sr Roig sabe hacer queso.

Los creadores, los "ilusionarios", los artistas o los ingenieros a la antigüa usanza son los becarios imprescindibles de la nueva economía y los que menos cobran.  El que limpia el piso de Airbnb y se hipotecó para ponerlo en alquiler es el que hace rico a uno que, sentado frente a la playa de Santa Monica, se preocupó de tener el cliente y el procedimiento. Los dueños de todo son los dueños del procedimiento que no del producto. Las bicicletas de deliveroo son de los repartidores, que se llaman riders pero podrían ser los pringados de la historia.  Quizá Tesla quiera fabricar algo pero ha echado al 9% de la plantilla y no ha ganado dinero jamás. El sr Musk se hizo rico con Paypal, que no fabricó nada. Supongo que se fue de putas con corazón y empezó a perder dinero con los coches eléctricos.

Hay un desprecio absoluto por quienes intentan, en mayor o menos medida, hacer algo. Los escritores son los parias de la literatura ganando una cuarta parte de lo que gana la librería. Entonces alguien dice que "deberías de estar orgulloso" y te das cuenta que el orgullo no llena la nevera.

Jode, de una manera hasta dolorosa, ver pasar en deportivos a quienes nunca hicieron nada.

Y que jueguen a que les hagas la ola.

Adoramos a futbolistas y distribuidores. Despreciamos a quienes crean.

Conozco a alguien que tiene un alto concepto de si mismo que jamás, en su puta vida, ha enviado un chiste que no haya copiado. Sus amigos dicen que es muy original y le llaman para las cenas.

A ver si al final, como en casi todo, el problema está en la forma en la  que como sociedad premiamos a los mediocres que convierten en prostitución a todo lo que les rodea. No en vano los usuarios somos las putas de facebook. Los camareros las meretrices de sus clientes.  Las busconas de la literatura los escritores. Los ganaderos las furcias de las grandes superficies. Las rameras de la música,  los músicos.

Quien se mancha las manos es la gran cortesana de la economía.

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